Las tres visitas que te recomiendo hacer al maravilloso mercado Machane Yehuda de Jerusalén (1ª parte)

Por La Viajera Incansable @viajoincansable

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Si la Ciudad Vieja es el corazón de Jerusalén, el mercado Machane (o Mahane) Yehuda (conocido como "el shuk ", nombre con que se conocen los mercados en hebreo) es su estómago.

PRIMERA VISITA: por la mañana, para comprar, y quedarse a desayunar o comer ¿Te has quedado sin tomates para la ensalada?, ¿te apetece una rica papaya?, ¿prefieres, tal vez, los aguacates? ¡Ve al shuk! Pero recuerda: mejor temprano, para encontrar el mejor producto y evitar el gentío, y en temporada. El Machane no es un supermercado; aquí se pueden reconocer las estaciones según los productos a la venta: ¿ves mangos frescos? -entonces, es verano; ¿eres incapaz de resistirte a esos higos? -será porque ha llegado el otoño; ¿se te hace la boca agua con las clementinas? -te acompañarán en las tardes de invierno.

Con sus raíces en el período otomano, el Machane ha ido evolucionando hasta alcanzar dimensiones que van más allá del lugar al que vas a hacer la compra semanal. De hecho, ha conseguido tener algo para todo el mundo y reinventarse según la hora / el día que lo visites.

**Aunque las 8 sea el horario oficial de apertura al público, el mercado está en marcha mucho antes; tiene su encanto ver cómo los vendedores reciben, transportan y disponen los productos. Además, si no te gusta encontrar a mucha gente removiendo la fruta y verdura, te encantará haber madrugado.

*Horario: de domingo a jueves, de 8:00 h a 19:00 h; viernes, de 8:00 h a 15:00 h (o incluso antes); sábados cerrado.

Frutos secos, pasas de Uzbekistán, té de canela y rosas importado de la India, deliciosas bourekas (una especie de empanadas en forma de triángulo cubiertas de semillas de sésamo que pueden ir rellenas de queso, patata, espinacas o champiñones) o el tradicional babka (un bizcocho en forma de trenza relleno normalmente de chocolate, aunque también puede prepararse con compota de frutas o especias).

Además de tiendas, el shuk está repleto de restaurantes y cafeterías en los que degustar todo tipo de especialidades israelíes y de Oriente Medio en general así como de excelente café (¡qué felicidad!). Este es el lugar para deleitarte con un buen plato de humus de judías blancas y hierbas de limón, una ración de maqluba (o maqlube, un plato de origen palestino conocido como "la paella árabe"), kibbeh , (o kibe, o kibbe; un frito tipo croqueta elaborado a base de carne y trigo bulgur sazonado con cebolla, ajo y pimienta), gloriosas ensaladas, hamburguesas con patatas fritas, faláfeles con salsa tahini (pasta hecha a base de semillas de sésamo), el cada vez más popular sabich (pan de pita relleno de huevo duro, berenjena frita, ensalada árabe, encurtidos [opcionales] y salsa tahini) y los omnipresentes pan de pita y laffa (o lafah; parecido al pan de pita, pero más grande y fino). Y, oh sí, los rugelach, unos rollitos típicos de la repostería judía -más concretamente de la comunidad judía de la Europa del Este- que, aunque te dejarán los dedos pegajosos a más no poder, merece mucho la pena probar.

*Nota mental: acabo de darme cuenta de que, en algún momento, tendré que escribir un post dedicado exclusivamente a lo mejor de la cocina israelí. Se me hace la boca agua con solo pensarlo*.

Una experiencia que recomiendo es probar la slow-cooked food (comida cocinada lentamente). Empiezan a elaborarla a las cuatro de la mañana, antes de que se levanten los pájaros, cuando el aire se siente más limpio y fresco y en el cielo se ven todavía las estrellas, y a mediodía está lista para servir. Siéntate a degustarla sin prisas, haciendo honor a su nombre.

SEGUNDA VISITA: por la noche*Cuándo: de domingo a jueves, a partir de las 19:00 h; los viernes, debido a la proximidad del sabbat, los bares no abren; algunos vuelven a abrir al atardecer del sábado al domingo. **La semana laboral empieza el domingo y el jueves es party night en Jerusalén. Para poder vivir la experiencia completa, hay que volver al mercado por la noche. Una vez los puestos han cerrado, toman el relevo los bares y todo el lugar se convierte en una fiesta que se alarga hasta altas horas de la madrugada. Baile, música, actuaciones, visitas guiadas... Todo tiene cabida.

El shuk es una celebración de la vida en la calle y un nexo de unión indiscutible entre las diferentes culturas que en él se dan cita.

Desde hace unos años, además, la hora en que los comercios bajan las persianas poniendo fin a su jornada laboral cuenta con otro importante atractivo. En enero de 2015, el joven Solomon Souza, un artista judío nacido en Londres en 1993 y afincado en Israel desde los 17 años, aceptó la propuesta de su amigo y compañero de yeshivá (centro de estudios de la Torá y el Talmud) Berel Hahn, nacido en los Estados Unidos, para convertir el mercado Machane Yehuda en una galería de arte urbano constituida a partir de los grafitis pintados sobre las puertas metálicas de las tiendas.

*A pie → desde la Ciudad Vieja, siguiendo la Jaffa Road, te plantarás a la entrada del mercado en 20 minutos; *En tranvía → bajándote en la parada Mahane Yehuda Street (con el City Pass o comprando un billete sencillo en las máquinas expendedoras).

¿Qué te ha parecido mi propuesta hasta ahora?, ¿la encuentras interesante? La tercera visita al mercado que te sugiero viene bien detallada en el próximo artículo.

Por el momento, toma nota de cómo llegar al shuk: