"LAS TRES PASIONES” de Elif Shafak, entre el devoto y el ateo ¿existe un punto intermedio?

Publicado el 10 agosto 2017 por Marianleemaslibros

"La cuestión imperante sobre si existe Dios suscita uno de los debates más tediosos, improductivos y desaconsejables en que se han enzarzado personas por lo demás inteligentes. Demasiadas veces hemos constatado que ni los creyentes ni los ateos están dispuestos a abandonar la hegemonía de la certeza. Su aparente discrepancia es como un estribillo que se repite sin cesar.
Ni siquiera es exacto llamar debate a esta batalla de palabras, puesto que los participantes, al margen de sus puntos de vista, son conocidos por ser intransigentes en sus posiciones. Donde no hay posibilidad de cambio, no hay una base para un verdadero diálogo"
“Creo que Dios viene en muchas piezas y de muchos colores. Puedo construir un Dios pacífico, amoroso. O construir un Dios furioso, castigador. O no construir nada. Dios es un juego de Lego"Año 2016, Estambul. Nazperi Nalbantoglu (Peri para los amigos) y su familia han sido invitados a una fiesta de la alta sociedad a la que ella y su hija Deniz llegan con mucho retraso, después de haber sufrido un terrible percance: en medio del monumental atasco, una chiquilla abre la puerta trasera del coche, coge el bolso y Peri ni corto ni perezoso sale corriendo tras ella sin pensar en lo peligroso que ello podía resultar.
En esa fiesta, todavía con el miedo y la certeza de haber estado a punto de perder la vida, los recuerdos del pasado afloran poco a poco, cobran vida de nuevo. Su infancia y adolescencia, teniendo que soportar las peleas continúas entre unos padres de creencias religiosas opuestas, eternamente confrontados y ella, la indecisa, la que nunca se decanta por nada.
Los años de universidad en Oxford, compartiendo habitación con sus dos mejores  amigas: la despreocupada Shirin, la devota Mona, y ella de nuevo a medio camino, una musulmana moderna con demasiadas preguntas e incertidumbres sobre la religión, la fe y Dios.
Y el recuerdo que más le duele: el de su querido, excéntrico y polémico profesor Azur del que todo el mundo le aconsejó mantenerse alejada, del que se enamoró y al que también acabó traicionando. 
Pero es esa tarde de 2016, en esa casa y después de tantos años, cuando Peri siente de nuevo la necesidad de hablar con él y con Shirin, y suplicar su perdón, el de ambos.
¿Quién es el profesor Azur? -¿No lo sabes? -Shirin se relamió los labios como si tuviera algo dulce en la boca-. ¡Aquí, Azur es una leyenda viva! -¿De qué da clase? Una sonrisa se dibujó en los labios de Shirin. -De Dios. -¿En serio? -En serio. Él mismo tiene algo de Dios. Ha publicado nueve libros, y siempre está participando en mesas redondas o dando conferencias. Es toda una celebridad, te lo advierto. El año pasado la revista Time lo nombró entre las cien personas más influyentes del mundo
¿Porqué traicionó Peri a Azur? ¿Le habrá perdonado ya?¿Cómo acabará la fiesta? Elif Shafak nació en Estrasburgo en 1971, de padres turcos. El trabajo de la madre, una diplomática, la obligó a viajar y a residir en distintos países, entre ellos España. Actualmente vive con su familia entre Estambul y Londres, colabora con distintos periódicos turcos, ingleses y estadounidenses, y es miembro muy activo del London Speaker Bureau.
A la hora de escribir suele alternar el inglés y el turco. Tras el éxito internacional de “La bastarda de Estambul” (Lumen, 2009), en 2012 publicó “El fruto del honor”, una novela que ponía en entredicho las reglas de dos mundos distintos y sin embargo condenados a entenderse. Con “El arquitecto del universo” (Lumen, 2015), su anterior novela, Shafak volvía a hablarnos de su querida Estambul, y situaba la acción en los tiempos en que se construyeron las grandes mezquitas. "Las tres pasiones" es su novela más reciente
Llegué a este libro gracias a una recomendación de una de mis primas lectoras. Os cuento que en la familia tenemos un chat de whatsapp, “Lectoras compulsivas” se llama, en la que intercambiamos opiniones sobre libros y recomendaciones. Fue este el comentario que me convenció: “me ha gustado mucho Las tres pasiones, pero ¡ojo!, esta es de las que puede gustar mucho o nada. Habla de religión, ateísmo, agnosticismo, docencia, pero sobre todo como pueden convivir todas esas posibilidades. De abrir la mente. Del respeto”
De siempre me he sentido atraída por otras culturas, por el conocimiento de otras formas de ver la vida, de pensar  y “Las tres pasiones” me ha acercado a diferentes puntos de vista sobre una dualidad que es y seguirá siendo eterna: creer o no creer en Dios, that’s the question. También me ha presentado a Estambul
La ciudad que huele a mejillones fritos, castañas asadas, roscas de pan con sésamo, tripas de cordero a la parrilla, mezclados con la fragancia de los árboles de Judas en primavera o de las plantas de Dafne en invierno. Una ciudad exótica pero a la vez peligrosa, congestionada y desvergonzadamente bulliciosa, tanto de día como de noche.
La narración alterna dos hilos argumentales en dos épocas distintas, entre Estambul e Inglaterra: los capítulos de la década de los 80, y los del momento actual en 2016.
Los de la década de los 80, hablan sobre la niñez y adolescencia de Peri, el profundo abismo cultural que hay entre sus padres y sus diametralmente opuestos consejos sobre la vida.
