Las Vegas, ciudad del juego

Por Nosoloviajeros @nosoloviajeros

La ciudad del pecado, la capital del juego y del vicio, etc., decenas han sido los adjetivos y los nombres que Las Vegas ha acumulado a lo largo del siglo XX. Y es que hablamos de una de las ciudades más pintorescas y características de los Estados Unidos y probablemente del mundo; seguramente no habrá en todo el planeta una aglomeración urbana tal donde se den cabida todos los "vicios" juntos, y que lo haga de la manera en que lo hace Las Vegas, con un derroche de glamour, lujo, luces y dinero a raudales sin igual.

Las Vegas podría considerarse como la Babilonia moderna, aquella ciudad antigua que, presa de los vicios, Dios destruyó sin contemplaciones. Pero en Babilonia no se movía probablemente la cantidad de dinero que se mueve en esta ciudad del Estado norteamericano de Nevada, y quizá aquí Dios no se atreva a meter mano, a pesar de que la amplia mayoría de la economía veguense está basada en uno de los pecados que condena la Biblia: el juego.

Las Vegas debe su nombre a un explorador y comerciante español, Antonio Armijo, quien en 1829, y siguiendo la orilla del Río Colorado en un viejo camino que unía Texas con el norte, descubrió una extensa zona verde de manantiales que era como un oasis en medio del desierto que la rodeaba. Armijo llamó al territorio "Las Vegas", en alusión a aquella tierra baja, llana y húmeda, única además en decenas de kilómetros a la redonda. Las Vegas fueanexionada por Estados Unidos en 1855, fecha en la que se intentó, sin éxito, convertir a la población india. Los nativos rechazaron las enseñanzas de los estadounidenses y ello llevó a un conflicto que, como en el 100% de los casos del territorio norteamericano, se saldó con laderrota y el exilio de los nativos.

A finales del siglo XIX Las Vegas no era otra cosa que una pequeña población fértil en medio del desierto. Su suerte cambió cuando en 1900 los manantiales que llevaron a Armijo a descubrir el valle fueron canalizados hacia la ciudad, por lo que ésta quedó provista de agua corriente con la que sustentarse. A partir de entonces, Las Vegas no dejaría de crecer, y su primer hito sería convertirse en ciudad de paso para quienes viajaban entre Los Ángeles y Nuevo México.

Pero esta ciudad de paso aún estaba muy lejos de convertirse en la ciudad del pecado y del juego que es ahora y por la que se la recuerda. El inicio del meteórico ascenso a la cima que vivió la ciudad se inició en 1931, cuando la legalización del juego convirtió a este verde paraje del desierto en objetivo de los grandes sindicatos del crimen de la costa Este de Estados Unidos, que vieron en Las Vegas la oportunidad ideal de invertir (y blanquear, por supuesto) el dinero procedente de las mafias, construyendo hoteles de ensueño y lujosos casinos. El gran hotel construido en la ciudad, el Flamingo, fue, de hecho, construido por el gánster judeo-estadounidense Bugsy Siegel, a quien se le asociaría como el primer gran promotor de esta primigenia Las Vegas.

Hotel Flamingo, el primer gran hotel de Las Vegas

A partir de entonces, grandes hoteles y casinos encontraron en la ciudad el lugar oportuno para desarrollar todo un emporio en torno al juego y a todo cuanto se asocia a estas actividades: prostitución de lujo, espectáculos visuales y musicales, etc. Desde los años 50, por ejemplo, la ciudad es probablemente la que da cabida a más conciertos musicales de las grandes estrellas de la canción estadounidense, en una lista que comenzaron Elvis Presley o Frank Sinatra.

Las Vegas probablemente sea la única ciudad del mundo que recibe, cada año, millones y millones de turistas con la intención de perder dinero. Así que ya lo sabes, si te sobran unos cuantos miles de euros, nada mejor que jugártelos en la ciudad del pecado, aquella en la que, por un fin de semana, todo el que tenga dinero se convierte en el más apreciado de los caballeros.