Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series comentadas y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.
HBO Max, 17 de julio-12 de septiembre
Estados Unidos, 2023 - 10x27'Creada por Jemaine ClementDirigida por Yana Gorskaya, Kyle Newacheck, Tig FongEmmy '23: Nominada Mejor Vestuario, Diseño de Producción, Montaje, Sonido
Tras una cuarta temporada que resultó decepcionante para muchos seguidores, aunque introducía la excelente idea de Baby Colin (Mark Proksch) creciendo progresivamente, basada según el director Kyle
Newacheck en la comedia Pequeño pero matón (Keenen Ivory Wayans, 2006), la nueva temporada de Lo que hacemos en las sombras (HBO Max, 2019) supone un regreso a sus mejores momentos, centrándose en la relación entre los habitantes de la mansión en Staten Island y ofreciendo una representación de cierto grado de camaradería que se refleja a lo largo de los episodios en los que, a pesar del carácter perverso de los vampiros, encuentran siempre la manera de servir de apoyo a los demás, como en Urgent care (T5E6), en el que a pesar de que Nadja (Natasia Demetriou) descubre el gran secreto de Guillermo (Harvey Guillén), no duda en ayudarle frente a una situación francamente complicada. La serie aborda finalmente el gran anhelo del único ser humano que habita la casa, quien desde el principio ha mostrado su deseo de ser convertido en vampiro por su amo, Nandor (Kayvan Novak), aunque la decisión que toma le lleva a una perspectiva poco alentadora. Lo que permite desarrollar la relación entre ambos, siempre envuelta en cierta ambigüedad, pero también acercarle a otros habitantes de la mansión, especialmente Laszlo (Matt Berry), quien trata de encontrar una solución demostrando de nuevo que hay un sentimiento de solidaridad por encima de su condición de vampiro. La temporada también convierte a The Guide (Kristen Schaal) en un personaje principal, introduciéndola incluso en los títulos de crédito. Ella apareció como personaje invitado en el episodio The trial (T1E7), pero a partir de la tercera temporada ha ido estando cada vez más presente, hasta que en la cuarta ya aparecía en todos los episodios junto a Nadja. Y aunque a veces parece demasiado forzada su intervención dentro del círculo vampírico, tiene su propio momento brillante, A weekend at Morrigan Manor (T5E9), que sirve también para que se desencadene el clímax final.El desenlace de la quinta temporada en el espléndido episodio Exit interview (T5E10) también ha tenido un recibimiento ambivalente por parte de los espectadores, sobre todo por su propuesta de cambiarlo todo para, en realidad, no cambiar nada. Pero también tiene cierta lógica dentro del desarrollo de la historia principal que hemos estado viendo a lo largo de las temporadas anteriores, y de alguna manera supone una transformación importante en la forma en la que Guillermo adopta un punto de vista frente a la condición de vampiro, que no se limita a transformarse y disfrutar de la eternidad, sino que también lleva implicadas otras responsabilidades y necesidades que, digamos, no son tan agradables. La serie sigue manteniendo su humor irreverente en medio de situaciones caóticas, pero en esta temporada impulsa aún más la interrelación de los vampiros con su entorno, como cuando ayudan a su vecino Sean (Anthony Atamaniuk) a organizar un desfile del Orgullo que termina de forma caótica, en Pride Parade (T5E3) uno de los episodios más divertidos de la serie, cuando Colin se postula para un cargo público en The campaign (T5E4), o la rotura de una tubería de agua en el barrio acaba provocando que los vampiros aparezcan en las noticias locales en Local News (T5E5), y por supuesto la extravagante visita por primera vez a un centro comercial en The mall (T5E1).
Confirmada ya una sexta temporada, necesaria para ver cuál es el camino que seguirá en la relación entre Guillermo y los vampiros, Lo que hacemos en las sombras sigue manteniéndose como una de las propuestas más divertidas y una de las que mejor usa el formato de mockumentary, que tras una etapa destacada ha ido perdiéndose progresivamente en el género de la comedia televisiva. Con Matt Berry como principal responsable del equipo de guionistas, y una cada vez menor presencia de Jemaine Clement y Taika Waititi, una de las mejores decisiones del programa es la de mantener a un equipo de directores desde la tercera temporada, aquella en la que Scott Rudin fue apartado de la producción ejecutiva de la serie por parte de FX a dejar la producción debido a acusaciones de comportamiento abusivo. De esta forma, repiten como los únicos tres directores de la serie Yana Gorskaya, Kyle Newacheck y Tig Fong, lo que permite una cohesión narrativa y visual, aunque siguen siendo los episodios dirigidos por Yana Gorskaya los que ofrecen mayores dosis de caos y diversión.
