Sinopsis ¿Y si fracasar no fuera tan malo como creemos? El fracaso está mal visto. Lo percibimos como una debilidad, un error. Pero este luminoso libro nos demuestra que el éxito rara vez llega sin ir acompañado de decepciones y frustraciones. Steve Jobs, J. K. Rowling o Thomas Edison vivieron incontables fracasos antes de conseguir su objetivo. Revisando estos y otros ejemplos, y a la luz de las enseñanzas de Marco Aurelio, San Pablo, Nietzsche, Freud o Sartre, Charles Pépin nos invita a entender que no hay que evitar el fracaso, porque cada adversidad nos hace más lúcidos y combativos. Y que, además, a veces hay felices y curiosos accidentes detrás de muchos «errores»: la tarta Tatin, el Viagra, las máquinas Nespresso o el Velcro son buenos ejemplos de ello. Un pequeño tratado de sabiduría que nos muestra el camino hacia el auténtico éxito. Porque el error es la manera humana de aprender, y hay que reivindicarlo.
« Hay victorias que solo se obtienen perdiendo batallas»
Introducción (…) el fracaso no contiene una virtud, sino muchas. Hay fracasos que fortalecen la voluntad y otros que permiten su relajación; los fracasos que nos procuran la fuerza para perseverar en la misma vía y los que nos dan impulso para cambiarla. Están los fracasos que nos vuelven más combativos, los que nos hacen más sabios, y luego están los que nos devuelven la disponibilidad para hacer otra cosa.
(…) al equivocarnos, al fracasar, manifestamos nuestra verdad humana (…) podemos fracasar porque somos hombres y porque somos libres: libres para equivocarnos, libres para corregirnos, libres para progresar.
«Más de uno no puede librarse de sus propias cadenas ha sabido,
sin embargo,
liberar a su amigo de ellas» Nietzsche
Fracasar es una oportunidad de aprender, esa es una máxima en la creo firmemente, que defiendo. Ahora bien, no todos los fracasos generan aprendizaje, tenemos que saber balancear el fracaso en su medida y no personalizarlo.
Podemos fallar infinidad de veces en un proyecto, pero no ser un fracasado. Es otra de las cosas que tenemos que tener claro. Ojo con personalizar el fracaso en la persona o el equipo ¿Disponían de los medios, la tecnologia, los recursos? ¿Estaba el mercado maduro para adoptar el producto? ¿Llegamos en el momento idóneo al mercado? ¿Se contaba con el apoyo de la dirección?
No banalicemos el fracaso, tampoco lo subestimemos. Todo tiene su justa medida. Si tengo claro que para avanzar, innovar, crecer, mejorar, escalar… hay que fracasar, aprender, y volver a la cumbre con las lecciones aprendidas, habiendo aplicado dosis de aprendizaje generado.
« Fail fast, learn fast» [Fracasar deprisa, aprender deprisa]
(…) démonos, pues, prisa en fracasar, porque así nos encontraremos frente a la realidad mejor que a través del éxito (…)
(…) vale más un fracaso rápido y rápidamente rectificado que ningún tropiezo (…)
(…) hay que haber fracasado para saber que de eso se sale (…)
(…) la experiencia del fracaso es la experiencia de la vida misma. En la borrachera del éxito tenemos a menudo la sensación de flotar (…) en el fracaso, por el contrario, chocamos con una realidad que no conocíamos y que nos vapulea (…) cuanto más deprisa fracasamos, antes la afrontamos. Esa es la condición del éxito.
«La vida es experiencia; cuantas más experiencias, mejor» Ralf Waldo Emerson
(…) el error corregido se convierte para el sabio en el único camino para descubrir la verdad (…)
«Una larga serie de éxitos no prueba nada,
cuando el fracaso de una sola comprobación
experimental prueba que aquello es falso» Albert Einstein
(…) el sabio antes que nada es alguien que sabe equivocarse (…)
«Errar es humano; perseverar; diabólico» San Agustín
(…) el fracaso es lo contrario del éxito, pero es un contrario que el éxito necesita (…)
«He fallado 9.000 tiros a canasta a lo largo de mi carrera. He perdido casi 300 partidos; 26 veces confiaron en mi para introducir la canasta de la victoria y fallé. He fracasado una y otra vez en mi vida. Esa es la razón por la que he tenido éxito»[i] (…) sin fuerza de negación no puede haber fuerza de afirmación.
La lección de humildad que nos ofrece el fracaso es la ocasión de medir nuestros límites, mientras que el delirio narcisista o la ilusión de omnipotencia nos alejan de esa toma de conciencia.
(…) los sabios son personas muy humildes (…) fracasan constantemente porque se pasan la vida corrigiendo falsas intuiciones y dejan nunca pasar de largo la ocasión de curarse de la arrogancia o del fantasma de la omnipotencia (…)
(…) el fracaso nos hace humildes y esa humildad es con frecuencia el comienzo del éxito.
«No os inquietéis por vuestros apuros en matemáticas, que los míos son muchos peores» Albert Einstein
El fracaso nos hace más humildes, la humildad nos vuelve sabios y esa sabiduría puede hacernos ganar.
(…) creer es dudar, es soportar la duda hasta el fondo del alma.
