El racismo designa un fenómeno de desigualdad social, de discriminación y abuso de poder que, como tal, existe a lo largo de la historia de la sociedad humana. Sin embargo, ¿en qué momento cobra auge la palabra racismo?El racismo como forma de abuso de poder, contra pueblos de apariencia o de cultura diferentes, existe desde hace muchos siglos, como sabemos; ejemplo de ello es el término barbaroi, usado por los griegos para referirse a los pueblos diferentes de ellos. El racismo con una base más ideológica y explícita nació en los siglos XVIII y XIX, como una forma de legitimar la superioridad de la raza blanca, también en trabajos que hoy llamaríamos de pseudociencia, pero que en la época se tomaron muy en serio. Hasta por lo menos después de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, las ideas racistas en la ciencia tenían mucha influencia y aplicaciones en el movimiento eugenésico, que también influyó las políticas de inmigración en América Latina. De acuerdo con tus investigaciones, ¿cuáles son las principales características que definen al racismo? Como ya has indicado, la primera característica general del racismo es que se trata de un sistema social de abuso de poder, de dominación, igual que el sexismo. El sistema tiene dos componentes principales: primero, las prácticas racistas que llamamos la discriminación o el racismo cotidiano, de las interacciones en que gente blanca problematiza, marginaliza, excluye y hasta extermina a los otros y de otras culturas u otra apariencia; en segundo lugar, es un sistema de representaciones racistas compartidas por grupos, como las actitudes e ideologías que forman la base y la legitimación de las prácticas racistas. El discurso forma el interfaz crucial del sistema: es una práctica social como otras, y por tanto puede ser discriminatoria; las ideologías racistas se aprenden y se distribuyen en general por los discursos, sobre todo los discursos de la política o de los medios de comunicación. Crucial en este caso es el rol de las elites simbólicas de las tres p: políticos, periodistas y profesores, porque ellos controlan o tienen acceso privilegiado al discurso público. ¿Qué función tiene el discurso en la reproducción del racismo hoy en día?, partiendo del presupuesto de que actualmente el racismo es políticamente incorrecto, es mal visto en la opinión pública. El discurso puede ser una práctica racista por su contexto (quién habla a quién, cuándo y con qué objetivo) y por su texto: la manera sistemática de enfatizar lo bueno de nosotros los europeos-blancos y lo malo de ellos no-europeos; por ejemplo, en la selección sesgada de temas, palabras, argumentos, narraciones, metáforas. Ese discurso negativo puede tener una influencia negativa sobre los modelos mentales que la gente tiene, sobre eventos en que participa otra gente, y esos modelos mentales pueden generalizarse a actitudes e ideologías más fundamentales que en su turno pueden aplicarse después en actos y otros discursos. Así se cierra el círculo vicioso de la reproducción del racismo. Lo que es políticamente incorrecto es sólo el racismo de la extrema derecha, pero no el racismo cotidiano más sutil o indirecto de nuestros políticos, periodistas o profesores al que no quieren llamar racismo. ¿Cuáles son los discursos dominantes que repercuten en la reproducción del racismo? Depende de la época y del contexto. Antes, tal vez era el discurso de la iglesia, por ejemplo, sobre los judíos o los indígenas y otros «paganos». Hoy en día es el discurso de quienes tienen más acceso al discurso público, como el discurso político, de los medios de comunicación, de la educación y de la ciencia. ¿Cuáles son las principales estrategias discursivas en la reproducción del racismo, no sólo en los discursos dominantes, sino también en el lenguaje cotidiano? Ya mencioné la estrategia ideológica de la polarización, en que a los otros se representa sistemáticamente con un sesgo negativo, en todos los niveles del discurso. Muy importante es la repetición de temas negativos, como decir que ellos son delincuentes, agresivos, problemáticos, o el uso de palabras como ilegales en vez de gente sin papeles o en situación irregular. Muy conocido es el uso de los que se llaman disclaimers en inglés, como el notorio «no tengo nada contra inmigrantes, pero…». Las metáforas que enfatizan lo negativo, como olas o avalanchas de grandes grupos de recién llegados, también expresan una evaluación negativa, que puede reforzar la idea de ahogarse en la masa de inmigrantes. Has señalado que el racismo no es innato, sino que se aprende a través del lenguaje. El niño aprende un prejuicio racista y lo puede poner en práctica a través de su discurso. Probablemente no podemos evitar que los niños aprendan los prejuicios racistas; sin embargo, ¿cuáles serían las alternativas más eficaces para que aprendan a no tener actitudes racistas, es decir, a adquirir ideologías con respecto a la igualdad social, por ejemplo? Los niños aprenden el racismo primero de sus padres, quienes lo aprenden de los discursos dominantes que mencioné antes, y luego de sus compañeros, que también lo aprenden