HBO Max, 29 de julio-1 de septiembre
Estados Unidos, 2023 - 6x30'Creada por John WilsonDirigida por John WilsonEn el momento en el que el cineasta John Wilson (1986, Nueva York) pasó de colgar los videos que grababa en su canal de Vimeo a convertir su obsesión por grabarlo todo en una serie para HBO nació una de las propuestas más bizarras y al mismo tiempo fascinantes de la televisión. How to with John Wilson (HBO Max, 2020-2023) llega a su conclusión en la tercera temporada porque, según su creador, director y narrador, "no quería extender demasiado el trabajo. No quería que la calidad de las imágenes pareciera obsoleta. Siento que lo mejor que puedes hacer es dejar a la gente con ganas de más" (The Guardian, 7/8/2023). A lo largo de estos años, en buena medida coincidiendo con la pandemia del coronavirus de la que todavía hay algunos resquicios en la última temporada, la cámara de John Wilson ha ido captando la vida diaria en una ciudad como Nueva York y, como no podía ser menos, acaba ofreciendo una visión poco turística de una urbe que parece estar constantemente consumiéndose a sí misma. En un comienzo algo escatológico, John Wilson se pregunta Cómo encontrar un baño público (T3E1) sin tener que consumir obligatoriamente cualquier producto en algún bar o cafetería para conseguir la contraseña o la llave del tan ansiado WC. Pero conforme se desarrolla el episodio, descubrimos que la ciudad está llena de rastros de necesidades satisfechas en medio de la calle, como cuando un taxista revela la verdadera naturaleza de las botellas de plástico con orina que se encuentran en algunos rincones de la ciudad. Como suele suceder en cada episodio de la serie, lo que comienza de una forma acaba desembocando en algo totalmente distinto, y el primer episodio termina mostrando algunos búnkeres construidos durante la Guerra Fría, como el que se mantiene intacto bajo un hotel en Washington D.C., que estaba destinado a proteger a los congresistas en un eventual ataque nuclear. Lo que hace diferente a esta serie es la forma en que traslada el punto de vista hacia un aspecto determinado de una cotidianeidad más o menos reconocible, para finalmente acabar hablando de las relaciones personales, y de lo difícil que resulta para un ser humano convivir con otros seres humanos. En Cómo limpiarte los oídos (T3E2), lo que comienza como una exploración de los problemas de ruidos que una gran ciudad puede provocar en la convivencia, acaba en Green Bank, Virginia, un espacio carente de transmisiones electromagnéticas, en el que se refugia una comunidad de personas con hipersensibilidad electromagnética, una condición médica que hay quien pone en duda y califica como una simple hipocondría. Pero lo que demuestran las conversaciones es que incluso en este lugar de tranquilidad y silencio, la convivencia entre los vecinos sigue siendo compleja. How to John Wilson nos ha dado momentos especialmente memorables, como el episodio Cómo encontrar aparcamiento (T2E3) que reflejaba una absurda reglamentación en Nueva York sobre los aparcamientos que solo una ciudad saturada de vehículos y carente de espacios públicos podría elaborar, para acabar reflexionando sobre la búsqueda de la felicidad. En los episodios finales de esta tercera temporada, la sombra del productor Nathan Fielder, creador de El ensayo(HBO Max, 2022-), otra de las series más bizarras de los últimos años, se alarga para introducir algunos elementos en los que la realidad y la ficción se entremezclan, sobre todo en Cómo observar pájaros (t3E5), una sorprendente vuelta de tuerca que bromea sobre la incredulidad en torno a la veracidad de las situaciones que presenta el programa, convirtiendo una tranquila incursión en la observación ornitológica en las ciudades, en una especie de thriller conspiranoico en el que ha servido como consultor el director Steven Soderbergh. Efectivamente, hay quien ha puesto en duda la veracidad de algunas de las imágenes que se han mostrado a lo largo de la serie. Y, si bien es cierto que el trabajo solitario de John Wilson, que comenzó a grabar todo lo que veía desde que era niño, se ha transformado con la serie en un equipo de "cazadores de imágenes" cuya misión ha sido la de capturar los momentos más surrealistas de la vida diaria de Nueva York, y que un equipo de guionistas ha ido conformando el ensamblaje de los temas en cada episodio, de forma que en realidad no se trata de una evolución natural, sino de una construcción narrativa, no se le puede negar a How to with John Wilson su capacidad para explorar realidades que resultan absolutamente creíbles. John Wilson a veces introduce aspectos de su vida personal, y en el episodio Cómo ver un partido (T3E4), que comienza tratando de disfrutar de los partidos de diferentes deportes como hacen sus amigos, para acabar en una convención de coleccionistas de aspiradoras, describe con melancolía una relación difícil con su abuela que contrasta con la dulce relación que mantuvo con su anciana casera en temporadas anteriores. Pero también confiesa el narrador en Cómo observar pájaros (T3E5) que en la primera temporada llegó a recrear en un estudio una escena que le habían mostrado a través de un móvil pero que no había conseguido grabar. El final de la serie de alguna manera concluye que "es bueno saber que nada cambiará", como si la condición humana estuviera destinada a convivir con dificultad con los de su especie, pero encontrando un equilibrio que es tan difícil de explicar como fácil de reconocer.
Estados Unidos, 2023 - 7x60'Creada por Sarah LambertDirigida por Glendyn Ivin
La autora de la novela Las flores perdidas de Alice Hart (2018, Ed. Salamandra), recibió el premio ABIA al Mejor Libro Australiano de Ficción, consolidando el éxito internacional que obtuvo. Holly Ringland (1981, Australia) creció en el entorno de un jardín tropical que su madre cuidaba en la costa este australiana, y su relación con el mundo de las plantas continúa hasta la fecha, presente en otras publicaciones posteriores como The seven skins of Esther Wilding (2022). Es fácil entender por qué un personaje como el de June Hart ha atraído a Sigourney Weaver, dotado de todos los elementos de ambigüedad y contradicciones que una actriz con carácter es capaz de afrontar. Y sin duda puede situarse a la altura de otros soberbios personajes como Dian Fossey de Gorilas en la niebla (Michael Apted, 1988),
Paulina Escobar de La muerte y la doncella (Roman Polanski, 1994) o Alice Goodwin de Mi mapa del mundo (Scott Elliott, 1999). Hay en cada momento en el que aparece a lo largo de la miniserie, especialmente en los primeros episodios, una transmisión compleja de la fortaleza y al mismo tiempo la fragilidad de June Hart (Sigourney Weaver) cuando decide hacerse cargo de Alice (Alyla Browne), una nieta con la que no ha tenido contacto durante años y que ha sufrido el horror de un hogar marcado por el maltrato. La madre que comprueba cómo su hijo Clem (Charlie Vickers) se ha convertido en un monstruo se transforma en la abuela que trata de proteger, con decisiones a veces equivocadas, a una niña que ha perdido la comunicación verbal debido al trauma pero a la que es fácil adaptarse al lenguaje de los flores, una forma de comunicación privada que permite a las habitantes de Thornfield establecer una vinculación especial con la naturaleza.La adaptación que ha realizado la actriz y guionista Sarah Lambert (1970, Australia), autora también de la espléndida miniserie Lambs of God (Foxtel, 2019), captura la esencia vitalista de la novela a través de una estructura que narrativa que mantiene los secretos de la familia como un ligero soporte de suspense para ir construyendo a los personajes. La historia habla sobre el peso del trauma y sobre los relatos vitales que seleccionamos y aquellos que decidimos ocultar, pero también sobre la resiliencia, convirtiendo Thornfield en un lugar de acogida para mujeres que han sufrido maltrato y que debe permanecer oculto para evitar que sean descubiertas por sus depredadores. Pero que tienen en June Hart a una defensora imperturbable dispuesta a sacrificar su propio físico para revelar al lobo bajo la piel de cordero. Este mundo de mujeres en el que los hombres no son necesarios y son vistos bajo un prisma de violencia y desconfianza es un retrato muy certero, pero al mismo tiempo profundamente triste, de la sororidad frente a una sociedad que sigue adoptando posturas de complicidad con los maltratadores. Pero no es una visión unidimensional, sino que profundiza en las cicatrices que puede provocar el miedo, representado sobre todo en la equivocada decisión que June toma respecto a Charlie (Jeremy Blewitt).
