Las personas con rasgos de ansiedad tienen un mayor espacio peripersonal, el espacio que rodea al cuerpo, según concluye una investigación del University College of London, en Reino Unido, publicada en 'Journal of Neuroscience'. El estudio ha determinado que los límites físicos del espacio son de entre 20 a 40 centímetros de distancia de la cara, pero este valor puede variar según los individuos.
En un experimento, los doctores Chiara Sambo y Giandomenico Iannetti, del UCL, registraron el reflejo de parpadeo, una respuesta defensiva a los estímulos potencialmente peligrosos a diferentes distancias de la cara del sujeto, y lo compararon con los resultados de una prueba en la que los sujetos calificaron sus niveles de ansiedad en diversas situaciones.
Los que registraron mayores niveles en la prueba de ansiedad tendían a reaccionar con más fuerza a los estímulos realizados a 20 centímetros de la cara que los sujetos que recibieron puntuaciones más bajas en el test de ansiedad. Los investigadores clasificaron a los que reaccionaron con más fuerza a estímulos más lejanos como aquellos que tienen un gran "espacio peripersonal defensivo" (DPPS, en sus siglas en inglés).
Un espacio peripersonal defensivo más grande significa que las personas con altas puntuaciones de ansiedad perciben como amenazas cercanas situaciones que no lo son para individuos que no sufren ansiedad, y cuando el estímulo se produce a la misma distancia. La investigación ha llevado a los científicos a pensar que el cerebro controla la intensidad de los reflejos defensivos a pesar de que no puede iniciarlos.
En el experimento, se seleccionó a un grupo de 15 personas de 20 a 37 años de edad y los investigadores aplicaron un intenso estímulo eléctrico a un nervio específico de la mano que hace que el sujeto parpadee, algo que se conoce como reflejo de parpadeo de la mano (HBR, en sus siglas en inglés), que no está bajo el control consciente del cerebro.
Este reflejo se controló con el individuo colocando su propia mano a 4, 20, 40 y 60 centímetros de distancia de la cara. Se utilizó la magnitud del reflejo para determinar lo peligroso que se considera cada estímulo, de forma que una respuesta más grande a estímulos adicionales del cuerpo indica un DPPS mayor.
Los sujetos también completaron un test de ansiedad en el que autocalificaron su nivel previsto de la ansiedad en diferentes situaciones. Los resultados de esta prueba se utilizaron para clasificar a los individuos como más o menos ansiosos y se compararon con los datos del experimento de reflejo para determinar si existía un vínculo entre las dos pruebas.
Fuente: Globedia.