de sus padres. Pero también el discurso de la educación es importante, como los profesores o los libros de texto, que muchas veces reproducen estereotipos sobre inmigrantes o minorías. Finalmente, por supuesto, la televisión y sus películas y programas tienen un rol muy importante. En suma, es una influencia muy compleja de varios tipos de texto, en muchos contextos diferentes. Es obvio que de la misma manera los niños pueden aprender a ser antirracistas, si tienen acceso a discursos y gente antirracista, lo que por desgracia es una minoría de la gente del grupo dominante. Son las experiencias y las interacciones en la adolescencia y como estudiantes, sin embargo, las que establecen las ideologías terminantes de la gente para su vida adulta. Muchos niños crecen con textos y en contextos racistas sin desarrollar una ideología racista; por ejemplo, por el efecto de la relación con una abuela o un amigo querido. Tú has analizado la reproducción del racismo, fundamentalmente en la prensa comercial, así como en el discurso político parlamentario, en lugares como Holanda, Inglaterra y España. ¿Cuáles son los principales grupos sociales que son objeto de actitudes racistas en esos países? En Europa son, sobre todo, los inmigrantes que llegaron de África, de Asia y de América Latina, como los turcos (en Alemania y Holanda), los marroquíes (en Holanda, Francia y España), los latinoamericanos (sobre todo de apariencia más indígena), y los chinos. En general se habla de prensa y de políticos de izquierda y de derecha. Según tus estudios, qué diferencias y semejanzas observas en la reproducción del racismo entre los discursos de izquierda y de derecha. Las diferencias en general son más de estilo y de grado que de contenido. En general, los gobiernos de izquierda no aplican una política de inmigración mucho más tolerante que los de derecha. La prensa de izquierda puede hablar de una manera menos negativa sobre inmigrantes, pero igual expresa y confirma los estereotipos, la delincuencia, las costumbres religiosas, y en general lo problemático de los otros. Y todos, de izquierda y de derecha, ignoran, disminuyen o niegan el racismo de las elites. Tú has hecho investigaciones y conoces estudios de la reproducción del racismo, tanto en Europa como en América (en particular de América Latina), ¿notas diferencias entre la reproducción del racismo discursivo en ambos continentes? Porque el racismo siempre depende del contexto. Los racismos en América Latina, por supuesto, se manifiestan de una manera diferente que en Europa. Sin embargo, el racismo latinoamericano es un racismo importado de Europa, por los colonizadores e inmigrantes europeos, y reproducidos por las generaciones de eurodescendientes e incluso por los mestizos, después. Diferente es, primero, que el racismo americano es antindígena, y perpetrado por invasores, no como en Europa por los pueblos originarios. Segundo, en las Américas el racismo dominante es antiafricano, como consecuencia de la posición de los afrolatinos como esclavos, y después como clases más pobres. Desde siglos, la vida común entre blancos, indígenas y afrolatinos ha sido mucho más de interacciones diarias frecuentes, donde los últimos en general eran los sirvientes de los primeros. ¿De qué modo ha evolucionado la ideología capitalista con la ideología racista? Es como Rigoberta Menchú dice: el racismo se inventó en el siglo XVIII, sobre todo, para legitimar la conquista, la esclavitud y el colonialismo. Después servía para fortalecer y reproducir la hegemonía blanca, como todavía es el caso en Europa; capitalismo y racismo han caminado históricamente de la mano. Tus primeros estudios fueron de teoría literaria (poesía francesa), luego de lingüística, estudios muy formales; ¿en qué momento surge la preocupación y el interés por estudiar el racismo?Eso ocurrió más o menos en 1980, fortalecido por una estancia de meses en México, donde por primera vez miré la miseria y el trato contra los indígenas. En Holanda, mi interés en temas sociales creció por la observación de la ignorancia y la negación del racismo, y la falta de interés de la lingüística y los estudios del discurso para esas formas de abuso de poder. En general, ¿cuánta atención tiene el estudio del racismo en el marco de los estudios críticos del discurso y qué crees que aún falta por investigar? Hay muchísimas cosas que todavía tenemos que estudiar, por ejemplo: los discursos más difícilmente accesibles de las elites simbólicas, las reuniones de los gobiernos, de la redacción de los medios de comunicación, de las conversaciones de profesores, jueces, burócratas, policías; hay que analizar todavía muchos periódicos, programas de televisión, debates parlamentarios, o libros de texto, sobre todo en España; se necesita examinar más aspectos de los discursos, incluso de las imágenes, y en general de los discurso multimodales, también en internet. Y, por supuesto, también hace falta estudiar los antidiscursos y discursos de resistencia de los inmigrantes o grupos antirracistas.Extraído de: Interpretextos http://www.ucol.mx/interpretextos/pdfs/501_inpret505.pdfFacebook, e internet.