Las flores perdidas de Alice Hart (Prime Video, 2023), dirigida con gran delicadeza por Glendyn Ivin, director de la irregular película La familia Bloom (2020), pierde fuerza cuando se produce el salto en el tiempo que también establece un importante punto de inflexión en la novela. Queda un vacío de varios años en los que también se han tomado decisiones complejas que marcan a una Alice Hart que ahora está interpretada con convicción por Alycia Debnam-Carey, a la que hemos visto en Fear the walking dead (AMC+, 2015-2023), pero cuyo arco narrativo acaba siendo demasiado obvio y previsible, especialmente en la relación con Dylan (Sebastián Zurita). La propuesta radica en la incapacidad para desembarazarse de un cierto destino vital, el círculo vicioso de una violencia que acaba regresando como una fatalista visión de la vida, pero la trama de Alice en los últimos episodios resulta demasiado repetitiva en su esfuerzo por reforzar un mensaje que ya estaba claro desde el principio. Sin embargo, Las flores perdidas de Alice Hart es una miniserie muy hermosa, que se beneficia de la excelente fotografía de Sam Chiplin y de la melancólica banda sonora compuesta por Hania Rani (1990, Polonia), que el próximo mes de octubre publica su tercer álbum en solitario, Ghosts (2023, Gondwana Records), que cuenta con colaboraciones de Ólafur Arnalds y Patrick Watson.
Prime Video, 11 de agosto
Estados Unidos, 2023 - 10x45'Creada por Bert V. Royal | Escrita por Elle TriedmanDirigida por Bill Purple, Laura Nisbet-Peters, Ben Hernández Bray, Hiromi KamataHay tantas series protagonizadas por jóvenes en medio de tramas inverosímiles de suspense, que encontrar alguna que realmente sepa introducir giros de guión sin que parezcan forzados y personajes desarrollados con cierta profundidad acaba siendo toda una proeza. En su primera temporada, Cruel summer (Prime Video, 2021), sorprendió por ser una historia con una narrativa original que contaba tres períodos diferentes en las relaciones de las protagonistas, construyendo una sólida trama de suspense. Pero tras la salida de su creador Bert V. Royal justo después de rodar el episodio piloto, según algunos medios debido a enfrentamientos continuos con uno de los productores, la serie parecía enfrentarse a un futuro incierto, a pesar de que Freeform, la empresa productora, se precipitó a renovar la serie por una segunda temporada. Que ésta haya llegado dos años más tarde y sin la que fuera showrunner de la primera temporada, Tia Napolitano, no parece indicar que el ambiente se hubiera relajado demasiado. Lo cierto es que Cruel summer (Prime Video, 2021-2023) se presenta ahora como una serie de antología en la que cada temporada cuenta una historia diferente, en este caso con Elle Triedman como showrunner y guionista principal. La historia se desarrolla ahora en la ciudad costera de Chatham a lo largo de tres períodos diferentes entre los años 1999 y 2000, con el trasfondo del temido Efecto 2000, aunque funciona más para la creación de una cierta atmósfera de inquietud. La llegada de Isabella LaRue (Lexi Underwood) como una estudiante de intercambio invitada por Debbie (KaDee Strickland), la madre de Megan Landry (Sadie Stanley), es recibida con cierta animosidad porque el carácter abierto de aquella eclipsa todavía más la personalidad tímida de ésta. Y también porque Isabella comienza a interesarse por Luke Chambers (Griffin Gluck), un amigo del que Megan se siente atraída pero hacia el que nunca termina de dar un paso adelante. Establecido el trío protagonista, el misterio se revela en las siguientes líneas de tiempo, que ahora se desarrollan en un período de un año, marcadas por diferentes tonalidades de color, azulada para el invierno de 1999 y verdosa para el verano de 2000, dos momentos en los que se producen los acontecimientos catalizadores del drama. La serie utiliza los mismos elementos que la primera historia, a través de giros de guión, algunos más forzados que otros, que establecen diferentes tipos de culpabilidad en los personajes. Lo interesante de esta propuesta producida por la actriz Jessica Biel, a la que vimos recientemente protagonizando Candy: Asesinato en Texas (Disney+, 2022) y quien también produjo la serie The sinner (Netflix, 2017-2022), es que consigue desarrollar unos personajes que siempre se mueven en un cierto grado de ambigüedad, y acaban siendo responsables desde diferentes puntos de vista de los acontecimientos que se producen. No obstante, ciertamente el misterio de esta temporada se siente más endeble que el de la primera, y quizás le hubiera venido bien reducir el número de episodios para evitar las vueltas innecesarias en torno a algunas tramas menos consistentes. Pero hay que reconocerle al guión de Elle Triedman que sabe dejar las cartas boca arriba respecto a algunos personajes, sembrando información que finalmente resulta primordial para entender determinados comportamientos. [Spoiler] Pero el final de la temporada parece plantearse más como un reinicio, cuya historia continuaría en una posible nueva entrega aún sin confirmar, que realmente como una serie de antología [Fin del Spoiler]. Cruel summer abarca algunos de los temas habituales