Las tres fases de una nueva empresa

Publicado el 17 abril 2012 por Pacolopez

Hoy he asistido a una charla de los autores del libro Escuela de emprendedores (Escola de emprendedors en catalán) en las oficinas de Acció en Barcelona. El libro ha sido editado por mi editorial Libros de Cabecera.

Albert, Guillen y Ferrán, los tres autores del libro han explicado los 6 errores más típicos de los emprendedores, tal como los describen en su libro.

No voy a repetirlos aquí. Quien quiera conocerlos puede comprar el libro en www.librosdecabecera.com

Lo que quiero explicar es que la charla me ha hecho recordar que, en mi experiencia, prácticamente toda nueva empresa pasa por tres fases desde su creación hasta su estabilización, que se repiten casi inevitablemente en casi todas ellas:

1. Ilusión

2. Decepción

3. Recuperación

    La fase de ilusión es la inicial, en la que todo es nuevo, en la que se lanza el negocio con la máxima ilusión, en la que se tiene la sensación positiva de haber arrancado y de haber alumbrado una empresa. La reacción del mercado se interpreta como positiva, porque los contactos responden positivamente, aunque en muchos casos sea sólo por educación.

    La fase de decepción llega cuando las previsiones de venta empiezan a no cumplirse, el capital se va agotando, los presuntos clientes, que habían respondido tan positivamente en el inicio, no acaban de decidirse a comprar. Entran las dudas, se revisan las estrategias, se reposicionan los productos, se cuestiona todo, a menudo surgen divergencias entre los socios.

    Un 90-95% de nuevas empresas mueren en esta fase de decepción, que es como una travesía del desierto. Otras son capaces de atravesar ese desierto, con una combinación de habilidad, cambios, austeridad, nuevo capital, etc., etc. La empresa que sale de este desierto puede ser muy distinto a la que entró, pero más centrada y más fuerte. La cruda realidad ha sustituido a las ilusiones. Se ha acabado la inocencia.

    La fase recuperación empieza un día en el que la empresa, sin saber muy bien por qué, empieza a notar señales que muestran el final del desierto. Aquellos clientes a los que se visitó sin resultado alguno empiezan a interesarse seriamente y a comprar, cuando ya los habíamos olvidado. La cuenta de resultados empieza a arrojar beneficios, la tesorería empieza a recuperarse. Poco a poco la empresa se va normalizando y por así decirlo el proyecto va alcanzando un estado de madurez.

    Un día la empresa, más formal y estable, se da cuenta que han acabado los miedos, que el mercado se ha estabilizado, que se entra en una nueva fase, en la mayoría de edad.

    Si un emprendedor es consciente de que esas son las fases normales que ha de pasar su proyecto, quizás puede superar la fase de decepción y conseguir pasar de start-up a empresa.