Las puertas del infinito Víctor Conde - José Antonio Cotrina

Publicado el 09 marzo 2016 por Oly

Lo primero que voy a hacer es recomendar que os paséis por Generación reader, donde podréis encontrar una reseña en condiciones, como es habitual. Yo creo que me limitaré a decir cuatro tonterías -como es habitual también en mí- para así poder seguir mirando la puerta de mi habitación fijamente, a ver si ésta obra algún milagro y puede llevarme a algún mundo alternativo donde sí sea capaz de encontrar una explicación a lo que acabo de leer. Mi cerebro ahora mismo está intentando procesar algunas de esas cosas a la vez que trata de borrar otras. Madre mía. No sé por dónde empezar. Digamos que Las puertas del infinito es un libro muy, pero que muy, singular. De esos que asombran para muy bien o para muy mal, según el lector. No creo que haya un termino medio, más que nada porque los autores llevan la historia a límites inimaginables y rocambolescos. Hasta el extremo de que ahora, después de terminarlo, no sé realmente si lo que he leído era lo que estaba escrito y los autores me han querido contar, o he tenido algún tipo de conmoción cerebral y en realidad me lo he inventado yo todo. En serio, algunas cosas son como para mear y no echar gota, si me permitís la vulgaridad. 
En Las puertas del infinito nos encontramos con dos protagonistas -en realidad son tres pero hagamos la vista gorda-, cada uno de ellos con una trama aparentemente individual, por lo menos hasta algo más de la mitad del libro. Riddly vive en Londres a comienzo del siglo XX, en lo que se conoce como la Mansión Infinita. En ella se hallan una infinidad de puertas, las cuales pueden conducir a cualquier sitio. A las personas con la capacidad de abrir estas Puertas se les conoce como aperimantes. Por otro lado tenemos a Rebeca, que vive en Colapso, un mundo alternativo en el que es esclava, ladrona y saltadora. Básicamente se dedica a viajar, a petición de su amo, a Tierras Alternas en busca de todo tipo de objetos extraños. Como malos malísimos tenemos a los ikari, una raza de guerreros nómadas que se dedican a esclavizar mundos. Y hasta ahí puedo leer sin meter demasiado la pata. Llegado un punto, como digo, ambas tramas se unen para intentar que le explote el cerebro al lector. Todo esto aderezado con numerosas situaciones extrañas que no he llegado a entender del todo y otras que me han resultado totalmente absurdas. Los autores nos bombardean con ideas, descripciones y explicaciones a las que yo, personalmente, no les he encontrado ningún sentido en ningún momento. Parece como si se las fueran sacando de la manga continuamente, sin estar verdaderamente integradas en la trama. 
Si esto no fuera poco, la lectura se hace cuesta arriba a causa del estilo de ambos, con frases sumamente recargadas y a veces difíciles de entender. Aun así, salta a la vista que está escrito a cuatro manos por la diferencia de expresiones, de ritmo, etc. Me fastidia bastante tener que decir tantas cosas negativas del libro porque realmente tiene ideas muy buenas que desarrolladas de otra forma quizá me habrían encantado, pero es que no he conseguido meterme en la historia en ningún momento. Los personajes están poco desarrollados, o por lo menos esa es la impresión que he tenido. Algo va mal cuando, después de tantas páginas, no te importa lo que le vaya a ocurrir a los protagonistas. Y ya que estamos, al universo en general. Y, en fin, los giros del final digamos que sí sorprenden, pero tampoco me han entusiasmado -por no decir horrorizado en ocasiones-. Ambos autores por separado me gustan y seguiré leyendo lo que vayan publicando en el futuro, a no ser que vuelvan a colaborar juntos. Una pena.
+ Mostrar información del libro ▼▲·Editorial: Fantascy
·Publicación: Febrero 2016
·Precio: 17,90€
·ISBN: 9788415831822
·Páginas: 440