Las relaciones entre la filosofía y las ciencias sociales
César Ricardo Luque Santana
Una de las inquietudes de los estudiantes de filosofía de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) para incorporar a la celebración del Día Internacional de la Filosofía de este año fue acerca de la relación entre la filosofía y las ciencias sociales, lo que dio lugar no sólo a un panel al respecto sino que constituyó el título de las jornadas dedicada a dicha celebración.
Para este panel se invitó a participar a un profesor por cada una de las carreras del área de ciencia sociales y humanidades de la UAN, a los cuales se les pidió que presentaran una ponencia sobre las diversas relaciones entre la filosofía y cada una de las carreras que conforman la mencionada área, a saber: política, educación, psicología y ciencias de la comunicación, además de filosofía desde luego. Algunas de las cuestiones a analizar se refieren entre otras cosas a escudriñar la importancia de la formación filosófica en cada carrera profesional de las arriba mencionadas y, análogamente, valorar la necesidad que tiene la filosofía de abrevar de los conocimientos científicos en general y de las ciencias sociales en particular, comentando asimismo cuáles han sido las relaciones históricas entre ambas, además de otros temas afines.
Desde la perspectiva de la carrera de filosofía, me parece importante empezar por interpretar las motivaciones que han llevado a un grupo de estudiantes a interesarse por estos tópicos: ¿qué hay de fondo en esta propuesta o en esta necesidad de reflexión? Por lo que a mí concierne, me parece evidente que no se plantea esta temática desde el plano de la Filosofía de la Ciencia o de la Filosofía de las Ciencias Sociales, sino que obedece a motivaciones más prácticas y externas, lo cual no es casual con la otra mesa propuesta también por los alumnos acerca de “El ser y quehacer de la filosofía desde una dimensión social”. En otras palabras me parece que las inquietudes de ambas actividades de discusión tienen que ver con sus dudas acerca de la carrera de filosofía como profesión y con el hecho de que muchos estudiantes querían originalmente estar en otras carreras del área de ciencias sociales y humanidades, pero que por circunstancias diversas tuvieron que refugiarse en la licenciatura en filosofía, tal vez algunos se sintieron resignados a su suerte y otros aspirando todavía la posibilidad de un cambio de carrera aunque saben que tienen pocas probabilidades para ello.
Ya en la mesa anterior, discurrí sobre el tema de “La utilidad de la filosofía”, sobre su percepción social negativa desde la antigüedad hasta nuestros días y dije algunas cosas sobre el campo de trabajo del filósofo de acuerdo con lo señalado en el perfil de egreso de nuestra licenciatura, diferenciándolo de la problemática del mercado laboral del filósofo al que también aludí someramente. Ahora intentaré señalar las relaciones que a mi juicio existen entre la filosofía y las ciencias sociales. En primer lugar, diré que la ciencia y la filosofía han sido siempre aliados históricos y hoy se necesitan más que nunca, aunque es importante mencionar que dichas relaciones entre ellas no han estado exentas de tensiones. En la antigüedad, ambas estaban imbricadas estrechamente. En la era moderna hasta buena parte del siglo XIX, se consideraba a la ciencia orgánicamente ligada a la filosofía de manera que no es por azar que muchos títulos de obras y sociedades científicas de esa época usaran la denominación de “filosófica”. Ciertamente, las ciencias fácticas empezando por la física, se constituyeron como un saber científico cuantitativo autónomo y relativamente independiente de la filosofía desde el siglo XVI, pero su separación de ella en términos reales y conceptuales ocurrió a finales del siglo XIX afianzándose posteriormente a principios del siglo XX. Durante la Edad Media la filosofía se volvió sierva de la teología de manera que la ciencia resultó eclipsada por la religión, dando lugar a una larga etapa de oscurantismo. A inicios del siglo XX, el positivismo lógico trató de supeditar en vano la filosofía a las ciencias naturales, mientras que una vertiente del marxismo interpretó instrumentalmente a la filosofía como “una arma de la revolución”.
