Aceites esenciales hay muchísimos. Tantos, que es imposible tenerlos todos. Sin embargo, hay algunos que son indispensables. Uno de ellos es el aceite esencial de lavada, que junto con el de árbol de te, forman parte de mis favoritos.
Es uno de los pocos aceites esenciales que puede usarse directamente sobre la piel sin diluir, así como el aceite esencial de árbol de té. Ante un granito infectado, puede echarse una gotita encima, y al día siguiente, voilá! tendrá muchísimo mejor aspecto y la cicatrización será más rápida (doy fe).
Puede usarse además para hacer nuestras propias cremas, usando otros aceites vegetales o esenciales que potencien lo que queremos conseguir. Por ejemplo, si queremos una hidratante para pieles mixtas-grasas, el aceite de jojoba, avellana, el agua de rosas o hammamelis, y el aceite esencial de lavanda, árbol de té y geranio, son muy buena elección. Si nuestros conocimientos potinguiles (o nuestras ganas) no dan para tanto, podemos simplemente mezclar distintos aceites como los mencionados con unas gotitas de aceite esencial, y ya está!
Además, este aceite esencial tiene muchísimos más usos aparte de los cosméticos: es útil como anticatarral y como descongestionante, para el insomnio (poned unas gotitas en la almohada antes de dormir, y ya veréis que sueño más reparador tendréis), la depresión, dolores de cabeza, migrañas, bronquitis, laringitis, otitis, rinitis, sinusitis, es analgésico, estimulante inmune...
El que yo tengo es el de Aroma-zone, una página web francesa de la que ya os he hablado en varias ocasiones, y que es todo un paraíso para las amantes de lo natural, y los potis caseros. Su precio es 3.5 euros/10 ml. Un precio muy bueno para un producto que es bio y con certificado ecocert.
En resumen, todo un todo terreno que yo considero básico en nuestro armario de potis.
Y vosotras, ¿habéis probado este aceite esencial? ¿Para qué lo usáis?