«Dios mío, dame fuerzas para aceptar lo que no puedo cambiar, la voluntad de cambiar lo que puedo cambiar, y la sabiduría de saber distinguir lo uno de lo otro» Marco Aurelio
Lo opuesto a la sabiduría es seguramente la negación de la realidad. Atascarse en la negación del fracaso es la manera más segura de no sacar ningún provecho de él (…)
« ¡He perdido! pero ahora sé lo que quería saber» Roger Federer
«Yo nunca pierdo; o gano o aprendo» Nelson Mandela
(…) la primera virtud del fracaso es recordarnos los límites de nuestro poder (…)
(…) serendipity, designa esa capacidad de encontrar aquello que no buscamos (…)
(…) cuando nos enfrentamos al dolor del fracaso nos da la impresión de que no valemos para nada. Como vivimos en países donde la cultura del error está muy poco desarrollada, confundimos «haber fracasado» con «ser un fracasado». Confundimos el fracaso de nuestro proyecto con el fracaso de nuestra persona (…)
«El fracaso está en los fundamentos del éxito» Lao-Tse
(…) el gran hombre debe ser capaz de sobrepasar los límites de su saber atreviéndose con actos intuitivos, con decisiones (…)[ii]
(…) el audaz conoce el miedo, pero lo convierte en motor (…) al impulsivo le gusta el riesgo; el audaz tiene sentido del riesgo.
(…) «La fortuna ayuda a los osados»[iii]. Los ayuda porque la provocan: se provocan a sí mismos, provocan su talento.
«Actuar como un primitivo, prever como un estratega» René Char
Aprender a atreverse es aprender a no atreverse a todo, es atreverse cuando hace falta, cuando las necesidades de la acción exigen ese salto por encima de lo que sabemos (…)
(…) cada día que pasa es una amenaza a la obsolescencia (…)
Cuatro ejes de una metodología para aprender a atreverse: ● acrecentar la propia capacidad, ● admirar la audacia de los demás, ● no ser demasiado perfeccionista ● y acordarse de que el fracaso sin audacia duele mucho más.
«Enseñar no es llenar una vasija, es encender un fuego» Montaigne
(…) el ideal de nuestra escuela es el alumno completo, aplicado, «dentro de la norma». Se prefiere a los alumnos buenos en general. Los de perfiles atípicos, brillantes acá, flojos allá, interesan menos.
«Nunca reforzar los puntos débiles, reforzar siempre los puntos fuertes» Julien Gracq
Si es verdad que uno tiene que trabajar los puntos débiles para que no se conviertan en incapacitantes, hay que «reforzar sobre todo los puntos fuertes», apostar por el propio talento.
Si sabes meditar, observar y conocer sin ser nunca escéptico o destructor soñar, pero sin dejar que tu sueño te domine pensar, sin ser solo un pensador.[iv]
En una visión audaz de la existencia, el saber debe presentarse desde el comienzo como algo que aspira a ser sobrepasado, los conocimientos como algo que delimita una zona de confort de la que habrá que salir.
(…) una vida exitosa es una vida plagada de preguntas (…)
«Si habéis venido por Purple Rain, os habéis equivocado de puerta; lo que cuenta no es lo que ya sabéis, sino lo que estáis dispuestos a aprender» Prince
Si puedes encontrar Triunfo tras Derrota y recibir a esos dos impostores de la misma manera, si puedes conservar tu arrojo y tu cabeza cuando todos los demás lo hayan perdido…[v]
(…) «Triunfo» nos miente tanto como «Derrota» en cuanto le consentimos que nos resuma, que nos defina, que nos encierre (…)
«Mantén tu arrojo y tu cabeza cuando los demás la pierdan» Toni Nadal
(…) la fuerza de los más grandes: cuestionarse uno mismo en medio de la vorágine de la victoria.
«Stay hungry, stay foolish!» [¡Mantente hambriento, mantente alocado!] Steve Jobs
Sacarle partido a los éxitos de uno es comprender que deben ser superados tanto como los fracasos.
«Semejante victoria me reportaría muy poco honor: venciendo sin peligro no se triunfa con gloria»[vi]
Si las victorias fáciles son «triunfos sin gloria», dan menos alegría que los éxitos difíciles, arrancados con dolor. Las dificultades de la conquista nos permiten estimar su precio.
Nuestros fracasos son botines, a veces incluso son verdaderos tesoros. Hay que asumir el riesgo de vivir para descubrirlos, y compartirlos para llegar a valorarlos.
«El hombre es el único animal cuya acción es insegura, que duda y anda a ciegas, que hace proyectos con las esperanza de triunfar y miedo a fracasar» Bergson
LAS VIRTUDES DEL FRACASO Charles Pépin Ariel
Link de interés ● Charles Pépin: “Todo éxito es un fracaso rectificado” ● Aprendiendo a perder; Las dos caras de la vida ●Todo se puede entrenar; Los principios que han ayudado a Rafa Nadal a perseguir el éxito
«Se aprende poco con la victoria y mucho con el fracaso» Proverbio japonés
Recibid un cordial saludo
[i] Michael Jordan [ii] Aristóteles [iii] Virgilio en la Eneida [iv] Rudyard Kipling [v] Rudyard Kipling [vi] El Cid de Corneille