en las historias sobre jóvenes, con un enfoque mucho más inofensivo que el de otras producciones internacionales como Delete me 2 (Viaplay, 2023), pero con un interesante tratamiento sobre cierto grado de obsesión en la construcción de las amistades. Si bien las protagonistas no tienen personajes tan complejos e interesantes como los de la primera temporada, se produce una evolución en la relación entre Megan e Isabella que acaba resultando el eje central de la serie (en realidad, Luke no es más que un elemento de fricción). Y desde este punto de vista se trata de un planteamiento mucho más elaborado y complejo de lo habitual, que explora los daños emocionales y psicológicos que pueden provocar las relaciones tóxicas, pero envolviéndolo en el género de suspense. Entre los directores, Bill Purple regresa como principal responsable de la serie junto a Laura Nisbet-Peters, repartiéndose más de la mitad de la temporada entre ambos, pero con algunos directores invitados como Hiromi Kamata, que ha participado también en la serie Monarch: Legacy of monster (Apple tv+, 2023), el homenaje a las películas kaijū que se estrenará próximamente.
HBO Max, 20 de agosto
Gran Bretaña, 2023 - 4x60'Creada por Patrick HarbinsonDirigida por Faye GilbertLa propuesta de serie criminal que ITV inició en 2021 acertó en una primera temporada planteada como una historia conclusiva que sin embargo dejaba algunos hilos abiertos en la relación entre los personajes principales. Encargada al guionista Patrick Harbinson, nominado al Emmy por Homeland (Disney+, 2011-2020), la serie adapta la tetralogía escrita por la antigua oficial de policía Kate London que tiene como protagonistas a la detective Sarah Collins (Gemma Whelan) y la agente Lizzie Adama (Tahirah Sharif), y de la que se ha publicado en España solo la primera entrega, Post mortem (2015, Ed. Trini Vergara Ediciones), aunque este mismo año se ha editado ya en Gran Bretaña la cuarta parte, The misper (2023). Confirmada para una tercera temporada, que presumiblemente adaptará el tercer libro, en The Tower: Death message (HBO Max, 2021-) los personajes se sitúan en departamentos diferentes y les reúne un nuevo caso, pero siempre se ciernen sobre ellos las consecuencias de la historia original, la muerte de la adolescente inmigrante Farrah Mehenni (Lola Elsokari) y el oficial de policía Hadley Matthews (Nick Holder) tras saltar ambos inexplicablemente de Portland Tower, en el sureste de Londres. Menos incisiva que la primera temporada, en la que el interés se centraba en cómo se iba creando un estado de desconfianza en el entorno de una comisaría de policía dirigida, con un discutible sentido de la lealtad, por el inspector Kieran Shaw (Emmett J. Scanlan), la segunda camina por terrenos algo más convencionales, pero se apoya en las complejas relaciones personales para salvar los lugares comunes de este tipo de producciones policiales. Por circunstancias casuales, las trayectorias de Lizzie Adama y Sarah Collins se vuelven a cruzar en una investigación que tiene relación con un caso de maltrato, y de nuevo las diferentes perspectivas que ambas tienen sobre la implicación con la víctima acabará produciendo una confrontación. Lizzie sigue siendo una agente novata que a veces tiene dificultades para discernir los límites de su responsabilidad como policía, mientras que Sarah Collins representa el rigor y el respeto a la ley como la única manera de que el trabajo policial consiga sus objetivos, aunque para ello tenga que enfrentarse a las intrigas de despacho que llevan las investigaciones por terrenos más políticos que criminales. Es ahí donde radica el principal acierto de una serie que a veces tiene demasiada tendencia a buscar el giro de guión, quizás proveniente de la propia narrativa de los libros en los que se basa, y a la que pueden perjudicar algunas comparaciones demasiado entusiastas con otras producciones destacadas de la televisión británica como Line of duty (RTVE Play, 2012-2021) o Happy Valley (Movistar+, 2014-2023). Pero The Tower: Death message sabe mantener la intriga mientras continúa desarrollando las relaciones entre los personajes, cuyas personalidades son lo suficientemente ambiguas como para evitar cierta previsibilidad, lo que alimenta el suspense. Compuesta por cuatro episodios en lugar de los tres que conformaban la primera temporada, The Tower: Death message construye algunas subtramas interesantes en torno a la principal que contrasta las consecuencias de un caso de maltrato torpemente manejado por la policía Lizzie Adama, y subraya la confrontación entre el punto de vista femenino de las investigadoras implicadas con un ambiente policial eminentemente masculino. En esta ocasión, la temporada está dirigida por Faye Gilbert, director del largometraje de suspense Zero (2022), y nominado al BAFTA por su cortometraje Perdie (1999), quien aporta oficio pero menos personalidad que el veterano Jim Loach, encargado de dirigir la primera temporada. The Tower: Death message es una propuesta policial bien construida que consigue desarrollar personajes complejos, y que mantiene abiertas algunas cuestiones no resueltas que la conectan con la primera temporada.
