Entrevista a Antoni Marsal Fábregas, Presidente de la Unió Metal•lúrgica de Catalunya
El metal, en Cataluña, es el sector industrial más importante. Sus empresas suponen aproximadamente el 20% del PIB a pesar de haberse reducido en un 30% durante la crisis. Se agrupan en torno a la Unió Metal•lúrgica de Catalunya y la UPM de las que es presidente Antoni Marsal. También es vicepresidente de Confemetal, entidad en la que acaba de dimitir su presidente, Carlos Pérez de Bricio, tras 30 años en el cargo. El aragonés Javier Ferrer Dufol será el sucesor después que Juan Rosell lo designara como uno de los vicepresidentes de la CEOE en su nueva etapa.
La firma de las tablas salariales del sector por parte de la patronal catalana, con un aumento para este año del 5%, ha levantado algunas ampollas en el seno de la propia entidad por lo elevado de la cifra.
Se ha firmado por obligación legal pero hay una serie de contrapartidas, como la cláusula de descuelgue (parcial o total) para aquellas entidades que tengan dificultades. Esperamos que afecte a menos de un 10% de las empresas del sector.
¿Saldremos pronto de la crisis?
Preveo una salida lenta. En España nos quedan dos o tres años muy duros. Los debemos aprovechar para realizar el cambio cultural que precisa el país. Debemos cuidar mucho más los gastos, con unas administraciones mucho más eficaces. Apostar por el esfuerzo, el sacrificio, el ahorro y premiarlo.
¿Cómo ve al sector?
Hemos tocado fondo. Las empresas que se ha aplicado en la reconversión y exportan están remontando. Pero debido al escaso tamaño de nuestras pymes se hace muy difícil. Sería necesario un proceso de convergencia de intereses. Apuesto por la fusión de entidades para que tengan una masa empresarial crítica mayor, más fuertes en suma.
¿Con qué tamaño mínimo?
El adecuado para sobrevivir debería estar por encima del medio centenar de trabajadores.
¿Qué opina sobre la intención de ligar los salarios a un aumento de la productividad?
A nivel sectorial es muy difícil. Empresa por empresa sí se podría hacer. Pero hay otros temas tan o más importantes en el proceso de la negociación colectiva que se está llevando a cabo y donde es primordial llegar a un acuerdo. Son la flexibilidad, el absentismo, el control de las mutuas con la incapacidad transitoria. También debemos apostar por un proceso de cambio cultural sindical.
Otra de sus grandes preocupaciones pasa por la financiación de las empresas.
Es verdad. Hoy en día es la razón principal de la mortalidad por encima de la caída del consumo.
¿Y qué se puede hacer?
Las empresas han apostado mucho por el apalancamiento. Ahora es necesario que los empresarios aportemos más capital. Ademas, como la banca no nos resolverá el problema, hemos de ser imaginativos y pensar en otras vías como los avales, créditos participativos, sociedades de garantía recíproca, etc.
Usted estuvo en la candidatura alternativa en las elecciones a la patronal catalana. ¿Cómo ve Foment con el nuevo presidente?
Foment del Treball está en un proceso de transición y cambio con la llegada de Joaquim Gay y le hemos de dar un voto de confianza. Es una persona muy inteligente y sabe que la organización demanda una serie de cambios. La dinámica de hoy en día en las patronales ha de ser diferente. La propia economía está cambiando. Tienen que ejercer un papel más importante en el liderazgo de la opinión pública. Deben ser transmisoras de las inquietudes empresariales.