En un gran parque natural como las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, son muchos los lugares cuyos nombres brillan en la memoria colectiva.
En él, parece que la Sierra de Las Villas quisiera guardar sus secretos con celosa discreción.
El viajero se adentra en la sierra más inexplorada para sentirse único.
Quebrada, solitaria, salvaje, casi despoblada, esta sierra mira, por el este, a sus hermanas Segura y Cazorla, y por el oeste, a la campiña olivarera jienense.
Una estrecha y sinuosa carretera transversal recorre Las Villas de punta a punta. Hay que recorrerla paladeando sus paisajes.
La carretera está tan poco transitada que casi ofrece la tranquilidad de un viejo camino. Ese itinerario no es más que un maravilloso pasillo al que se abren muchas puertas, y cada una conduce a lugares sorprendentes.
Hay que aprovechar las diversas pistas forestales que parten de la carretera de Las Villas para internarse por la sierra, así como las áreas recreativas, miradores y senderos señalizados.