Las tablas de daimiel

Por Pinceladasdeunamicroviajera @microviajera

El humedal fue declarado Parque Nacional en el año 1973. Foto: Sara Gordón

El desbordamiento de los ríos Guadiana y Gigüela conforman un paraje único en la península ibérica, lo que es más conocido como una tabla fluvial. Una llanura de agua y vegetación se extiende ante nuestra vista, de vez en cuando vemos algún ave que aparece nadando entre los juncos pero sabemos que hay muchas más escondidas en un hábitat paradisiaco para ellas.

Focha Común. Foto: Sara Gordón

Pato cuchara. Foto: Sara Gordón

Las Tablas de Daimiel está declarado Parque Nacional entre otras cosas por su diversidad faunística. Unas plataformas de maderas van guiándote a través de pequeñas islas de vegetación. El sonido de aves ocultas pone alerta los sentidos para adivinar su origen y cuando menos te lo esperas una garza común aparece elegante sosteniendo un pez en su pico.

Con su declaración como Parque Nacional se dio un gran paso en la conservación de uno de los ecosistemas más valiosos de nuestro planeta, asegurando así, la supervivencia de la avifauna que utiliza estas zonas como área de invernada, mancada y nidificación. Foto: Sara Gordón

Carpa común. Foto: Sara Gordón

El agua tranquila refleja a la perfección un cielo repleto de nubes. El azul y el amarillo son las únicas tonalidades que rigen el paisaje. Visitar las Tablas de Daimiel es todo un ejercicio de paciencia y olvido del tiempo. En el centro de interpretación te recomiendan que camines sin hacer mucho ruido para no asustar a las aves así que durante toda la visita vas hablando entre susurros y vigilando el paisaje para ver si ocurre algo. Cada ciertos metros hay observatorios donde el reloj no tiene sentido mientras miras por una ranura lo que no sabes que puede ocurrir.

El parque también es reserva de la biosfera. Foto: Sara Gordón

La visita al parque el libre y gratuita. Foto: Sara Gordón

Martinete. Foto: Sara Gordón

El más pequeño de los Parques Nacionales es una mezcla de belleza e intriga que te mantiene en vilo durante toda su visita.

Foto: Sara Gordón

Foto: Sara Gordón

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