Las redes sociales, nuevo terreno de revoluciones, solidaridad y espionaje

Publicado el 21 marzo 2011 por Sofogebel
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Por Cesar Dergarabedian
La oleada de movimientos sociales en los países árabes como Egipto y Libia al inicio de año y el terremoto, el tsunami y la crisis nuclear en Japón volvieron a poner a espacios de Internet como Facebook y Twitter en el centro del debate.
Las revueltas populares en Egipto y Libia y el terremoto, el tsunami y los accidentes nucleares en Japón fueron los hechos que conmovieron al mundo en lo que va de este primer trimestre de 2010.
Pero a diferencia de episodios similares registrados en otras décadas, los propios protagonistas de estas historias pusieron sus voces y compartieron sus experiencias a audiencias masivas en forma directa a través de las redes sociales.
Es que con la tecnología disponible, y por muchas trabas que pueda establecer un Estado, las personas pueden encontrar la manera de reunirse con otros individuos y comunicarse.
Estas nuevas vías y medios de expresión, que los manifestantes del norte de África y los damnificados de los desastres naturales y nucleares de Extremo Oriente utilizaron desde sus computadoras o teléfonos móviles, ya son objeto de control y manipulación por parte de los Estados.
Mientras en el caso de Egipto y Libia, los gobiernos llegaron a tomar la medida extrema de interrumpir el vínculo a Internet, en Japón no hubo límites por parte del Estado a las comunicaciones.
En tanto, los Estados Unidos restringieron el tráfico en páginas web comerciales de alto seguimiento para liberar ancho de banda y ponerlo a disposición de las necesidades de Japón.
Algunos de los sitios que registran limitaciones son YouTube, eBay o Amazon. Pero nunca se interrumpió la conexión a Internet por decisión gubernamental.
La importancia que tienen estos terrenos virtuales de expresión quedó confirmada al conocerse que el ejército de Estados Unidos creó 500 perfiles de usuarios ficticios en redes sociales para interferir e investigar en las corrientes de opinión de servicios como Facebook o Twitter.
El caso japonésLuego del sismo de 8.9 puntos en la escala de Richter que sacudió a Japón se bloqueó la comunicación telefónica, además de la señal de radio y TV en todo el país. Lo único que funcionaba era Internet.
Entonces, los testigos de esta historia recurrieron a las redes sociales para ubicar a sus parientes, pedir ayuda y relatar lo que estaban viviendo en esos momentos.
Así, Twitter y Facebook se convirtieron en los medios de información y difusión que utilizaron cientos de miles de personas. Por ahí circularon mensajes, segundo a segundo, con contenido que expresaron el drama, la urgencia, el asombro y la solidaridad. Solo a través de Twitter se reportaron más de 10 mil tweets cada 30 segundos en varios idiomas.
En este contexto, herramientas como Twitter y Facebook se han vuelto generadoras y distribuidoras de contenido.
Vale la pena destacar esta comparación: hace media década, las fuentes de información que transmitían minuto a minuto los hechos más importantes eran las agencias de noticias internacionales, como Associated Press (AP), Reuters y EFE.
Éstas envían materiales periodísticos a los medios de comunicación quienes, a su vez, se ocupan de difundir los sucesos a la ciudadanía.
Hoy, en cambio, la plataforma en línea predomina en el momento de informar y comunicar. Hay 2.000 millones de usuarios de Internet en todo el planeta, de los cuales Facebook tiene 640 millones y Twitter, 200 millones.
Estas redes superan a la población entera de potencias como Francia, Reino Unido e incluso los Estados Unidos o Brasil.
Todos estos cambios se observan en los propios medios de comunicación, que incorporaron esa conexión virtual instantánea a su programación.
Por ejemplo, la empresa estadounidense CNN en español implementó el segmento “iReport”, las entrevistas por Skype, las consultas en vivo por Twitter y Facebook.
En la Argentina, canales de noticias como C5N se nutrieron con testimonios de argentinos en Japón a través de estas vías de comunicación y YouTube.
Las redes sociales aportan el punto de vista generado por los propios protagonistas de la historia, quienes interactúan y transmiten sus experiencias en tiempo real.
“¡Gracias a Dios por Facebook!”Miles de japoneses se conectaron a Internet en las horas posteriores al devastador terremoto y al tsunami que asolaron el país el 11 de marzo para comunicar a sus parientes que se encontraban a salvo, aunque las redes sociales también mostraron la preocupación existente sobre los accidentes en las plantas nucleares.
Cuando se difundió la noticia el 12 de marzo de una fuga radiactiva en la planta nuclear de la empresa Tokyo Electric Power (Tepco) en la ciudad de Fukushima, después de una explosión dentro de las instalaciones, gran cantidad de mensajes publicados en las redes sociales mostraron el pánico de la gente.
