La planificación del ahorro cuánto antes es fundamental, tanto si será la única pensión al retirarnos como si se cuenta además con una prestación pública, la cual se podrá que complementar.
¿Cuánto hay que ahorrar para asegurar una buena pensión en la jubilación?
La jubilación es una de las cuestiones que más preocupan a los trabajadores. Al cumplir la edad legal dejan de ingresar el salario para pasar a percibir la prestación pública que les corresponda. Sin embargo, ese importe no siempre es suficiente, más aún ante la incertidumbre sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones. Para evitar depender únicamente de la pensión pública, o para aquellos que no tengan derecho a ella, el ahorro es fundamental, pero ¿cuándo dinero se debe ahorrar para asegurarse una buena pensión?
De manera general se recomienda empezar a ahorrar un mínimo del 10% de nuestro ahorro para destinarlo a la jubilación. Ese importe se irá incrementado progresivamente hasta un tercio o, incluso, hasta la mitad de nuestro ahorro total. El ajuste del porcentaje de ahorro que se destinará a la jubilación se debe ajustar en función de las circunstancias del interesado, edad, perspectivas o situación económica.
En ese sentido, el factor tiempo es fundamental para saber el porcentaje de ahorro que se debe destinar a la jubilación. Cuanto antes empecemos a ahorrar menor será el importe necesario, mientras que si se hace al final de la vida profesional, el importe deberá ser mucho mayor. No existe un momento exacto para empezar a ahorrar, pero los expertos coinciden en que cuanto antes se haga, mejor será la planificación.
Además, la planificación de la jubilación debe ser regular en el tiempo y crear una rutina de ahorro.
Una vez elegido el porcentaje de ahorro que se destinará a la jubilación es importante saber qué se va a hacer con ese dinero. Para obtener una rentabilidad e incrementar el importe los productos de ahorro son una buena opción. Las posibilidades de ahorro para la jubilación cada vez son más variadas y van más allá de los planes de pensiones.
Los planes de pensiones son el principal producto al que recurren los clientes, funcionan a partir del capital invertido por los usuarios en las aportaciones y se invierte en fondos de pensiones para obtener una rentabilidad. Al contratar un plan de pensiones se debe valorar la fiscalidad, así como la rentabilidad que se puede obtener, ambos factores determinarán la pensión que finalmente se obtenga.
Productos de ahorro más allá del plan de pensiones
El perfil del inversor puede ser muy variado, por lo que es importante conocer otros productos disponibles y elegir según las características más acordes. Otra forma de ahorro para la jubilación es a través de los planes de jubilación. Su concepto es similar al de un plan de pensiones, pero funciona de manera diferente, en el caso de un plan de jubilación es un seguro de vida que cubre al beneficiario ante distintas situaciones, la jubilación, invalidez o fallecimiento. El beneficiario aporta una prima periódica o una única cuota y a cambio obtiene una rentabilidad. En este caso la rentabilidad suele ser menor, pero también con menor riesgo al no tratarse de un producto financiero.
Invertir directamente en un fondo de inversión es otra opción disponible para el ahorro de la jubilación. El interesado podrá elegir la cartera de activos en la que invertir para obtener una rentabilidad, generalmente más alta que otros productos, pero también más volátil.
Pese al mayor riesgo, la principal ventaja es la posibilidad de recuperar el dinero en el momento que queramos, sin tener que esperar a la jubilación. En la línea de los fondos de inversión, también destaca la inversión en bolsa, una idea para invertir a largo plazo, aunque el grado de dificultad es mayor.
Por otra parte, la vivienda siempre es una forma de inversión, incluida para la jubilación. Comprar una casa y alquilarla es una forma de obtener una renta adicional a los ingresos. Sin embargo, el principal punto en contra de esta opción es que no está disponible para todos los bolsillos ya que se necesita un gran desembolso inicial para adquirir la vivienda.