Es más extensa la lista de estos delitos y puede aumentar a mi criterio con nuevas situaciones que se están presentando en el panorama internacional.
La esclavitud, la tortura, los asesinatos en masa, la desaparición forzada, el exterminio y el apartheid, aparecen en este amplio elenco de delitos condenables por todo el género humano, pero que de alguna manera algunos países que cometen estos delitos, hábilmente no firman, los tratados internacionales donde ellos son caracterizados, para no sentirse obligados a rendir cuenta ante los tribunales internacionales y mantener la inmunidad de las tropas que los ejecutan.
En la enumeración, que pienso es enunciativo y no taxativo de estos delitos, hay un aparte que contempla también como delito de lesa humanidad “ ..Otros actos inhumanos de carácter similar que acusen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten contra la integridad física o la salud mental o física”
Si observamos los países tradicionalmente agresores, interventores, que ha mantenido y mantienen todavía colonias, que han expoliado las riquezas naturales de otras naciones, que las han dividido para continuar dominándolas, para beneficio propio, sin importarle el sufrimiento de los pueblos explotados, buscan nuevas modalidades intervencionistas, quizás, más sofisticadas, pro no menos crueles, para continuar con sus pretensiones expansionistas.
En el marco de estas nuevas modalidades está la implementación de sanciones a granel contra los países, que no se someten a sus requerimientos, que desean desarrollarse autónomamente, de acuerdo a la auto determinación de pueblos, que constituye un derecho humano. Pero frente a estas ansias liberadoras, los países que siempre han tenido el control de la armas y por supuesto el poder para imponerse, descaradamente admiten, como el caso de Estados Unidos, por boca de su propio presidente ejercicio Barat Obama, Ellos: “torcerían el brazo a los países que no están de acuerdo con sus intereses”.
En esta imposición de sanciones de carácter económico y financiero, utilizan el argumento, que ella no van dirigidas contra los pueblos, sino contra los dirigentes que ellos previamente han estigmatizados como dictadores o corruptos. No hay mayor falsedad en este argumento, por cuanto al impedir que los países sancionados puedan acceder al mercado internacional en la búsqueda de productos (alimentos, medicinas y otros bienes), se les bloquee sus cuentas bancarias, se impidan los créditos internacionales, se presione a otras naciones para que no comercien con los países por ellos sancionados, se está produciendo un agravio inmenso a sus pobladores, que al final serían los que recibirían todos los productos que les están siendo bloqueados.
No se ha contabilizado el número de víctimas, pero son millones de personas en varios países del mundo, los que están siendo afectados por estas injustas medidas, millones son los muertos que han ocasionado, discapacitado otros, daños sociales a gran escala y la destrucción económica de esos países, que es lo que al final buscan, para quebrar la voluntad del pueblo y su gobierno, con el objeto de dominarlos a su antojo.
Estos crímenes consecuencia de la Guerra Económica y las sanciones a granel perfectamente encajan dentro de la categoría de crímenes de Lesa Humanidad y los países victimas de estas agresiones, miembros firmantes o no del Estatuto de Roma, que consagra la Corte Penal Internacional, deben así proponerlo en los órganos y foros internacionales, para que el mundo no esté de espaldas a esta nueva modalidad delictiva, que injuria y agravia a toda la humanidad. Así lo propongo. La Corte Penal Internacional a grandes rasgos definió a los Delitos de Lesa Humanidad como aquellos que agravian a toda la humanidad, generalmente las personas lo asocian al genocidio, los crímenes de guerra y a la agresión hacia los pueblos.
Es más extensa la lista de estos delitos y puede aumentar a mi criterio con nuevas situaciones que se están presentando en el panorama internacional.
La esclavitud, la tortura, los asesinatos en masa, la desaparición forzada, el exterminio y el apartheid, aparecen en este amplio elenco de delitos condenables por todo el género humano, pero que de alguna manera algunos países que cometen estos delitos, hábilmente no firman, los tratados internacionales donde ellos son caracterizados, para no sentirse obligados a rendir cuenta ante los tribunales internacionales y mantener la inmunidad de las tropas que los ejecutan.
En la enumeración, que pienso es enunciativo y no taxativo de estos delitos, hay un aparte que contempla también como delito de lesa humanidad “ ..Otros actos inhumanos de carácter similar que acusen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten contra la integridad física o la salud mental o física”
Si observamos los países tradicionalmente agresores, interventores, que ha mantenido y mantienen todavía colonias, que han expoliado las riquezas naturales de otras naciones, que las han dividido para continuar dominándolas, para beneficio propio, sin importarle el sufrimiento de los pueblos explotados, buscan nuevas modalidades intervencionistas, quizás, más sofisticadas, pro no menos crueles, para continuar con sus pretensiones expansionistas.
En el marco de estas nuevas modalidades está la implementación de sanciones a granel contra los países, que no se someten a sus requerimientos, que desean desarrollarse autónomamente, de acuerdo a la auto determinación de pueblos, que constituye un derecho humano. Pero frente a estas ansias liberadoras, los países que siempre han tenido el control de la armas y por supuesto el poder para imponerse, descaradamente admiten, como el caso de Estados Unidos, por boca de su propio presidente ejercicio Barat Obama, Ellos: “torcerían el brazo a los países que no están de acuerdo con sus intereses”.
En esta imposición de sanciones de carácter económico y financiero, utilizan el argumento, que ella no van dirigidas contra los pueblos, sino contra los dirigentes que ellos previamente han estigmatizados como dictadores o corruptos. No hay mayor falsedad en este argumento, por cuanto al impedir que los países sancionados puedan acceder al mercado internacional en la búsqueda de productos (alimentos, medicinas y otros bienes), se les bloquee sus cuentas bancarias, se impidan los créditos internacionales, se presione a otras naciones para que no comercien con los países por ellos sancionados, se está produciendo un agravio inmenso a sus pobladores, que al final serían los que recibirían todos los productos que les están siendo bloqueados.
No se ha contabilizado el número de víctimas, pero son millones de personas en varios países del mundo, los que están siendo afectados por estas injustas medidas, millones son los muertos que han ocasionado, discapacitado otros, daños sociales a gran escala y la destrucción económica de esos países, que es lo que al final buscan, para quebrar la voluntad del pueblo y su gobierno, con el objeto de dominarlos a su antojo.
Estos crímenes consecuencia de la Guerra Económica y las sanciones a granel perfectamente encajan dentro de la categoría de crímenes de Lesa Humanidad y los países victimas de estas agresiones, miembros firmantes o no del Estatuto de Roma, que consagra la Corte Penal Internacional, deben así proponerlo en los órganos y foros internacionales, para que el mundo no esté de espaldas a esta nueva modalidad delictiva, que injuria y agravia a toda la humanidad. Así lo propongo.