Fue por aquella época cuando Peri empezó a reconsiderar su relación con Dios. Dejó de rezar antes de acostarse, contraviniendo las enseñanzas maternas, pero también se negó a mostrarse indiferente hacia el Todopoderoso, desoyendo los consejos paternos. En lugar de ello tomó toda la angustia y el dolor que no se atrevía a expresar delante de sus padres y los convirtió en una bala de cañón de palabras que arrojaba a los cielos. Empezó a discutir con Dios
También cuentan su vida de universitaria en Oxford, y el repentino encontronazo con el mundo occidental de la chica de “las tres pasiones”.
Estaban en la universidad de habla inglesa más antigua del mundo, añadió. Oxford no solo había sido a lo largo de los siglos un centro de estudio académico y de investigación científica, sino también un núcleo de debate teológico y de discusión religiosa. -¡Son afortunados! ¡Están en el lugar adecuado para discutir sobre Dios
Y de qué forma consigue ser alumna del enigmático profesor Azur, y asistir al curso sobre Dios que este imparte, convencida de que al fin ha encontrado el camino para dar respuestas a todos sus dilemas. 
En su compañía Peri se sentía realizada, íntegra, como si después de todo hubiera otra manera de ver las cosas que no se parecía ni al enfoque de su padre ni al de su madre. En las palabras de Azur encontró un pasadizo para salir de la cansina dualidad con que había crecido en el hogar de los Nalbantolu. Al lado de Azur podía abrazar las numerosas facetas de las que ella misma estaba compuesta y aun así ser bien recibida
Por otra parte, los capítulos ambientados en 2016, cuentan cual es su situación actual, cómo es la mujer en la que se ha convertido y lo que sucede en la fiesta, esa tarde después del episodio violento del robo de su bolso. 
La religión engendra intolerancia y conduce al odio, que a su vez conduce a la violencia. Y ahí se acaba la historia. -Pero ¿no es injusto? -le preguntó Peri-. Hay muchas personas religiosas que nunca harían daño a nadie. La religión no ha sido la causante. Es el puro mal
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
El libro me ha gustado mucho, es de esos que no quieres que acaben nunca, y te da mucha pena terminar. La cubierta me parece preciosa, me llamó la atención cuando la vi por primera vez en la estantería de novedades de la biblioteca (aunque realmente es lo de menos, de primera impresión te puede entrar por el ojo).
Tengo que aclarar que “Las tres pasiones” no es, como podría parecernos a priori, un libro romántico, ni erótico. Su título se refiere a las tres pasiones mencionadas en las obras del filósofo y escritor Bertrand Russell, que según él mueven los destinos de los seres humanos: el deseo de amor, la búsqueda del conocimiento y la compasión por el dolor ajeno o una increíble piedad por el sufrimiento de la humanidad.
Y es que Elif Shafak ha escrito una novela que explora estas tres pasiones en el personaje protagonista de Peri, y nos dibuja un fiel retrato de la sociedad turca actual, y de Estambul, una ciudad donde la gente es o fanáticamente religiosa, o extremadamente secular, sin términos medios. 
Pero sobre todo es una novela que habla sobre la multiculturalidad, la tolerancia, e intolerancia, el extremismo y  fundamentalismo, el respeto a las distintas formas de pensar, sobre los conflictos entre las distintas religiones, entre oriente y occidente, lo tradicional y lo moderno. 
He aprendido tanto de Dios que ya no puedo llamarme cristiano, hindú, musulmán, budista o judío. La verdad ha compartido tantas cosas de sí misma conmigo que ya no puedo llamarme hombre, mujer, ángel o incluso alma
Y en la figura del profesor Azur, abre un debate sobre eternas dualidades como creer y no creer, la fe y la razón, y el tercer camino que pueden tomar algunos: la incertidumbre, el atrevimineto de la duda, los polos intermedios de los indecisos, de los que no quieren o no saben por qué decantarse.
¿No existe otra manera, otro espacio para las cosas que no entran dentro de la fe ni de la incredulidad; para lo que no es pura religión ni pura razón? ¿Una tercera vía para personas como yo, que no quieren encajar en estas dualidades, pues les parecen demasiado rígidas? A veces tengo la impresión de que estoy buscando un nuevo lenguaje. Un lenguaje solitario que nadie habla, aparte de mí...
Pero no me gustaría que penséis que el argumento de este libro trata únicamente sobra las distintas religiones o sobre la existencia de Dios, como si fuera un compendio de teología, no... La autora nos ofrece unos cuantos personajes con distintas creencias y formas de pensar que se preguntan, dudan, buscan la verdad, cada uno busca su verdad.
Porque también aborda temas cotidianos como el amor no correspondido, el desamor, los celos, la pasión, la traición, el perdón, y el conocimiento de uno mismo.
Recuerde que atreverse a «conocerse a sí mismo» significa atreverse a «destruirse a sí mismo». Primero debemos desmontarnos para a continuación, con las mismas piezas, montar un nuevo Yo
En definitiva, un libro que me ha parecido muy interesante, entretenido y que leído con muchas ganas. Un libro que se lee saboreando párrafos y que te obliga a darle vueltas y más vueltas a su contenido y te viene a decir que, en contra de lo que algunos creen “no hay verdades absolutas” 
Pero el absolutismo, sea cual sea su naturaleza, es una debilidad -respondió Azur-. En mi opinión, el ateísmo absoluto o el teísmo absoluto son igual de problemáticos. Mi tarea es inyectar una dosis de fe a los que carecen de ella y una dosis de escepticismo a los que creen
Y que al final, seguirán por siempre existiendo los tres caminos: el de la certeza, la incredulidad, pero también el de la duda.
La religión es un cuento de hadas para los que tienen miedo a la oscuridad.Todos sufrimos en manos de los dioses que nosotros mismos hemos creado.
Y por supuesto mi nota máxima para esta novela que os recomiendo sí o sí: