Isaac Asimov no es el único escritor de ciencia ficción que ha imaginado “leyes” capaces de sobrepasar las fronteras de su propia obra. Arthur Clarke, autor de obras tan conocidas como “2001: Una odisea del espacio”, “El centinela” o “Cita con Rama”, formuló tres leyes referidas a la ciencia que frecuentemente son citadas o repetidas por colegas o científicos. De ellas, seguramente la tercera es la más conocida: “cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.”
Muchos han sido los escritores de ciencia ficción que han incluido en sus obras artefactos, predicciones u otros elementos que luego se han convertido en realidad. Isaac Asimov se ha hecho famoso por sus Tres Leyes de la Robótica, y otros han predicho desde la utilización de la información como medio de control de los ciudadanos (“1984”, de George Orwell) o la realidad virtual (“La invención de Morel”, de Adolfo Bioy Casares) hasta la bomba de neutrones (“Después de la bomba”, de Esteban Salazar Chapela). Arthur Clarke también pertenece a este grupo de autores. Nació el 16 de diciembre de 1917, en Inglaterra, y desde muy pequeño mostró un gran interés por la astronomía, llegando a dibujar un mapa de la Luna utilizando un telescopio casero. Durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un técnico en radares, y sirvió en la Royal Air Force (Real Fuerza Aérea), participando del desarrollo de un sistema de defensa por radar e instruyendo a los más jóvenes en esta especialidad. Al final de la guerra, escribió un articulo técnico llamado “Extra-terrestrial Relays”, en el cual explica la forma en que los satélites artificiales de órbita geoestacionaria podrían facilitar las comunicaciones alrededor del mundo. Este artículo le proporcionó gran fama, becas y reconocimientos, y dicha órbita se llama actualmente, en su honor, órbita Clarke. Más tarde escribiría una gran cantidad de cuentos y novelas que se convertirían en clásicos de la ciencia ficción.
Fuente: http://www.neoteo.com/las-tres-leyes-de-clarke.neoAñadir