Mientras que desde los órganos rectores de la economía europea se enfrascan en buscar estrategias para dinamizar la economía, algunos emprendedores se han enfundado el traje de las startups y están desarrollando proyectos con mucho potencial. En España varias de estas empresas han apostado por la tecnología en las prendas de vestir, abriendo la puerta a un nuevo mercado con aplicación en deporte, salud y en el mundo de los negocios. Estas iniciativas constituyen pequeños granos de arena, aportaciones de emprendedores que creen en sus ideas y hacen una apuesta arriesgada con una gran probabilidad de éxito. Las empresas de base tecnológica que se iniciaron en Internet (Facebook, Google…) han demostrado que se puede tener éxito desarrollando nuevas tecnologías.
Cambiar el mundo con pequeños gestos es uno de los propósitos que se han propuesto startups como Nuubo, una empresa próxima a cumplir la década que se ha especializado en integrar la tecnología en las prendas de vestir de los deportistas. Sus camisetas permiten monitorizar las funciones corporales del deportista, pero no solo ellos. Algunos hospitales se han fijado en su producto y lo aplican en pruebas cardiacas, con la ventaja de que pueden obtener datos durante semanas, si fuera preciso.
Sin salir del armario destaca una empresa con un gran potencial, que próximamente se medirá con algunas de las mejores compañías del mundo en un concurso sobre “prendas inteligentes” que se celebrará, como no podía ser de otro modo, en Silicon Valley. First V1sion propone prendas con cámaras subjetivas integradas, de forma que se puede evaluar el rendimiento, o lo que es más novedoso, permitir al espectador vivir la prueba deportiva desde el punto de vista del protagonista.
Estas dos empresas han tomado un camino que no es fácil, pero que les augura un interesante futuro. Según recientes estudios publicados al respecto por la consultora IMS, en dos años este sector de la economía, el de las prendas inteligentes, llegará a facturar más de 5000 millones de euros. Teniendo como público potencial no solo a profesionales, sino al gran público en general, donde está la mayor fuente de ingresos. Las posibilidades son infinitas, y ya hay quien piensa en este tipo de prendas para integrarlas en el ejército, la medicina o explotar sus opciones en la vida cotidiana. Una alternativa de negocio que viene a empujar a una economía en momentos difíciles.