Filmin, 29 de agosto
Suecia, 2022 - 8x45'Escrita por Ulf Kvensler, Sophie Jahn Dirigida por Molly Hartleb, Julia Lindström Uno de los estrenos más destacados del año pasado en Suecia fue Nattryttarna (C More, 2022), una miniserie que está basada en el relato que hizo la joven deportista Sophie Jahn en su blog describiendo los abusos y el maltrato que llevó a cabo su padre, un instructor de una prestigiosa escuela de equitación en Suecia, a varias de sus alumnas y a su propia familia. El texto escrito por la joven artista se puede encontrar completo en la página web de #WeRideTogether, una organización sin ánimo de lucro que nació en 2021 para denunciar el problema endémico del abuso sexual en los deportes juveniles, y es absolutamente sobrecogedor no solo por la experiencia personal sino por la descripción de la atmósfera de complicidad y silencio que rodea en muchas ocasiones a los perpetradores. De hecho, ese es precisamente uno de los elementos más interesantes del guión escrito por Ulf Kvensler (1968, Suecia), creador de la conocida serie The Restaurant (Filmin, 2017-), en colaboración con la propia Sophie Jahn. Los hechos que describe la serie se remontan a 1991, cuando el instructor Tommy Land (Jonas Karlsson) dirige una escuela de equitación que acepta algunas jóvenes sin recursos que utilizan las instalaciones como una especie de hogar de acogida al mismo tiempo que entrenan para competir en prestigiosos concursos hípicos. En su primera mitad, la historia está contada desde el punto de vista de estas adolescentes, especialmente Molly (Saga Samuelsson) y Frida (Amanda Jansson). Ellas son dos de las jóvenes alumnas que han sido acogidas en la escuela, y que comienzan a notar comportamientos inapropiados del instructor, que se hacen cada vez más perturbadores. En principio, los primeros episodios hacen esperar una historia más o menos tradicional sobre un abusador que es finalmente denunciado por sus víctimas, pero la serie adopta una perspectiva más cercana a la de la miniserie Creedme (Netflix, 2019), en la que una adolescente es acusada de mentir cuando denuncia su violación, comenzando un calvario en el que es la víctima la que tiene que demostrar que está diciendo la verdad. La capacidad de Tommy Lund, interpretado con una ambigüedad inquietante por el actor Jonas Karlsson (1971, Suecia), protagonista de la película El acusado perfecto (Mikael Håfström, 2019), para manipular a su entorno le permite provocar el cuestionamiento de las acusaciones, y a lo largo de la serie se pone en duda la capacidad de la justicia, los medios de comunicación y la sociedad suecas para proteger realmente a las víctimas de abusos.
Particularmente resulta significativo el tratamiento en torno a la cadena pública SVT, que realizó un documental en los años noventa en el que mostraba a Tommy Lund como una víctima inocente. Si bien en ocasiones el guión impulsa demasiado el retrato antagónico del abusador, la serie consigue mantener cierto grado de distanciamiento respecto a la relación entre Tommy y su familia, especialmente cuando sus hijas Victoria (Hanna Ardéhn) y Agnes (Tehilla Blad) son mayores, y sobre todo en torno a la esposa Lotta (Malin Persson), a la que quizás se retrata de una manera demasiado extrema en la primera parte de la serie como para que la segunda parte nos permita empatizar del todo con ella. Pero el principal valor de El manipulador es su intención de centrarse, no tanto en la figura del abusador, al que no puede evitar presentar como un personaje siniestro, sino en tratar de entender a las víctimas, especialmente aquellas que no atesoran el valor para unirse a la denuncia. Amanda Jansson, una de las protagonistas de La delgada línea azul (Filmin, 2021-), cuya segunda temporada se estrenó el mes pasado en España, tiene un personaje especialmente complicado porque expresa su malestar interno mientras es manipulada por Tommy Lund para que participe en su defensa. Es por tanto el retrato de las víctimas a lo largo de más de veinte años lo que consigue que la serie se eleve por encima de las tradicionales historias de abusos. Y ciertamente provoca sentimientos encontrados hacia la complicidad de algunas víctimas y del entorno del abusador, aunque el último episodio intenta ofrecer algunas respuestas.
