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En un momento en el que parecería que nuestro país se encuentra sumido en la transición desde una economía de mercados a la de mercadillos, el fenómeno del callejerismo está aumentando deprisa, siendo cada día mayor el número de miserables que no tienen un techo que les cobije y pocas cosas, que no provengan de la caridad o de los contenedores de basura, que llevarse a la boca...
Es una situación que debemos a la encomiable labor de los politicuchos a los que hemos elegido y ensalzado a lo largo de las últimas décadas aunque, y aún a sabiendas de nuestra vinculación con los hechos, me niego a admitir que sea algo que merezcamos, habida cuenta de que las más de las veces llegaron a inclinar nuestras voluntades valiéndose de la demagogia, cuando no de los más burdos engaños...
Pero lo cierto y también lo triste es que sus trampas acabaron siendo, en definitiva, el material con el que elaboramos nuestro cartón...
Esta imagen, que capté bajo unos soportales de la calle Ribera de Curtidores, la que da espacio al dominical Rastro de Madrid, no muestra una caja sino varias "casas" adosadas en la que constituiría toda una "Urbanización de la Miseria"...
Se te encoge el corazón haciendo una foto así...