“Volví a casa a las 8 de la mañana después de una deprimente noche (...) Ahora, la planta nuclear ha explotado y puede que ya hayamos estado expuestos a la radiactividad”, afirmó preocupada en Facebook una oficinista de 23 años desde Tokio. “Simplemente no sé qué hacer, qué será lo próximo y si estaré viva mañana”, se preguntó.
En otros lugares del mundo, desde las colinas del norte de India hasta las abarrotadas ciudades de Estados Unidos, ciudadanos japoneses que se encontraban de vacaciones utilizaron Twitter, Facebook y la japonesa Mixi para contactar a sus familias después del desastre, que destruyó las líneas telefónicas.
“No puedo conseguirlo por teléfono (...) pero lo conseguí a través de Facebook. ¡Gracias a Dios por Facebook!”, publicó un residente de Tokio en su perfil. "¡Sí! Derroca dictadores y reúne a los seres queridos", publicó otro usuario. ¿Podré sobrevivir a esto?, se preguntaba una mujer japonesa en Internet.
Pero otros no tuvieron tanta suerte. “Aún no me he podido contactar con mi familia y mis amigos tras el tsunami”, publicó una estudiante de la Universidad de Sophia, en Tokio. “La información es necesaria para mí”. Y muchos tenían dudas sobre la capacidad de las autoridades para manejar el desastre. "No me fío de Tepco", dijo un usuario de la red Mixi apodado “Tanuki Atsushi”.
“No deberían parar de trabajar para limitar los daños a la gente aunque no vaya a ser un accidente tan grande como el de Chernóbil”, dijo otro usuario apodado “Papa”.
Esta nerviosa reacción "online" está relacionada con el pasado conflictivo de la compañía nuclear. En 2002, el presidente de la mayor firma energética del país se vio forzado a dimitir junto con otros cuatro ejecutivos, a consecuencia de una supuesta falsificación de los registros de seguridad de la planta nuclear.
La empresa fue sospechosa de 29 casos de falsificación de registros de reparaciones en reactores nucleares y tuvo que interrumpir las operaciones en cinco de los reactores, dos de ellos dañados en los últimos temblores, para realizar inspecciones de seguridad.
Algunos centraron su ira por el desastre en el Gobierno del impopular primer ministro Naoto Kan. “No creo que (los integrantes del PDJ) merezcan ser llamados políticos”, dijo un usuario de Twitter refiriéndose al Partido Democrático de Japón, actualmente en el poder. “¿Crees que alguna vez voy a apoyarles? No, nunca”, agregó.
Así, los testimonios e imágenes de personas afectadas sobre el terreno inundaron servicios como Twitter, YouTube, Tumblr y otros sitios de publicación de textos e imágenes. Y en Twitter, los hashtags #tsunami y #Sendai tuvieron un protagonismo inusitado.
Japón es uno de los países más desarrollados en cuanto a redes de telecomunicaciones, tanto por cable como inalámbricas.
El tráfico de datos móviles se garantizó mínimamente en casi todas las zonas del país, menos en las más afectadas, a diferencia de la red fija.
Decenas de miles de personas quedaron en el piso de las calles de Tokio o bloqueadas en los transportes públicos, por la interrupción de los ferrocarriles y el subterráneo, a causa del sismo. Desde allí testimoniaron sus experiencias desde el móvil.
Así, las redes sociales se convirtieron en el medio utilizado por la gran mayoría para tranquilizar a familiares, comentar situaciones o dar localizaciones y, en pocas horas, se acumularon miles de mensajes.
Twitter y libertad“La gente siempre encontrará una forma de comunicar”, explicó Dick Costolo, director ejecutivo de Twitter en el último congreso mundial de móviles en la ciudad catalana de Barcelona, en febrero.
En este contexto, aludió a uno de los mayores acontecimientos de los últimos años en el mundo árabe: el derrocamiento de Hosni Mubarak el 11 de febrero, como consecuencia de unas manifestaciones de casi tres semanas en Egipto.
Hoy en día, con la tecnología disponible, y por muchos impedimentos que pueda establecer un Estado, el ciudadano puede encontrar la manera de citarse con otros individuos y comunicarse. Es una realidad que vale para Medio Oriente pero también para el resto del mundo.
“La gente empezó a usar Twitter para saber lo que ocurría en Egipto”, añadió el CEO con entusiasmo. “Todo lo que queremos es interconectar a los usuarios con lo que realmente les interesa”, aseguró, y remarcó: “La red social ya permite seguir la oleada de cambios en los países árabes como si fueran partidos de fútbol en directo”.
