Las voces del mar y otros cuentos. Andrés González-Barba

Publicado el 07 mayo 2018 por Fesaro
Siempre he pensado que escribir un libro de relatos o cuentos es un proyecto o una aventura (según quieras mirarlo) muy valiente. Uno tiene que reunir en un puñado de historias con calidad, intensidad, equilibrio y una serie de valores y características más con la que deben revestir sus relatos para que el lector se sienta cómodo entre tanto cambio de escenario, personajes y demás situaciones.
Es complicado y de gran merito porque a la que menos te descuidas, el lector puede dejar la lectura a sabiendas que una vez leído un relato, el resto seguirán esperando sin temor por su parte a perder el hilo de la historia.

Título: Las voces del mar.
Autor: Andrés González-Barba.
Editorial: Samarcanda.
Año: 2017.
Género: Cuentos, Relatos.
Páginas: 130 páginas.
ISBN: 978841703330




Sinopsis:
A través de las doce historias que integran este libro, el lector se adentrará en un universo donde lo cotidiano se somete a un principio de incertidumbre capaz de generar variados estados emocionales. Las voces del mar y otros cuentos muestra el lado más vulnerable de unos personajes que no pueden escapar de la adversidad, aunque traten de rebelarse contra lo establecido. En estos relatos se indaga esencialmente sobre la condición humana, desde el amor contemplado en sus más diversas manifestaciones hasta la violencia como signo inequívoco de identidad de los tiempos actuales. A través de estas breves narraciones se puede experimentar el vacío que produce la soledad, el vértigo que se siente hacia lo eterno o el sentimiento de desasosiego de aquel que se ve marcado para siempre por su propio destino.
(sinopsis facilitada por la editorial)
Impresiones:


Andrés González-Barba, escritor sevillano descendiente de familia de letras que llegaron a codearse  con aquella  generación del 27 del que todos más o menos nos sabemos algún que otro integrante. Al leerle se le nota que de casta le viene al galgo. Apasionado de la escritura, es periodista aunque hablando con él se le nota que vive para y por la escritura en todas sus vertientes. Da envidia y contagia la emoción con la que habla de sus proyectos literarios futuros y eso en cualquier aspecto de la vida es admirable.
Viendo su estilo nos recuerda a esos escritores de épocas pasadas con aires de nostalgia, que cuidan con detalle los escenarios que les rodean para que el lector se sienta presente en  el lugar que comparten con los personajes. Crea la atmosfera con cierto mimo para que una vez nos hallemos dentro  solo quedé bucear en el alma humana, explorando hasta qué punto es capaz de alcanzar  una persona sometida a circunstancias extremas en episodios cotidianos de la vida.
Son relatos que no guardan ninguna línea temporal ni un hilo argumental común. En algún momento cierta pista nos dará la clave para situarnos en cierto año pero lo importante no es cuando ocurre sino qué ocurre, por qué y sobre todo llegar al final y descubrir el desenlace.  Totalmente independientes entre sí, vamos a encontrarnos historias donde transcurren situaciones diversas, originales, cotidianas, unas veces  violentas y otras entrañables, pero siempre con un punto final para la reflexión.
Andrés es de buen manejo de la pluma, trata bien el lenguaje y gusta de adornarse convirtiendo ciertos pasajes en momentos de cuento de tal belleza, que llegan a detener el tiempo. Si fuera futbolista, uno de esos amos del balón que hacen maravillas con el esférico puede que en algún momento de tal o cual partido le sobre un regate, un driblin o peque de individualismo. Se llama pasión por el juego bonito y creo que Andrés no es de este tiempo, se siente más cerca de la época victoriana que del siglo XXI en cuanto a estilo literario se refiere y eso forma parte de su sello personal, de su estilo y de su identidad como escritor.
El libro lo componen doce pequeñas historias que retoma la idea original para la que estaban hechos los cuentos, para mostrar una moraleja, un mensaje o una paradoja de lo que es la vida y muestra que este mundo da muchas vueltas y nunca sabemos que nos va a deparar. Por eso Andrés defiende el hecho de ser buena persona como son casi todos los personajes de sus relatos.
Comienza el libro con el cuento que da título al libro Las voces del mar, un relato que nos muestra la cara más feliz que puede tener la vida pero que advierte lo frágil que somos. Pasaremos de la alegría a la tristeza en medio párrafo, y usaremos el final para reflexionar y digerir qué es lo que ha ocurrido. Nadie puede sentirse indiferente ante este cuento.
El ascensor me ha encantado, imagino que la portada esta inspirada en este relato que refleja como todo es posible y además en el lugar más insospechado. A veces un libro es el mejor vehículo para acortar la distancia entre dos personas.
La decisión final es una historia entrañable y preciosa, con un final arrollador al igual que La delicada mirada ausente un relato que me ha robado unas lágrimas y me ha traído muchos recuerdos a la memoria.
Cierra la colección de historias Un día en la vida un broche que los que conocemos algo del autor, pensamos que es el mejor homenaje que podría haberse dedicado a su persona y con el que hay que aplaudir.
Pero si hay un relato que me ha dejado con la boca abierta porque considero que es sencillamente magistral es Aeternum, uno de los mejores relatos que he leído en mucho tiempo y comentar cualquier cosa sobre él es privar de un gran descubrimiento.
En una valoración global, la media  es de mérito porque mantener una calidad en doce relatos es difícil y Andrés lo consigue de una u otra forma, ya sea con la calidad abrumadora de alguno de ellos, como de la originalidad y mensajes finales de muchos de ellos. Donde alguno puede parecer impredecible, la moraleja o el sentido final es muy acertado y eso se nota en todos, rebosan sentimiento en lo más cotidiano de la vida.
Autor:
Andrés González-Barba (Sevilla, 1974). Periodista y escritor que debutó en el mundo literario con Regent Street (2010), un homenaje a Sherlock Holmes y su creador. Posteriormente ha publicado El último tren de la estación del norte (2015), obra a medio camino entre la novela negra y el relato de terror, y El enigma Murillo (2017) una novela gótica ambientada en la Sevilla invadida por las tropas napoleónicas. Autor de novelas juveniles como El sueño de Titania (2014) y del libro de relatos La noche de Lear y otros cuentos navideños (2016). Ha sido finalista del I Concurso Internacional de Relatos Cortos Ciudad de Sevilla por su cuento Las voces del mar.