Está siendo dificil gestionar las primeras veces sin ti. El sábado, primera visita al “Cortijo” tras tu partida. Tu presencia está en cada rincón, y tu voz resuena por cada esquina. Allí pasamos muy buenos momentos. Algunos con frío, otros con la bendición de ese solecito serrano que tanto te gustaba.
Solíamos bajar al pueblo a por el periódico y siempre caía alguna torta de aceite, unas magadalenas y un juguete para los niños, por más que te decía que no, siempre querías cogerles algo en el kiosko. Ellos recuerdan con muchisimo amor cada uno de los juguetes que les regalasteis.
El domingo vino mamá por primera vez sin ti a casa. Y era todo raro y triste. Te echamos de menos incluso cuando en la sobremesa decidías retirarte al sofá a echar tu cabezada con la manta y la estufa a tope. Porque se que en mi casa siempre pasabas frío, pero aún así disfrutabas del momento.
Quedan muchas primeras veces por sentir, por llorar, por echarte de menos como a cada minuto.