Las Tiendas de los Chinos

Publicado el 03 agosto 2011 por Jmbigas @jmbigas
Nunca he sido visitante asiduo de las tiendas de los chinos, coloquialmente llamadas los chinos. Supongo que la razón principal es que no hay ninguna en las proximidades de mi casa, y no paso habitualmente por delante de ninguna.

Típico Bazar chino
(Fuente: noticiasdegipuzkoa)

Sin embargo, ocasionalmente, sí había visitado alguna. Por ejemplo, después de una comida con amigos y cosas así (lo único que estaba abierto un domingo por la tarde). Y debo reconocer que nunca conseguí salir de una de ellas sin haber comprado alguna cosa. En general, cosas absurdas, pero a precios ridículos. Recuerdo haber comprado una lupa grande (por poco más de un euro) que utilicé una vez, y unos rotuladores de colores que ya se habrán secado, pero que también me costaron uno o dos euros.Ahora mi cruz es que he descubierto una tienda gigante con aparcamiento en zonas a donde voy con cierta frecuencia en coche. Se trata del llamado CC Asiático junto al Plaza Norte en San Sebastián de los Reyes.Se trata de una tienda bastante grande, un bazar, que tiene literalmente de todo, menos alimentación. Si te paseas con ojos golosos por sus angostos pasillos, sin haber acudido allí necesitando algo concreto, acabas recolectando una bolsa mediana por docena y media de euros.Os voy a contar algunas de las cosas que he comprado ahí recientemente (todo ello a precios ridículos, para lo que estamos acostumbrados, y luego hablaré de ello).

Centro Comercial Asiático, mediana superficie de no
alimentación, en San Sebastián de los Reyes
(Fuente: markekonomista)

- Un calzador metálico (0,60€). Este es un producto desaparecido del comercio convencional, y tenemos que sobrevivir a base de los calzadores de plástico (cada vez más escasos) que hemos sisado de algún hotel.- Una cubitera de plástico (0,50€) para cubitos de tamaño bastante grande (otro artículo prácticamente desaparecido de otras tiendas; sólo se ven cubiteras que producirán cubitos enanos). - Un blíster con tres minitubitos de pegamento fuerte (0,60€). Utilicé ya uno para fijar el micrófono del manos libre en el coche, que se soltaba del montante cada dos por tres. No se ha atrevido a moverse más.- Un dispensador de jabón líquido de manos (2,10€) muy aparente, de cerámica decorada, en una caja de cartón ad hoc. Para el aseo, más bonito eso que los envases de plástico con dispensador que se compran en el comercio, aunque sean de L'Occitane.- Un envase de jabón líquido (500cc) para manos (0,60€) que, de momento, no me ha producido lepra. Por menos de dos euros y pico no se encuentra nada equivalente en el comercio convencional. Y las marcas fashion pueden cargar hasta diez euros por ello.- Un blíster con dos bombillas (algo más de un euro) para nevera o campana extractora. Un formato casi inexistente, salvo en los comercios muy especializados, y a precios elevados.- Un par de bombillas de bajo consumo, a euro y medio la unidad.- Un clasificador plástico con 30 bolsas transparentes A4 (1,20€) de los que utilizo para llevar toda la documentación en mis viajes (reservas de hotel, planos de ciudades sacados de Internet, etc.). En las tiendas de material de oficina se puede encontrar algo equivalente por dos o tres euros, y en las tiendas fashion te pueden cobrar seis, ocho o hasta diez, por algo que sirve para lo mismo.- Un talonario para participaciones de lotería (0,60€), de esos que no usas nunca hasta que un día te hace falta.- Un blíster con ocho pilas AAA (creo que por un par de euros).- Bolsita con diez lápices HB (con su gomita incorporada en un extremo) por 0,60€.

Un Barajador Automático de Naipes, que me
quedécon las ganas de comprar por unos
siete u ocho euros
(Fuente: argos)

Y así podría seguir hasta llegar a la cuenta de 18€ que pagué en la caja con tarjeta de crédito, a cambio de una bolsa de plástico (aportada por el local sin cargo), llena.Cuando hablas de los chinos con los amigos, te encuentras toda clase de reacciones. Desde los muy adictos (que posiblemente tienen alguna cerca de su casa), hasta los absolutamente escépticos. Los hay que te auguran que las bombillas te van a explotar en la cara, llenándote los pulmones de un veneno que te hará morir entre grandes sufrimientos. Aparentemente, las pilas de los chinos duran menos que las de buenas marcas. Pero, ¿cuánto menos?. ¿Compensan la diferencia de precios?. Yo, la verdad, soy incapaz de evaluarlo. La mayoría de pilas que consumo en mi casa (relojes de pared, mandos a distancia,...) duran tanto que sería incapaz de establecer diferencias entre unas y otras. Y, por cierto, las pilas amarillas baratas que se venden en IKEA son Made in China. En el transistor que utilizo para el afeitado (no es que me afeite con el transistor, ojo), que es el pirulo que las consume más rápido, quizá sí que duran algo menos, pero creo que la diferencia de precio me compensa. Y reciclándolas como buen ciudadano (en casa tengo un par de vasos de whisky donde las voy recolectando), no creo que tengan mayor impacto medioambiental. Aunque si consumo alguna más en el mismo período de tiempo, quizá estoy contribuyendo inequitativamente al calentamiento global.Lo indiscutible es que en los chinos se ven muchos productos a precios que se nos antojan ridículos. Si entre los amigos con quienes comentas esto hay alguno viajado, te dirá que el Polígono Cobo Calleja en Fuenlabrada es la gran central de distribución de productos importados de China para media Europa. Una especie de Chinatown que casi es ChinaCountry, a las puertas de Madrid.Hay ciertos rumores que circulan por ahí que hablan de supuestas ventajas fiscales que tendrían los comerciantes chinos durante los primeros 5 ó 7 años de explotación de un negocio. Esta ventaja tendría su origen en un presunto acuerdo firmado entre los dos Gobiernos, con la idea de favorecer la implantación de empresas españolas en China. Según parece, estos rumores carecen de todo fundamento, como cuenta muy bien en este artículo José Antonio Sánchez García, Jefe de Estudios del Centro de Estudios Financieros. En mi ticket de compra del CC Asiático, por ejemplo, aparece un número de CIF y la indicación de IVA incluido.

Un dispensador como este compré, aunque por este
piden más de 10€
(Fuente: mueblesfoar)

La fórmula mágica que debemos buscar creo que tiene dos vertientes. La primera se refiere a los costes de fabricación. Evidentemente, la mayoría de productos (que no todos) que venden los chinos están fabricados en China. China es un país que está volcado en la fabricación de productos de todas clases, utilizando, por ahora, como ventaja competitiva unos costes bajos. Aquí, evidentemente, podemos tener el reparo sobre las condiciones laborales de los que trabajan en esas fábricas, muy inferiores a las que disfrutamos (bueno, disfrutan) los trabajadores del Estado del Bienestar. De hecho, se dice que ya hay fabricantes chinos que subcontratan algunas actividades intensivas en mano de obra a otros países de la zona, con costes laborales todavía inferiores.Pero también hay algunos productos de los que venden los chinos que son Made in Spain (especialmente en productos de droguería, limpieza, etc.). Se trata en este caso de fabricantes que no tienen a su disposición la cobertura de una marca de prestigio que les permita vender su producto a precios más elevados. Fabrican lo que saben, y lo venderán a los mayoristas chinos, que lo distribuyen a su vez a sus comercios.Pero la segunda vertiente importante es la laboriosidad y austeridad de los inmigrantes chinos. Ello les lleva a mantener precios (y, por tanto, márgenes) contenidos, y a asegurar un amplio horario de servicio, que el consumidor agradece mucho. Por otra parte, las tiendas están atiborradas de productos de todas clases, con lo que consiguen aumentar al máximo la rentabilidad del negocio por metro cuadrado. Nada que ver, por supuesto, con esas tiendas lujosas, despejadas, que parecen la Plaza Mayor en fiestas, con dependient@s atent@s o hasta cariños@s. Los empleados de los chinos, cuando los hay, apenas hablan español y con dificultades pueden ayudar a cualquier cliente incluso en temas muy elementales. En los chinos hay que recorrer los pasillos, llenar el cesto con lo que nos queramos llevar, e ir directamente a caja.Entiendo que nuestras autoridades (españolas y de la Unión Europea) cumplen con sus obligaciones, y homologan y verifican la pertinencia, salubridad y lo que toque de los productos que venden los chinos. Confío que las inspecciones laborales harán su labor, y los empleados estarán contratados legalmente, aunque seguro que hay ayudas familiares en el negocio, opacas al fisco, que forman parte de su arraigada cultura.

Jabón líquido para manos
(Fuente: superencasa)

La prosperidad nos ha acostumbrado, y hasta encallecido, a apreciar la (presunta) superioridad de las marcas o enseñas de prestigio, muchas veces inexistente y sólo basada en la necesidad que sentimos de que nuestros vecinos vean que compramos caro. Pero la crisis nos quita esas tonterías de la cabeza, y nos volvemos consumidores más maduros, para suplicio y angustia de algunos comerciantes convencionales.Cuando la mayoría de marcas occidentales ya subcontratan la fabricación a China, ¿dónde van a parar los enormes márgenes comerciales?. En algunos casos a la innovación, al I+D, al diseño (¡¡??). Pero en muchos otros, solamente a glamurosas campañas de publicidad para convencernos de que gastar más nos hará ser superiores, o al menos sentirnos como tales. O, más simplemente, al bolsillo del fabricante o del comerciante.Hagámonoslo mirar, y a ver si conseguimos ser consumidores más conscientes, que compremos los productos que necesitemos y los escojamos de acuerdo a su calidad intrínseca y a su relación calidad-precio, en cada caso. Ni debemos comprarlo todo en los chinos, ni tampoco limitarnos a las tiendas que nos dan (incluido en los enormes precios) unas bolsas que valen más que la mercancía. El que le sobre el dinero, por supuesto, que haga lo que quiera.La crisis nos está enseñando que hay muchas cosas que realmente valen mucho menos de lo que nos habíamos acostumbrado a pagar por ellas.Los chinos son una alternativa comercial que está en nuestras calles, y que nos conviene no ignorar.JMBA