Hoy les traigo una breve, muy concisa reflexión de Scott Noelle, escritor de The Daily Groove que toca el tema de la violencia desde una óptica holística, tomando en cuenta de dónde surge la violencia y cómo concientizarnos de ello para no sembrarla durante la infancia de nuestros hijos.
No hay nada tan natural como el hecho de que un niño sienta rabia si sus intenciones son truncadas o frustradas. La rabia es una reacción corporal para tratar de liberarnos de una situación que percibamos como de atrapamiento o de pérdida de poder personal; activa las energías primales del cuerpo con la intención de recuperar esa libertad y ese poder personal. Esas energías pueden usarse de manera violenta... o creativa.
Pero cuando la rabia es truncada o frustrada, reprimida - cuando esas energías son suprimidas de forma exitosa por medio de amenazas de castigos, retiro de privilegios o exclusión - el niño llegará a perder las esperanzas, a resignarse (en relación a las intenciones que tenía originalmente, o bien en general). Ese niño luego aparentará ser un niño "bien adaptado", educadito, {domado, añadiría yo}, pero esas energías persisten, como un volcán durmiente, incrementando su potencial de comportarse luego con extrema violencia.
Entonces cuando empoderamos a nuestros hijos, en lugar de truncar y frustrar sus intenciones, estamos contribuyendo a hacer del mundo un lugar menos violento y más pacífico. Sin embargo, se complica la cosa cuando los padres creen que tienen que reprimirse, truncarse y frustrarse *ellos mismos* para empoderar a sus hijos, ya que eso puede despertar sus propios volcanes.
Les invito a probar un ejercicio hoy, busquen maneras de sentir poder *junto con* sus hijos. Sé creativo. Piensa fuera de los esquemas, rompe paradigmas. Da todo lo que puedas y continúa sintiéndote bien. Recuerda, que no eres la fuente primordial de poder de tus hijos.
Me parece una reflexión muy interesante, que no sólo se basa en la no violencia, sino en la horizontalidad, en el dejar de "competir" entre mis intenciones como madre y la de mi hijo, en que se incorpora la creatividad, y en que se reconoce que el poder de nuestros hijos reside en ellos, no en la dominación de su voluntad sobre la nuestra. Obviamente, nuestro poder como padres tampoco está en dominarles en una relación vertical, autoritaria, conductista, punitiva, sino en buscar creativamente soluciones armónicas y respetuosas para todos :)
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