Es que pocas empresas pueden decir que contribuyeron a la caída de regímenes autocráticos o a la solidaridad ante tragedias naturales o humanas.
Costolo enfatizó en las oportunidades que abre su plataforma en las comunicaciones globales. “Para la gente que vive en el desierto, quizás Twitter sea otra forma de interactuar”.
Al respecto, Mohamed El Baradei, premio Nobel de la Paz y uno de los principales opositores a Mubarak, apuntó: “Ahora que la juventud de El Cairo, armada únicamente con Facebook y el poder de sus convicciones, ha animado a millones a lanzarse a las calles para pedir un Egipto verdaderamente democrático, sería absurdo continuar apoyando por razones tácticas a un régimen que ha perdido la confianza del pueblo”.
LímitesNo obstante, una herramienta tan poderosa como la web puede ser manipulada o interrumpida por los Estados. Por ejemplo, la catástrofe de Japón impulsó al Ejército de Estados Unidos a dar prioridad al tráfico de Internet relacionado con el país asiático.
Es que la crisis tras el sismo y el tsunami provocó que la demanda informativa y de comunicaciones en el país nipón fuera muy elevada.
El ejército del país norteamericano cuenta con un comando de operaciones estratégico que procederá a limitar el volumen de información de determinadas páginas.
Según la CNN, las páginas afectadas fueron informadas mediante un correo electrónico. Entre los portales que verán reducido su tráfico habitual se encuentran YouTube, Amazon, ESPN, eBay o la MTV.
El portavoz del comando especial que realizará esta operación, Ellison Rodney, aseguró que su equipo apuntó a las páginas web dado el nivel de popularidad y el gran ancho de banda que suelen consumir.
La medida dejará un ancho de banda mayor para las comunicaciones militares con Japón que puede ayudar en la coordinación de operaciones de rescate y reconstrucción.
“Este bloqueo será de carácter temporal y puede aumentar o disminuir en tamaño y alcance en función de lo que sea necesario”, explicaron los militares en la comunicación distribuida.
Perfiles falsosLas redes sociales son un arma de doble filo. Como se vio en el caso de Egipto o Libia, pueden ser una herramienta para una revolución o, en el caso de China e Irán, para contener y vigilar a la población.
Pero el Ejército de Estados Unidos incursiona en una variante para participar en este juego: creó 500 perfiles de usuarios ficticios en redes sociales para interferir e investigar en las corrientes de opinión de servicios como Facebook o Twitter.
La creación de dichos perfiles se encargó a la empresa Ntrepid, que puso a disposición de 50 miembros del ejército 10 cuentas de usuario para cada uno, para investigar, controlar e influir en los contenidos generados.
Ntrepid cobró 2,76 millones de dólares por la creación y mantenimiento de estos perfiles según el diario inglés The Guardian. El fin de esta operación es el de mantener controlados los movimientos en las redes sociales y lanzar posturas que convengan al Gobierno.
La compañía generó identidades falsas con antecedentes creíbles y con contenidos que no hagan sospechar a los usuarios. Los perfiles desarrollan identidades de distintas edades, sexos y origen, todo con el fin de poder abarcar el mayor espacio posible de los temas en redes sociales.
Las fuentes que han confirmado la noticia al diario británico aseguraron que el objetivo no es la propia población americana sino la del extranjero. En este sentido, pretenden mantener cierto control con grupos extremistas que se relacionen en la red y con organizaciones que realicen propaganda contra los Estados Unidos fuera de sus fronteras.
Ante estas movidas cibernéticas del Pentágono, no debería descartarse que Hollywood, creador en 2010 de la famosa película “La red social” sobre Facebook, deba actualizar la trama de “Wag the dog”, conocida en la Argentina como “Mentiras que matan”, aquella película de 1997 dirigida por Barry Levinson y protagonizada por Dustin Hoffman y Robert de Niro.
El film trata de la utilización de los medios de comunicación como recursos políticos para influir en la decisión de los votantes y así poder ganar unas elecciones. La estrategia fue inventarse una guerra con un país desconocido para la mayoría del pueblo estadounidense, Albania, debido a que los opositores divulgaron la noticia de abusos sexuales del Presidente a una menor que visitaba la Casa Blanca a solo unos días de las elecciones.
Los personajes de Hoffman y De Niro, asesores de la Casa Blanca, crean una guerra ficticia: produjeron un cortometraje que trata de una guerra en Albania. La escena de una chica corriendo con un gato en las manos y con ruidos de disparos de fondo es la más famosa de ese film. Quizás, en el futuro, en otra película se muestre a perfiles falsos en Twitter o Facebook diseminando noticias u opiniones falaces.
Fuente: tecnologia.iprofesional.com