Una de mis aficiones desde que llegué a Madrid, es la de buscar parques diferentes donde pudiera pasar un rato agradable, bien charlando, leyendo, tomando el sol o incluso disfrutando de buena compañía. Todo ello lo puedo encontrar en el jardín Las Vistillas.
El jardín de Las Vistillas, conocido en un principio como Cerro de las Vistillas de San Francisco el Grande, es un parque de 1,74 hectáreas, diseñado por los arquitectos Fernando García Mercadal y Manuel Herrero Palacios, durante los años 30. Denominado de ese modo por las fabulosas vistas que se tenían antiguamente a la Ribera del Manzanares y la Casa de Campo. Se accede al mismo por la Calle Segovia, encontrándonos con la famosa "Cuesta de los Ciegos", del cual os hablaré en otra entrada.
La zona de Las Vistillas era una zona de formaciones montañosas, que sirvieron en la Edad Media como defensa natural de la ciudad. En el S.XIII fue edificado el convento de San Francisco y con el paso de los años se convirtió en la Basílica de San Francisco el Grande.
Estos terrenos fueron motivo de disputa entre los religiosos del convento y el Concejo de Madrid, finalmente los terrenos fueron cedidos al concejo. Años después, este se los vendió a los duques del Infantado. Con el paso de los años, este complejo fue adquirido por la Casa de Osuna, quienes construyeron un nuevo palacio, el cual competía en lujo y belleza con el mismo Palacio Real.
A finales del S.XIX el Obispado de Madrid-Alcalá adquiere dicha finca de Osuna y es en 1900 cuando se procede a la demolición del palacio, con objetivo de construir el Seminario Conciliar, conservando algunos de los jardines del Palacio de Osuna.Actualmente los jardines se utilizan para diferentes actos, destacando los conciertos de las Fiesta de San Isidro.
Este jardín está claramente diferenciado en dos partes, la primera parte es la que vemos arriba en la foto, la cual está pegada al Seminario Conciliar. En esta parte encontramos un busto dedicado al pintor Ignacio Zuloaga y la escultura de la Violetera, esta última estuvo en un primer lugar en la calle Alcalá con la Gran Vía. Por último si nos adentramos en esta zona, nos encontramos el monumento dedicado a Ramón Gómez de la Serna, enmarcado en una especie de pérgola.
Pasamos a la segunda parte de estos jardines, donde podemos encontrar diferentes laderas de cesped que se encuentran junto al Viaducto de Segovia, desde las cuales podemos contemplar las vistas a La Almudena y al mismo acueducto.
Para mí, en este jardín se puede contemplar una de las mejores vistas, que se convierte en una de mis favoritas de Madrid, de ahí que en la cabecera del blog esté la de dicho lugar en el momento que empieza a atardecer. Lo mejor de este parque es que puedes, o bien pasar el rato en las diferentes explanadas de cesped, o bien en la terraza del bar, el cual tiene un sitio privilegiado, ya que se puede contemplar perfectamente la puesta de sol. ¿A quién no le apetece ver atardecer mientras está tomando una caña?