Las tizas

Por José Mª Ruiz Garrido @laparejadegolpe
Los secretos siguen a buen recaudo. Casi cada día es la misma respuesta cuando les preguntamos por el cole: "No me acuerdo", "que no te lo quiero decir", "no quiero hablar de eso ahora", "nada"... Siguen celosos de su círculo, de su entorno escolar. Esa esfera personal distinta a la que tenemos en familia, en casa, forma parte de su intimidad, les cuesta tender puentes.
Tampoco es ningún problema, forma parte de su personalidad y su maduración. Se acepta y ya está, aunque intentemos acercarnos un poco a su terreno. Y una de las formas de encontramos para aplacar esa pequeña resistencia y separación es involucrarnos en todo lo relacionado con el colegio. Ya están acostumbrados a vernos hablar habitualmente con sus Seños y con la Directora. Yo soy delegado de una de sus clases –van a grupos separados–, y la Maestra-Jedi está en la junta del AMPA. Y si puedo, me apunto para ayudar y participar en actividades como esta:
En esto hemos estado metidos esta semana unos cuantos padres y madres del cole. Y lo mejor era ver las caras y escuchar a los niños y niñas cuando salían al recreo y nos veían pintándoles su patio. 
Publicado por La parejita de golpe en Miércoles, 15 de noviembre de 2017

Aquella semana terminé con agujetas. Pero el gustazo de acondicionar su patio con juegos, que ellos y sus amigos nos vieran hacerlo, y que los disfruten ahora sabiendo que se los ha preparado su Papi –junto a otras madres y padres–, no tiene precio. De eso hace ya unos meses, y no sé cuánto tiempo se mantendrán los juegos en condiciones para los peques, pero da igual. El objetivo estaba cumplido.
Hace poco la pequeña Leia le pidió a la Maestra-Jedi que le comprara unas tizas, de colores. Y recordé que nosotros las utilizábamos en nuestros colegios, de pequeños en la EGB, en aquellas pizarras verdes gigantescas. Pero ellos solo las habían usado de vez en cuando para pintar en algún parque. Al día siguiente la pequeña me insistía, ilusionada, para que subiera a tender a la azotea, y así enseñarme qué había hecho con sus tizas...
Las mismas tizas de hace treinta y tantos años. Los mismos juegos populares de entonces, y de hace apenas cuatro meses. Lo que no es lo mismo es la cara de felicidad de ella, ni la sonrisa bobalicona de su Papi. Objetivo cumplido.
¡Que la Fuerza os acompañe!
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