Disney+, 6 de septiembre
Estados Unidos, 2023 - 8x48'Creada por Dave Andron, Michael DinnerDirigida por Michael Dinner, Jon Avnet, Gwyneth Horder-Payton, Kevin Rodney Sullivan, Sylvain White, Katrelle N. Kindred
El regreso de uno de los personajes televisivos más reconocibles de la década de 2010 es un arma de doble filo, porque el desenlace de Justified: La ley de Raylan (Disney+, 2010-2015) es posiblemente uno de los mejores finales de serie de los últimos tiempos. Con el creador Graham Yost comprometido en exclusiva con Apple tv+, desarrollando series como Slow horses (Apple tv+, 2022-) y Silo (Apple tv+, 2023-), la propuesta de los nuevos showrunners, Michael Dinner y Dave Andron, que también formaron parte del equipo creativo de la versión original, escoge un camino diferenciador abordando uno de los libros de Elmore Leonard (1925, Nueva Orleans-2013, Detroit) que en realidad no está protagonizado por Raylan Givens, quien apareció por primera vez en la serie literaria en la novela Pronto (1993, Ediciones B). City primeval: High noon in Detroit (1980), por el contrario, cuenta una historia en la que el investigador principal es el comisario Raymond Cruz, y solamente el hijo de Elmore Leonard introdujo a Raylan en la ciudad de Detroit posteriormente en
Raylan goes to Detroit (2018), en la que retomó el personaje creado por su padre. Así, Justified: Ciudad salvaje (Disney+, 2023) introduce a Raylan Givens (Timothy Olyphant) en un entorno urbano hostil en el que el protagonista de la novela, el detective Raymond Cruz (Paul Calderón, quien ya interpretó este mismo personaje en la película Un romance muy peligroso (Steven Soderbergh, 1998), otra adaptación de un libro de Elmore Leonard), tiene un papel más secundario. Se podría considerar un reinicio del personaje si no fuera porque el final de temporada parece indicar una vuelta a los inicios, y si se confirman nuevas historias se podrían acercar más a la serie original.Contaba Michael Dinner en una entrevista en The Hollywood Reporter (25/07/2023), que su intención era ser más fiel a la novela original, pero Timothy Olyphant le convenció para que la convirtiera en un regreso a su personaje, una idea que había conversado con Quentin Tarantino durante el rodaje de Érase una vez... en Hollywood (2019). De hecho, el director estuvo a punto de adaptar City primeval: High noon in Detroit antes de decidirse finalmente por Rum punch (1992) que se convirtió en Jackie Brown (1997), y también estuvo a punto de dirigir uno de los episodios de la serie, Traidores (T1E3), aunque finalmente Tarantino no pudo hacerlo por razones personales y cayó en manos del veterano Jon Avnet, uno de los habituales directores de Justified: La ley de Raylan. Hay algunos elementos novedosos que estorban en el comienzo de esta séptima temporada, como la introducción de Willa Givens (Vivian Olyphant), la hija de Raylan que, efectivamente, está interpretada por una de las hijas de Timothy Olyphant. Más aparentemente como un personaje catalizador, cuando la historia se centra en la investigación algunas de estas flaquezas se difuminan para crear una sólida trama muy característica del género, sobre todo a partir del enfrentamiento con un antagonista destacado. Es cierto que el psicópata y estrella del rock frustrada Clement Mansell (Boyd Holbrook) no llega a tener el carisma de Boyd Crowder (Walton Goggins), el eterno contrincante de Raylan, pero lo cierto es que conforme se desarrolla la historia y su aparente inviolabilidad le hacen más peligroso, Mansell se convierte en uno de esos personajes antagónicos que al mismo tiempo son absolutamente disfrutables, junto a su compañera de estafas Sandy Stanton (Adelaide Clemens). A lo que también contribuye una personalidad traviesa que le aporta el actor Boyd Holbrook, al que recientemente hemos podido ver en Indiana Jones y el dial del destino (James Mangold, 2023). Como suele suceder en las historias que provienen de la literatura de Elmore Leonard, de alguna forma, la trayectoria del protagonista y su antagonista tiene algunos paralelismos que en este caso hablan del final como un nuevo principio (al menos para aquellos que sobreviven al último enfrentamiento).
Justified: Ciudad salvaje tiene la ventaja de asumir su propia asincronía con el tipo de series que forman parte del universo televisivo actual. Lo hace desde un punto de vista temporal, porque aunque se desarrolla en la actualidad, algunos elementos parecen más propios de los años ochenta o noventa. Y también en cuanto a la representación de la propia ciudad, un Detroit que Elmore Leonard reinventó para sus novelas, y que en la serie es una ciudad que parece impersonal, que no se reconoce tampoco como la Detroit real en la que vivió el escritor. Es una propuesta que se sostiene en diálogos llenos de ironía y humor a pesar de las circunstancias adversas y violentas en las que se desarrollan. Cada una de las muertes importantes viene precedida por una conversación que casi tiene una tonalidad filosófica, que habla de cierta fatalidad del destino, o se refiere a aspectos del pasado que delimitan a los personajes. El propio Clement Mansell se construye a partir de su propia versión de la muerte de su madre, o de su especial interés en que Sweetie (Vondie Curtis-Hall) escuche una grabación que demuestra su capacidad para convertirse en una estrella de la música. Así que Ciudad salvaje regresa con las características intactas de su antecesora, como una propuesta retro que sin embargo introduce algunos elementos actualizados, como una cierta tendencia a la violencia más explícita, o la acertada elección del veterano compositor Mark Isham (1951, Nueva York), que aporta la cadencia urbana del jazz pero introduciendo en el espléndido tema principal el banjo como un instrumento que conecta con el entorno de Kentucky del que proviene el personaje principal. Justified: Ciudad salvaje podría ser una acertada miniserie que complementa a su antecesora, pero los últimos minutos de la temporada parecen indicar una vocación de continuidad, algo a lo que Timothy Olyphant, que encarna de nuevo los silencios de su personaje con rotunda expresividad, ya ha declarado que está más que dispuesto.
