Las sentencias latinas de Publilio Siro

Publicado el 31 mayo 2012 por Franciscogarciajurado
Thornton Wilder recreó en su novela Las idus de marzo al mimógrafo Décimo Laberio con un nombre ficticio, Pactino. Cuenta Wilder cómo César tuvo que degradar a éste de su condición de caballero a causa de los duros ataques que aquél profería contra su persona. A esta circunstancia alude Aulo Gelio cuando nos habla del rival teatral de Laberio, Publilio Siro. De Publilio, al margen de un fragmento en el Satiricón de Petronio, sólo se han conservado las colecciones de sentencias, como ya comentamos en la Introducción. Esto ha convertido al mimógrafo en un involuntario autor moralista, algo que nos recuerda, asimismo, a Séneca. Estas sentencias pasaron a los cánones escolares de la Antigüedad e hicieron las delicias de humanistas como Erasmo (en la imagen), que las publicó en 1514. Pocos saben que Francisco Navarro y Calvo añadió a su traducción decimonónica de las Noches áticas (1893) la traducción de las sentencias de Siro. Las sentencias están en el tomo segundo, a manera de apéndice, y al no aparecer reflejadas en la portada del libro han quedado durante años desconocidas. POR FRANCISCO GARCÍA JURADO
Hermosas sentencias escogidas de los mimos de Publilio Siro (17, 14)
Publilio Siro frecuentó el género de los mimos, y fue tenido en tal consideración que se le consideraba casi igual a su rival Décimo Laberio. Sin embargo, fue tan ofensiva la maledicencia y arrogancia de Laberio contra César que éste declaraba públicamente que los mimos de Publilio eran más aceptables y honestos que los de Laberio.
Es costumbre citar frecuentes y hermosas sentencias de Publilio, muy apropiadas para el uso de la conversación común, de entre las que, por Hércules, me apetece copiar aquí las siguientes, cada una contenida en un solo verso:
Mala es la determinación que no puede cambiarse.
Recibe beneficio quien da a una persona digna.
Has de soportar y no desaprobar lo que no puede evitarse
A quien se le permite más de lo justo, quiere más de lo conveniente.
Un compañero conversador en el camino hace las veces de un vehículo.
La frugalidad es como la miseria, pero de buena reputación .
El llanto del heredero es risa bajo su máscara.
La paciencia, dañada, con mucha frecuencia se convierte en furor.
Sin razón culpa a Neptuno quien por segunda vez naufraga.
Considera al amigo como si fácilmente pudiera convertirse en enemigo.
Cuando se soporta una antigua injuria se propicia una nueva.
Jamás se supera un peligro sin riesgo.
La verdad se pierde con la disputa desmedida.
Parte de beneficio hay en saber negar con gracia lo que se nos pide.
(Aulo Gelio, Noches áticas. Trad. de Francisco García Jurado, Madrid, Alianza Editorial, 2007)