No es que las pymes no comprasen dispositivos, PCs o software en el pasado, sino que no había una decisión de negocio detrás de esas compras. Con el tiempo, las empresas chicas y medianas empezaron a notar que algunas preguntas incómodas sobre cómo crecer tenían respuesta si se recurría a una implementación inteligente de tecnología.
Una implementación inteligente está sólo asociada a qué ventaja competitiva le genera a la empresa. La construcción de ventaja competitiva puede derivar de reducción de costos, aprovechamiento de capacidades propias, explotación inteligente de datos, desembarco en nuevos mercados o provisión de la estructura necesaria para crecer acotando riesgos, entre otras.
El mundo de los negocios está hace tiempo asociado a la tecnología. No sólo porque las empresas de todo tamaño no pueden operar sin tecnología, sino porque ésta también abre innumerables posibilidades de crecimiento e innovación. Esto es lo que cada vez más pymes están entendiendo y verificando.
Lo importante, nuevamente, es actuar con inteligencia.
Es inteligente implementar la tecnología adecuada para cada pyme. El mundo se hace más pequeño e interconectado y las pymes se enfrentan a los mismos desafíos de negocios que las grandes corporaciones para interactuar con clientes y proveedores. La principal diferencia es que las pequeñas y medianas empresas deben resolverlos con limitaciones de recursos, tiempo y acceso al capital, contando con un promedio de 1/6 del presupuesto de las empresas grandes. La tecnología es importante, pero no cualquier solución tecnológica es adecuada para cada empresa. Hoy hay tecnologías técnica, económica y financieramente adecuadas para las pymes en la Argentina.
Es inteligente explotar la ventaja competitiva de la agilidad a través de integrar las tecnologías de la empresa. La agilidad propia de las pymes debe mantenerse y potenciarse en cada implementación tecnológica. En algunas empresas se comete el error de tener soluciones para áreas distintas que no están integradas entre sí. Por ejemplo, sistemas transaccionales, mensajería, seguridad y base de datos por separado. En ese entorno, no es posible responder con agilidad a una nueva oportunidad de negocio porque el esfuerzo de reconfigurar todos los sistemas es significativo, costoso y largo.
Es inteligente simplificar. Las pymes necesitan una estrategia tecnológica para su negocio, pero no necesitan (ni quieren) una gran organización de sistemas, por lo que es importante definir una arquitectura abierta y simple para responder a necesidades actuales y estar correctamente preparado para las futuras. Notamos que el principal error en la implementación de tecnología es que muchas veces los problemas se resuelven en el momento en que ocurren y no se contempla una estrategia integral y a largo plazo.