Chasing Life es una serie que comenzó el verano pasado con una base tan relativamente difícil para una cadena como ABC Family como lo suficientemente interesante para funcionar muy bien si así lo quieren. La serie, que tiene como protagonista a April (Italia Ricci), una chica de veinticuatro años que descubre por casualidad que tiene leucemia, arrancó entonces con un punto de partida muy claro, con un objetivo muy concreto. Y ver a April adaptarse a su nueva realidad, verla adaptarse al shock que supone todo esto, fue muy interesante. Sobre todo porque la serie consiguió crear una fuerte base emocional en la que confiar.
Con todo esto, Chasing Life es una serie que sabe hacer muy bien algunas cosas. Es una serie que sabe crear personajes muy interesantes. Una serie que sabe llegar a situaciones que no todo el mundo se atreve a tocar, que las entiende, que tiene la posibilidad de explotarlas. Y es una serie que consigue que conectes con ella desde el lado más emocional. Pero también es una serie que no siempre parece entender lo que tiene, y eso a veces resulta muy frustrante.
De hecho, llaman la atención dos casos. El primero de ellos, el personaje de Leo y el lugar tan específico en el que se encuentra. Después de haber dedicado toda su existencia a luchar contra una enfermedad que en teoría le iba a robar cualquier posible futuro y, por tanto, cualquier necesidad de planear para éste, se encuentra con que ha llegado a este futuro y no sabe muy bien qué hacer con él. Y esto es un tema que reflejan muy bien en un par de episodios, para a continuación dejar completamente de lado y, no sólo eso, sino directamente quitarle importancia a los problemas y a esa crisis de Leo de una forma especialmente chirriante.
Y no exactamente igual, pero también bastante chirriante, fue el ver que la serie parece no ser del todo consciente de esa pequeña joya que tenía en la relación de Brenna y Greer. De modo que, cuando llegó el momento de separarlas al final de la temporada, lo hizo de un modo que no acababa de encajar con la base de esa relación. Porque si hay dos personas que habrían querido mantener la relación aunque fuera a distancia, esas eran Brenna y Greer.
Como a veces no es del todo consciente de lo que tiene y lo que funciona en ella, Chasing Life nos ha dado bastante más escenas de las necesarias alrededor del periódico donde trabaja April. Un escenario que resulta tan artificial y falto de vida, tan claramente salido de la versión más infantil de ABC Family, que nunca ha llegado a funcionar. Y, en general, ha intentado interesarnos y apoyar a una April sana que, a pesar de todo y por mucho que nos duela, no deja de ser una chica relativamente sosa y a la que a menudo cuesta bastante apoyar en su forma de ver el mundo.
De todos modos, la serie ha sabido terminar la temporada donde mejor funciona. Con George volviendo a escena y con el cáncer de April regresando, el planteamiento de la próxima temporada nos da esperanzas de que puedan corregir estos errores. Porque queda muy mal decirlo, pero la mejor April es la April enferma.