Y empecé a pensar si la felicidad que nos espera no estará en esas pequeñas cosas, en ese minitrabajo, en ese minisalario que le acompaña, con miniexpectativas, en las minitallas de las tiendas de ropa, en ese miniporcentaje del diez por ciento que pagarán los defraudadores que decidan dejar de serlo, al menos en parte, que no va a legalizar uno su situación así a lo loco. Y pensaba también en estas minivacaciones que me esperan, avanzadilla de las de verano aunque las previsiones del tiempo apuntan lluvias. Y seguí pensando en esas pequeñas gotas que me acompañarán estos próximos días y en las tapas que voy a degustar, que son como miniplatos completos. Y pensé que esta próxima semana podría descubrir un pequeño trozo de felicidad a la vuelta de cualquier esquina. ¡Feliz semana!