Estados Unidos, 2023 - 10x47'Creada por Kelly MarcelDirigida por Melina Matsoukas, Jonathan van Tulleken, Dana Gonzales, Michael Francis WilliamsUna de las reseñas de los lectores en Goodreads describía la novela The changeling (2017) de la siguiente manera: "Comienza como Love actually (Richard Curtis, 2003), continúa como La semilla del diablo (Roman Polanski, 1968) y termina como Godzilla (Ishirô Honda, 1954)". Esta descripción es lo suficientemente intrigante como para dar una oportunidad a la compleja novela del escritor Victor Lavalle (1972, Hawai), que no se ha editado en España. Los personajes de las obras del autor norteamericano, a quien se ha comparado con Stephen King, suelen quedar atrapados en un entorno de pesadilla, como en The ballad of Black Tom (2016), que también se está produciendo en formato serie. La adaptación a la pantalla a cargo de Kelly Marcel (1974, Reino Unido), guionista de la interesante Al encuentro de Mr. Banks (John Lee Hooker, 2013) y de Cincuenta sombras de Grey (Sam Taylor-Johnson, 2015), intenta introducir la mayor parte de los elementos con los que Victor Lavalle construye una fábula que se convierte en aventura terrorífica. La adaptación pretende ser tan fiel a la novela que el propio escritor sirve como narrador, pero la estructura opta por la narración no lineal para contar el encuentro de Apollo Kagwa (Lakeith Stanfield), un vendedor de libros de segunda mano, y la bibliotecaria Emma Valentine (Clark Backo), su posterior relación y el nacimiento de su primer hijo en un vagón del metro de Nueva York. Pero también se interesa, lo cual puede confundir al espectador al principio, por la relación abusiva entre Brian West (Jared Abrahamson) y Lillian (Adina Porter), los padres de Apollo, ella una inmigrante de Uganda católica que está empeñada en bautizar a su nieto porque "a menos que uno nazca del agua y del espíritu no puede estar a salvo… de las criaturas oscuras del mundo". Milena Matsoukas, responsable de la premiada película Queen & Slim (2019), dirige un primer episodio que introduce con habilidad parte de los elementos principales de la serie, aunque puede ser algo frustrante para quienes esperen que el misterio haga su aparición desde el primer momento. De hecho, la introducción que involucra a un barco de inmigrantes noruegos en 1825 se siente como una propuesta algo aislada, aunque en el último episodio de la temporada vuelve a hacerse referencia a las vicisitudes de este barco. Y seguramente puede ser aclaratoria la descripción del título de la serie The changeling (Apple tv+, 2023), que hace referencia a los llamados "niños cambiados", una tradición del folclore escandinavo según la cual un niño cambiado era el hijo de un hada, un troll o una criatura fantástica, dejado secretamente en lugar de un niño robado. En los países nórdicos, los padres colocaban unas tijeras o un cuchillo sobre la cuna de un bebé no bautizado para evitar que fuera "cambiado" porque se creía que la mayor parte de las criaturas fantásticas le tenían miedo al acero. Cuando Emma tiene a su hijo, y la historia aborda el vértigo de la maternidad, ella comienza a recibir extraños mensajes en el móvil que desaparecen misteriosamente. Pero no queda demasiado claro si la obsesión de la madre por un bebé que no reconoce como suyo es solamente una compleja consecuencia de la depresión postparto. Es acertado que el estreno de la serie se haya producido con los tres primeros episodios, porque a partir del tercero se introduce la oscuridad en la narración. En una breve referencia a un viaje que Emma hizo a Brasil, que más tarde se desarrollará en el Episodio 6, una supuesta bruja le regala una pulsera de hilo advirtiéndole que nunca deberá ser cortada si quiere que se cumplan sus deseos. El episodio, como la mitad de la temporada, está magníficamente dirigido por Jonathan van Tulleken, responsable del renacimiento de la serie Top boy (Netflix, 2013-2023). The changeling es una serie de una textura espléndida, llena de simbolismos que a veces parece no tener demasiado interés en explicar, lo que limita en ocasiones sus aciertos visuales. Pero sabe concentrar la atención en un cierto antagonismo hacia Emma para, a lo largo de su desarrollo, revelar que en realidad es Apollo quien sirve como catalizador de los acontecimientos más aterradores. En la búsqueda de Emma y su bebé, el descubrimiento de una edición rara de Matar a un ruiseñor (1960, Ed. B de Bolsillo), de Harper Lee, servirá para conectar con otros males que se encuentran alrededor de la costa de Nueva York, pero también ofrece una reflexión sobre la paternidad. En cierta manera The changeling puede recordar a Servant (Apple tv+, 2019-2023) en su narrativa de rompecabezas misterioso en el que las piezas no parecen encajar del todo, aunque posteriormente se transforma en algo diferente. Y este constante movimiento de una narrativa cambiante acaba resultando mucho más efectiva en la novela que en la pantalla, quizás por un exceso de ambigüedad. Por ejemplo, el Episodio 7, dirigido por Michael Francis Williams, es uno de los más sobrecogedores que hemos visto este año, enfocado exclusivamente en el personaje de Lillian, con una interpretación soberbia de Adina Porter, merecedora de premios, que se desarrolla en un hotel de mala muerte que representa a la ciudad de Nueva York. A través de la historia de Lillian, la narración habla de la inmigración, del sentimiento de no pertenencia, de los difíciles años ochenta con la aparición del SIDA y de la transformación de una ciudad que acaba siendo hostil. Es un magnífico episodio que sin embargo se siente como si no terminara de encajar del todo con el resto de la serie, aunque aporte una revelación importante, y tras esta historia de una hora parece excesivamente breve que el desenlace del último episodio dure solamente 30 minutos. The changeling es una propuesta que está realizada con una calidad formal extraordinaria, pero que a veces puede resultar frustrante en el desarrollo de su narrativa. Destaca especialmente la banda sonora de Dan Deacon (1981, Nueva York), que aporta constantemente sonoridades perturbadoras mezcladas con elementos afroamericanos, creando una ambientación musical que aporta una textura inquietante y al mismo tiempo hipnótica. También sobresale el ensoñador uso del clásico "Stormy weather", una canción escrita por Harold Arlen y Ted Koehler, que interpretó por primera vez Ethel Waters en el mítico The Cotton Club en 1933, y que se convirtió en un tema recurrente para las grandes voces del R&B. Que el final parezca esperar una segunda temporada que aún no está confirmada, es al mismo tiempo una decisión arriesgada pero también francamente valiente.
