No hay pájaro más inconfundible que la urraca, con esa mezcla de negro y blanco en el plumaje, sin olvidar los bonitos matices tornasolados de azul en alas y cola. Precisamente la cola, de gran longitud, es el otro rasgo que la identifica sin lugar a dudas. Las jóvenes muestran siempre la cola más corta y el color blanco del plumaje es más apagado. Son las plumas del cuerpo y las cobertoras alares las partes del cuerpo que mudan entre agosto y septiembre, así como también alguna rectriz de la cola, aunque no siempre. No mudan entonces las primarias y secundarias de las alas que no llegan a adquirir en los bordes el intenso brillo de las urracas adultas hasta sufrir por lo menos dos mudas otoñales.
Tienen mala fama las pegas como depredadoras de nidos. Pero su alimentación, como pone de manifiesto un reciente trabajo de la página de vertebrados ibéricos, es muy omnívora, comiendo casi de todo. Tan sólo un 5% de los ataques a otras aves tienen éxito, con lo cual se demuestra que no son depredadores muy eficaces, y al ser un ave muy urbana, estos ataques sólo repercuten en otras aves urbanas como palomas o gorriones.