“Las tinieblas y el alba” de Ken Follett: volvemos a Kingsbridge antes de que fuese Kingsbridge

Publicado el 31 enero 2021 por Rous85

Las tinieblas y el alba es la precuela de la novela histórica Los pilares de la tierra de Ken Follett, que el año pasado se me quedó en el tintero. Teniendo en cuenta que Los pilares de la tierra es uno de mis libros preferidos y que he leído todas las entregas de esta saga inspirada en la historia de la ciudad inglesa de Kingsbridge, no es de extrañar que haya empezado el año priorizando la lectura de esta novela que no me ha decepcionado en absoluto. Una vez más, Follett nos mete de cabeza en un oscuro pasado lleno de miseria e injusticias, que desfila ante nuestros ojos con una facilidad asombrosa al ser mostrado de la mano de unos personajes ficticios que bien pueden recrear la realidad de cualquier persona que viviera estos tiempos tenebrosos, salpicados de algo de luz.


Por primera vez, el autor nos muestra los acontecimientos pasados anteriormente a lo narrado en su obra maestra, en lugar de contar la historia posterior de Kingsbridge como había hecho hasta el momento con todas las novelas de esta saga histórica. Las tinieblas y el alba arranca en el año 997 y la novela transcurre en plena transición entre el final de lo que en la historia de Inglaterra se conoce como la Edad Oscura y el comienzo de la Edad Media. Así, se nos muestra el condado de Devon y la ciudad de Kingsbridge antes de ser tan próspera e importante como vimos en Los pilares de la tierra y cuando, incluso, todavía tenía otro nombre. Para poder explicarnos esta etapa de la historia, Follett echa mano como siempre de personajes ficticios y sitúa el inicio de esta narración con el día en que Edgar, el joven hijo de un constructor de barcos, se escapa de su casa para ir en busca de la mujer que ama con la intención de huir juntos, ya que ella está casada y deben empezar una nueva vida en algún lugar donde nadie los conozca. Pero el fatal destino quiere que ese mismo día el pueblo costero en el que vive sea el escenario de la incursión de unos vikingos que saquean el lugar y matan a la joven de la que está enamorado. Sin recursos para sobrevivir y tras la pérdida de su padre en el ataque vikingo, Edgar y lo que queda de su familia se ven obligados a marcharse a Dreng’s Ferry, una tierra cercana donde se les asigna una granja poco fructífera y cuyo cuidado el muchacho deberá compaginar con la construcción de barcazas y otras instalaciones para el dueño de la taberna que también se lucra de los traslados de los vecinos y animales a través del río. A pesar de su talento, Edgar se topará una y otra vez con las injusticias y obstáculos que gente como el propio Dreng (el tabernero) le pondrán continuamente, pero encontrará apoyo en personajes como Aldred, un monje intelectual que persigue el progreso a través del conocimiento y la erudición. Con el tiempo, en su camino se cruzará Ragna, la protagonista femenina de la historia: una inteligente noble normanda que se traslada a Inglaterra para contraer matrimonio con Wilfwulf, un cacique que abusa de su poder junto con su hermano Wynstan, un obispo cruel y corrupto.


Con este interesante caldo de cultivo y los distintos personajes que entran en juego, es fácil imaginar que, a lo largo de las casi mil páginas que tiene Las tinieblas y el alba, va a pasar de todo y el lector debe prepararse para indignarse y resoplar con las mil y una injusticias y actos miserables que quedan impunes a los que van a enfrentarse en este relato los personajes “buenos”. Aunque, eso sí, como ya es costumbre en la obra de Follett, con un poco de paciencia también veremos que también es posible que a algún que otro cerdo le llegue su San Martín. Ni que decir tiene, es notable la magnífica ambientación que hace el autor como siempre, con precisión histórica bien adornada con situaciones y personajes salidos de su imaginación, pero que encarnan con mucho realismo el pulso real de la sociedad de esta época caracterizada por las desigualdades sociales, la moralidad relajada y, cómo no, el abuso de poder de nobles y religiosos cuya fe se reduce a su propio bienestar. Leer este libro es todo un placer y un ejercicio de aprendizaje histórico, pero, además, esta precuela tiene un plus añadido, puesto que allana el terreno dando a conocer los antecedentes geográficos, sociales y culturales de lo que luego será el eje central de Los pilares de la tierra, mostrando elementos que tendrán relevancia como la llegada de los huesos del santo que atraerá a tantos peregrinos, la construcción de su puente principal o el inicio de la prosperidad de esta ciudad que acogerá un importante mercado.


Hayas o no leído Los pilares de la tierra o cualquiera de sus continuaciones como Una columna de fuego, creo que es vital que te metas de lleno en la historia de Las tinieblas y el alba, porque pocos autores tienen la maestría de Ken Follett para llevar a tu propia casa la historia más oscura cargada de esperanza de la forma más emocional y visceral posible. Esperaremos a la próxima…