Ya pasó Nochebuena, Navidad, los regalos de Papá Noel, los que sean de regalar el 25 de diciembre. La ansiada Nochevieja con sus doce uvas, los Reyes Magos ya han vuelto a sus casas a descansar hasta las próximas navidades.
¿Qué llega ahora?. Las amadas y queridas rebajas. ¿Por qué nos gustaran tanto? Los primeros días aprovechamos para descambiar lo que no nos gustó de los regalos de Reyes o para descambiar tallas. Y los siguientes días hasta marzo las tiendas en general ponen descuentos de hasta el 70%, con lo que si un abrigo en noviembre costaba 50€ en las rebajas puede costar 30€ o incluso 20€, dependiendo del momento de las rebajas en las que esté.
Pero esta claro que ya las rebajas no son como hace unos años. Hace unos años se veía por televisión cómo las señoras y caballeros también se agrupaban en las puertas de algún centro comercial, (no voy hacer publicidad), hasta la hora de abrir sus puertas, como se amontonaban en esas puertas. Era a ver quien coge la prenda más barata. Aun así, hoy en día la “mecánica” es la misma, pero distinto. Hasta se pueden conseguir cualquier producto y/o prendas de vestir rebajado por Internet. Sin embargo, ¿Por qué se precipitan a comprar en las rebajas?. Yo me he dado cuenta por las veces que he ida a las rebajas, que las rebajas de inviernos empiezan desde enero hasta febrero y parte de marzo, pero enero lo que más rebajado es lo que quedo de Nochevieja y las devoluciones de Reyes. Por lo que es mejor esperar a finales de enero y todo el mes de febrero, para hcer esas compras, que en febrero se puede conseguir ropa de invierno y algo de verano, para ir teniendo nuevos looks para el próximo verano.
Pero también hay que tener en cuenta lo que nos vamos a gastar, no es necesario gastar por gastar, si algo no lo vamos a usar, para qué gastar dinero en esa prenda que se va a quedar en el armario, después de usarlo 2 ó 3 veces. Tenemos que ir con cuidado de no gastarnos demasiado, o de gastarnos más de lo que tenemos en la cartera, estaría bien ponernos un límite de cantidad a gastar en épocas de rebajas, para que después no nos ‘tambaleé’ la cartera ni la tarjeta de crédito, después de tantos gastos.