La religión (o la espiritualidad) bien entendida es un elemento de ayuda en nuestra vista particular y en relación con los demás; mal entendida es un arma de fanatismo muy peligrosa. La política Madeleine Albright decía: "La religión es como un cuchillo, puedes usarlo como un arma o para partir el pan". Con frecuencia la utilizamos en su primera versión.
Hace algún tiempo publicamos un post titulado Economía y humor: el caso de las dos vacas, en el que hablábamos de economía en tono humorístico. Ahora hacemos lo mismo con la religión.