En la actualidad, la filosofía es importante en las ciencias sociales no sólo porque muchas de ellas surgen precisamente de la filosofía, sino porque muchas de las teorías de éstas disciplinas han sido elaboradas por filósofos o pensadores con una gran formación filosófica. Sin embargo, hay otros puntos de contacto que provienen de disciplinas filosóficas como la Ética y la Epistemología donde esta última ha cobrado una enorme importancia en la formación científica dentro de las ciencias sociales (y también de las ciencias naturales), precisamente porque se trata de una metateoría que ayuda a esclarecer la validez de sus propios conocimientos permitiendo analizar problemas acerca de la elaboración y función de las teorías, el problema entre lo objetivo y lo subjetivo (la relación sujeto-objeto) en la construcción de la verdad científica, las problemáticas metodológicas, la cuestión del lenguaje científico y sus procesos de formalización concomitantes, entre otros tópicos similares.
En la Ciencia Política, la relación con la filosofía es muy estrecha pues la ésta implica, en gran medida, una toma de posición política. La insistencia de las teorías filosóficas de la política en los valores, las teorías de la justicia, el poder y otras, son muestras de esta relación. Con la Psicología, la filosofía mantiene también nexos milenarios, pues las primeras teorías psicológicas fueron de corte filosófico (especulativas), mientras que determinadas concepciones filosóficas estás subyacentes en las actuales teorías psicológicas y educativas. La Filosofía de la Mente es actualmente una disciplina filosófica relativamente nueva que se alimenta de las ciencias neurológicas y psicológicas para estudiar problemas como el de la inteligencia artificial, entre otros. Los vínculos con las Ciencias de la Educación también son milenarios y estrechos pues los filósofos de todas las épocas se han preocupado hondamente por los problemas educativos de manera diversa, además de que el filósofo que ejerce la docencia necesita de una formación pedagógica y didáctica. Actualmente existe una disciplina filosófica llamada Filosofía de la Educación, del mismo modo que existe la Filosofía Política y una Filosofía de la Psicología, que actúan como metateorías de cada una de ellas. En cuanto a las Ciencias de la Comunicación también existe aunque de manera más marginal e incipiente una Filosofía de la Comunicación; no obstante que el tema de la comunicación siempre ha sido importante para la filosofía como lo demuestran los estudios tempranos de los sofistas, de Platón, de Aristóteles y de los romanos sobre la retórica, y el desarrollo posterior de una Teoría de la Argumentación con una base lógica, así como la misma Filosofía del Lenguaje. Los estudios de Semiótica también son de enorme interés tanto para las Ciencias de la Comunicación como para la Filosofía por la cuestión simbólica y, asimismo, hay importantes teorías de la comunicación elaboradas por filósofos. La importancia creciente en nuestra sociedad de los medios de comunicación electrónicos, constituye para la filosofía, a la vez de un recurso para ampliar su radio de acción, un objeto de investigación en sí mismo. Del mismo modo, los filósofos están obligados a ser buenos comunicadores mediante la escritura y la expresión verbal, siendo habilidades o competencias que deben distinguirlos.
Pienso que bastaría analizar en detalle la relación entre la filosofía y alguna de las ciencias sociales aquí mencionadas para identificar todos sus vínculos y puntos de contacto, y para confirmar que no se puede hacer ciencia sin la filosofía ni filosofía sin la ciencia, pues “la ciencia sin la filosofía sería ciega y la filosofía sin la ciencia sería vacía”. En este sentido y retomando lo que creo fueron algunas de las motivaciones originales que dieron lugar a este panel, los alumnos podrán darse cuenta de que a través de la filosofía podrían retomar o reencauzar sus inquietudes originales en alguna de las ciencias sociales de su interés, aunque requerirán, desde luego, una formación adicional en ellas. Sin embargo, sólo podrán mejorar sus expectativas de acercamiento a alguna ciencia social o natural en particular, si primero se preocupan por conquistar o adquirir una sólida formación filosófica.
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Noviembre de 2009