Esa rebeldía creciente de los ciudadanos ha sido una de las tres principales verdades anticipadas y propagadas por Voto en Blanco desde que el blog nació, en 2004. Las otros dos han sido el asesinato de la democracia., parcial en algunos países y total en otros, cpmo España, donde ha sido sustituida, de manera silenciosa y traidora, por una oligocracia de partidos políticos, y la verdadera naturaleza política de Zapatero, detrás de cuya sonrisa y talante siempre vimos, desde que asumió el poder, a un peligroso manipulador y a un pésimo y dañino gobernante.
Detras de esa rebeldía ciudadana internacional, que se ha sido provocada por el fracaso y los abusos de las clases dirigentes, incapaces de hacer avanzar nuestro mundo un sólo palmo, late la conciencia ciudadana de que los grandes poderes se han transformados en el gran enemigo y en la peor pesadilla de los hombres y mujeres que quieren ser libres.
La situación mundial es mucho más peligrosa de lo que creemos y de lo que los pensadores más pesimistas habían anticipado. El núcleo del problema no es ya el rechazo a una política ineficiente y corrupta, gestionada en régimen de monopolio por los políticos profesionales, aliados con los grandes poderes mediáticos y financieros, sino en la existencia de una corriente mundial muy fuerte, con grandes bastiones en las altas esferas del poder, que defiende la necesidad de exterminar "como sea" a una parte importante de la población mundial, única salida, según ellos, para que el mundo vuelva a ser gobernable y próspero.
A los ciudadanos, cada día más conscientes y rebeldes porque no soportan ya la ineficiencia y los abusos de las castas políticas que controlan el Estado y, en muchas ocasiones, lo administran contra la propia ciudadanía, se le viene encima un problema mucho peor y amenazante: el de la existencia de grupos y castas poderosas que quieren exterminar a cientos de millones de seres humanos "como sea".
Esa terrible amenaza sobre el ser humano, todavía cuabierta de secreto, aunque ya se analiza en algunos discretos y elitistas think tanks de paises muy avanzados, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Alemania, Francia, Japón y China, empieza a aflorar, de manera tangencial, en algunos análisis. Uno de los últimos es el artículo IDIOTS AND CRIMINALS (Idiotas y criminales), de Marc Johnson, publicado recientemente en The Boston Globe, y reproducido en Voto en Blanco..
El artículo sostiene que en el mundo actual hay cuatro grandes fuerzas o corrientes en pugna:
a) Una corriente minoritaria internacional y “financiera”, liderando el proyecto de reducir la población mundial “como sea”.
b) Una resistencia multisectorial y poliédrica mayoritaria y opuesta a esa pretensión, tanto de naciones como de empresas menos “financieras”.
c) Una definitiva incapacidad político-económica para “volver” al Estado de Derecho, la economía de mercado, el libre comercio…
d) Un creciente avance ciudadano que se expresa momentáneamente por resistir esas políticas y sobre todo, por haber alcanzado considerables niveles de conciencia en cantidad y calidad acerca de esta panorámica.
El resultado de la batalla, incierto, dependerá en gran medida del avance o retroceso del esperanzador movimiento ciudadano, que está comprendiendo ahora la enorme dimensión del fracaso de las castas políticas profesionales dirigentes, que no han conseguido solucionar ni uno sólo de los grandes problemas del planeta, a pesar del inmenso poder que han acumulado, y que señala a los poderosos que controlan los resortes mundiales, sobre todo a los "dueños" de los gobiernos y estados (partidos políticos) como los grandes enemigos a batir para poder instaurar una democracia auténtica, en la que los ciudadanos sean los que controlen a los cargos públicos y no al revés, como ocurre ahora bajo las modernas falsas democracias, que son realmente tinanías camufladas.
Cada día somos más los que nos alineamos y luchamos en esta corriente nueva, cuya mitad es "ácrata", porque se opone a un Estado demasiado poderoso y secuestrado por políticos y poderosos ineficientes y muchas veces corruptos y peligrosamente egoístas, y con su otra mitad puramente "democrática", porque aboga por sustituir las actuales dictadoras de partidos por verdaderas democracias ciudadanas en las que los gobiernos estén bajo férreo control cívico.
Cada día hay más ciudadanos que creen que "otra política es posible" y empiezan a exigirla. La gente está cansada de que los grandes problemas del mundo nunca sean resueltos por la política, descubre que la democracia ha dejado de existir y exige cambios drásticos en el liderazgo, por ahora de manera pacífica y civilizada.
La mayoría de los políticos, a los que el abuso del poder y los privilegios han convertido en torpes alineados, ajenos a la realidad, no perciben el peligro. Lo mismo ocurre con los intelectuales y periodistas, en su mayoría "abducidos" por el poder y adscritos al pensamiento dominante, lo que les impide analizar correctamente la realidad y percibir los signos de la rebeldía que se fraguan en las múltiples hogueras libertarias que se encienden por el mundo.
Cualquier día, esta democracia, tan admirada y querida hace apenas unas décadas, entrará en abierta crisis y se volatilizará. Entonces habrá llantos y manifestaciones de sorpresa, a pesar de que existieron signos y avisos que nadie supo interpretar a tiempo: desprestigio de la política, desconfianza ante el liderazgo, descrédito de los políticos, divorcio entre ciudadanos y gobierno, insaciable voracidad de poder por parte de los partidos políticos, crecimiento constante de la abstención electoral, añoranza del antiguo comunismo en amplios sectores de la Europa del Este, surgmiento de partidos políticos nuevos y aparentemente inexplicables, como el de los neocomunistas, en Alemania, o "Ciudadanos", en España, la derrota de la Constitución Europea en Francia y Holanda, el auge del terrorismo desesperado, la inexplicable transformación de ciudadanos pacíficos en radicales, la transformación de los líderes políticos en los "nuevos amos" del mundo, el hundimiento de la participación ciudadana en la política, el deleznable espectáculo de la ostentación del poder político, la acumulación de privilegios por parte del liderazgo político, la persistente fetidez de la corrupción política, la esperanza que nace y se quema velozmente por culpa de la corrupción, como ha ocurrido en Brasil y en Ucrania, etc., etc.
Pocos lo ven, pero el mundo antiguo, representado por el auge del Estado nación y el protagonismo de los partidos políticos, está agonizando. Lo que está naciendo no lo sabemos con certeza, pero muchos sospechamos que es la hora de las corrientes ácratas, de ciudadanos que, hartos de ser esclavos desde tiempos de los faraones y de que también les han engañado y esclavizados unos políticos depredadores que eran elegidos en las urnas y se hacían pasar por demócratas, han decidido tomar el poder directamente, aplicando el sabio principio de que "la política es demadiado importante para dejarla en manos de los políticos".