HBO Max, 14 de septiembre
Gran Bretaña, 2023 - 6x58'Creada por Megan GallagherDirigida por Kristoffer Nyholm, Lee Haven JonesUna de las series de las que más se ha hablado este verano en Gran Bretaña llega con sorprendente rapidez a través de HBO Max, que sigue adquiriendo producciones de BBC e ITV para su catálogo. Este thriller algo extravagante de humor negro adapta Wolf (2017), la última de las siete novelas protagonizadas por el inspector Jack Caffery. La autora británica Beatrice Claire Dunkel (1962-2021, Inglaterra) adoptó el seudónimo de Mo Hayder para publicar sus libros, y el de Candy Davis cuando actuó como actriz en las últimas temporadas de la sitcom Are you being served? (BBC, 1972-1985) y cuando escribió la adaptación de sus novelas The treatment (2001) y Ritual (2008) para las películas belgas El tratamiento (Hans Herbots, 2014) y Ritual (Hans Herbots, 2022). A la escritora se la acusó tras la publicación de sus primeros libros de ser demasiado violentos y perturbadores, y lo cierto es que sus historias introducen elementos como la tortura o la pedofilia. Algo de eso hay en esta serie adaptada por Megan Gallagher, creadora de la miniserie noruega Grenseland (Zona fronteriza) (TV2, 2017), pero que ha sabido mantener las características más perturbadoras de la obra original. Como ésta, la historia se divide en dos tramas diferentes que en principio no parecen tener demasiada relación. El inspector Jack Caffery (Ukweli Roach), está obsesionado con la desaparición de su hermano hace años, y ha regresado a su antiguo barrio para vigilar a su vecino, un pedófilo que él cree que ha tenido algo que ver con aquella desaparición. Pero al mismo tiempo comienza a investigar un caso aparentemente resuelto sobre un asesino que fue encarcelado pero cuya culpabilidad empieza a poner en duda. Mientras tanto, en una línea temporal anterior, la familia Anchors-Ferrers, que se vio involucrada en una investigación en torno a los llamados asesinatos de Donkey Pitch, regresan a su antigua casa en Gales. Matilda (Juliet Stevenson), Oliver (Oewn Teale) y la hija de ambos Lucia (Annes Elwy) acaban siendo protagonistas de una situación que parece sacada de la película Funny games (Michael Haneke, 1997). Estas tramas se desarrollan con habilidad a lo largo de los seis episodios para confluir finalmente, pero con tratamientos diferentes. En el secuestro que sufre la familia Anchors-Ferrers, y especialmente tras la aparición de los policías Honey (Sacha Dhawan) y Molina (Iwan Rheon) hay elementos de humor negro y cierta extravagancia que a veces roza el absurdo, construyendo una tonalidad extraña en la que no está claro quién es la víctima y quién es el culpable. A lo largo de las dos historias hay un cúmulo de elementos inquietantes, desde conspiraciones hasta secretos ocultos, que van saliendo a la superficie conforme se desarrollan, envueltas en algunas escenas violentas, una cierta recreación en la tortura, intestinos colgados de un árbol y un nido de serpientes venenosas. Si todo esto parece incongruente, no lo es en absoluto y la historia consigue de alguna manera hacer que todo tenga sentido dentro del tono sorprendente y por momentos fascinante que adopta la narración. La serie puede ser, desde luego, de todo menos previsible. Los dos veteranos directores consiguen precisamente que el tono de la propuesta sea coherente y mantenga un difícil equilibrio. Kristoffer Nyholm ha sido nominado al BAFTA por la tercera temporada de The killing (DR, 2007-2012) y por la miniserie El caso Enfield (Sky, 2015), y ha dirigido episodios de Taboo (AMC+, 2017). Mientras que Lee Haven Jones ganó el BAFTA Galés por las series The Indian doctor (BBC, 2010-2013) y 35 Diwrnod (S4/C, 2014-), y este año ha sido nominado por la película Y Swn (2023). Mientras que el primero sienta las bases del misterio en los tres primeros episodios, el segundo se encarga de ir desenredando el ovillo para presentar las soluciones en los tres últimos. De hecho, al final del tercer episodio ya hay algunos elementos claros y la serie se adentra en un enfoque mucho más desasosegante y espantoso. Posiblemente no sea una serie para todos los gustos, dada su tendencia a ofrecer un tratamiento humorístico de la violencia (una escena dramática protagonizada por Oliver en Scary man (T1E3) termina con las burlas de sus torturadores), pero al mismo tiempo es una de las propuestas más singulares que se han estrenado este año, aunque queden algunos hilos sin cerrarse. Por ejemplo, la explicación del título Wolf (HBO Max, 2023) es mucho más explícita en la novela que en la serie, y tiene relación con el trabajo que ha desarrollado Oliver Anchors-Ferrers, pero que en la adaptación no se menciona en ningún momento.
______________________________________Películas mencionadas: Maestro se estrena en cines el 22 de noviembre.Pobres criaturasse estrena en cines el 26 de enero de 2024.Ferrari se estrena en cines el 9 de febrero de 2024.Pequeño pero matón, Puñales por la espalda. El misterio de Glass Onion y Okja se pueden ver en Netflix.Gorilas en la niebla, El acusado perfecto, Godzilla. Japón bajo el terror del monstruo, El tratamiento y Ritual se pueden ver en Filmin.Un romance muy peligroso se puede ver en Filmin, Movistar+ y SkyShowtime.Érase una vez... en Hollywood se puede ver en Movistar+, Netflix y Prime Video. Love actually, Ace Ventura. Un detective diferente y Brick se pueden ver en Movistar+.Al encuentro de Mr. Banks se puede ver en Disney+ y Movistar+.Cincuenta sombras de Grey se puede ver en Movistar+ y Netflix. Mad Max. Furia en la carretera y Matrix se pueden ver en HBO Max, Movistar+, Prime Video y Tivify.Terminator se puede ver en Filmin y Prime Video. Funny games se puede ver en Acontra+.El resplandor se puede ver en HBO Max y Movistar+.