Mientras que en el seno la Selección argentina todavía se debate las características del proyecto que quiere adoptar para volver a empezar o si debe Batista prolongar definitivamente su tarea como seleccionador nacional, las demás potencias mundiales ya despegaron con parte de la ruta que quieren transitar en claro. En una fecha FIFA incordia, debido a que en Europa están todavía de pretemporada o recién arrancando la primera jornada de competencia, Francia e Italia iniciaron sus reconstrucciones, más que imperiosas después del naufragio en Sudáfrica, con sendas derrotas; Brasil, en un sendero totalmente antagónico al del militarizado Dunga, comenzó a pura danza.
La Azzurra le dio la bienvenida a Prandelli, junto a Spalletti, uno de los entrenadores italianos que en los últimos tiempos aspiró a tener en sus equipos algo más que un cerrojo en el arco y un estilo de precaución tedioso característico del fútbol italiano contemporáneo. El primer paso fue renovar con sangre nueva al seleccionado y levantarle la proscripción a nombres talentosos como Cassano, Balotelli, Borriello, Amauri -brasileño nacionalizado- o Rossi. Sin embargo, el debut contra Costa de Marfil no fue el mejor y cayó 1-0, por obra de Kolo Touré. Salvo algunos chispazos de Casssano en los primeros instantes, Italia no pudo hacer pie, padeció desajustes defensivos y sufrió el buen trato de pelota con el que sorprendieron los africanos -ya librados del sueco Ericksson-, liderados por un omnipresente Yaya Touré -que pedazo de volante acaba de dejar ir el Barcelona-.
Prandelli necesitará un poco más de tiempo para lavar la imagen de una Italia demacrada. Al renovar las caras, ya dio un paso adelante. No estará solo en la misión, puesto que la FIGC también sumó a históricos como Roberto Baggio -nuevo manager-, Arrigo Sacchi -coordinador de selecciones juveniles- y Gigi Rivera -responsable de categorías inferiores-.
Les Bleus, con el mismo objetivo que los italianos, tampoco pudieron alcanzar una victoria en el estreno de Blanc como seleccionador ante Noruega. El presidente, como le dicen en Francia al ex defensor campeón mundial en 1998, es un técnico que se decanta por la armonía y la fluidez como premisa en el juego de sus equipos. En esta primera prueba decidió no contar con los 23 representantes franceses que protagonizaron el Moulin Rouge regenteado por Domenech en tierra sudafricana. Utilizó a nombres como los de Benzema, Nasri o Mexés -nuevo capitán-, desechados por el astrólogo. Por momentos transmitió buenas sensaciones, pero terminó derrotado 2-1 contra los nórdicos, obra de Huseklepp (descuento de Ben Arfa).
Varios de la prueba experimental volverán a ser citados, pero seguramente también retornarán hombres de calidad como Ribery, Diaby y Gourcuff, decepcionante en el Mundial -incluso se dijo que los compañeros le pidieron a Domenech que no lo pusiera- pero cerebro vital del Burdeos exitoso del propio Blanc.
Si bien la labor de Brasil en el Mundial no fue floja, al menos para quien escribe, el objetivo de la Canarinha en cada cita mundialista es el primer puesto. Más aun cuando Dunga decidió sacrificar el histórico estilo alegre y de belleza en pos del sacrificio colectivo y la pisada férrea, algo intolerable para un sector mayoritario de los fanáticos brasileños (y del resto del mundo). El elegido por la CBF para que la fiesta en el 2014 no se mueva de casa, es Mano Menezes (@manomenezes, para los utilizan Twitter), con un principio de juego antagónico al de Dunga. La primera decisión para afrontar el primer choque fue convocar a prodigios de la fantasía que Dunga descartó, como Ganso, Neymar, Alex Pato y Hernanes y le dio descanso a mundialistas como Julio César, Lucio o Maicon -estuvo Dani Alves-. Resultó victoria allá Brasil por 2-0 a Estados Unidos, con gritos de Neymar y Pato.
Un triunfo rociado de esencia brasileña, con el trío de Santos compuesto por Robinho, Ganso y Neymar sintonizado en una frecuencia de puro fútbol reluciente y entendimiento. Menezes optó por retornar a los orígenes y terminar con el régimen disciplinario de Dunga. Nombres como Thiago Silva, David Luiz, Ramires, Hernanes, los ya mencionados meninos do Santos ilusionan de sobra al anfitrión de la próxima Copa del Mundo.
Las otras potencias también pusieron primera.
El campeón del mundo estrenó su corona frente a México con una actuación deslucida y apática. Los ahora dirigidos por Meza se pusieron en ventaja con gol de Chicharito Hernández -pensar que Aguirre le puso por encima a Guille Franco…-, el chico del momento que ya le hace sacar pecho a Alex Ferguson, pero un acierto de Xavi y la definición de Silva sentenciaron las tablas.
Alemania, con una formación alternativa a la que hizo furor en Sudáfrica, se dejó empatar 2-2 con Dinamarca, tras ir dos goles en ventaja -errores de Tasci y el arquero Wiese-. Inglaterra, que apostó a seguir con Capello, le ganó a Hungría 2-1, con dos hermosos tantos de Gerrard, tras empezar perdiendo con un gol que no existió porque la pelota no cruzó en su totalidad la línea -siguen bombeando a los inventores del fútbol-. Y Holanda, con un equipo C y sin los ninjas de la final contra España, apenas igualó 1-1 con Ucrania.
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