Pasaje destacado
La verdad es algo que solo nos debemos a nosotros mismos, a nadie más. Porque sí, vale, todo te empuja a sincerarte, ¿y después qué? ¿Qué hacemos con ese puñado de realidades incómodas? ¿Qué hace el otro con ello? Es imposible fabricar una nueva existencia a partir de la verdad. Lo que queda al sincerarnos con los demás es la vida expuesta. Lo contrario de la verdad no es la mentira, es el misterio".
La trama a grandes rasgos sin spoiler
La novela está inspirada en algo real que le ocurrió a Elvira Sastre y que toma como punto de partida de la historia: una polémica campaña iniciada en redes sociales en defensa de la protección de datos en casos de filtración de videos de contenido sexual, donde Elvira finge con el objeto de darle mayor visibilización al asunto, haber sido víctima de la difusión de un vídeo suyo privado de contenido sexual, sin su consentimiento.
Ese día recibí muchísimos mensajes, unos cuantos de ánimo, pero tantos otros de mujeres contándome sus experiencias, confesando su ansiedad ante la pérdida de la intimidad. Todos con un mismo punto en común: una herida irreparable. Con todas contacté, a todas respondí y remití a la agencia, donde una puede conseguir de manera rápida que el vídeo se retire de internet, siempre sin sustituir la denuncia correspondiente, que también es necesaria.
A raíz de dicha publicación que muy pronto se hace viral, Sara, una adolescente de diecisiete años también víctima del mismo tipo de violación de su intimidad, contacta con ella ofreciéndole su comprensión por estar viviendo situaciones similares.
Siento molestarte, seguramente no me leas, pero por si acaso lo haces solo quería decirte que yo ahora mismo estoy pasando por lo mismo que has publicado. No tengo fuerzas para decirte nada porque sé que diga lo que diga te vas a seguir sintiendo mal, así que solo puedo decirte que no estás sola y que creo que muchas personas te entendemos, aunque ojalá no fuera así, y que todo pasa. No sé qué más decirte, lo siento, solo que intentes aguantar como puedas hasta que pase y que no te sientas sola. Yo estoy contigo
Y comienza un intercambio de mensajes, audios, conversaciones telefónicas, a lo largo de un tiempo en el que Elvira se siente responsable y con la obligación moral de ayudar a Sara, bloqueada, muy dañada psicológicamente por haber sufrido también una violación grupal además de agresiones físicas y psicológicas constantes por parte de su maltratador, Rodrigo.
Su intención es darle la mano y servirle de guía en la distancia, acompañarla en el camino diariamente, a cualquier hora, a todas horas, en colaboración con su hermana Paula, y su psicóloga Inés, con el objeto de evitar su hundimiento de Sara, una chiquilla destruida que ha perdido su autoestima, sumergida en infinitos miedos temores e inseguridades. La relación que se forja entre ellas de absoluta dependencia no solo en una dirección, sino que bidireccional, se podría decir que no es sana y que podría ser incluso tóxica.
Una parte de mí sigue unida a ella y lo estará siempre. Sara fue el alimento de los caníbales, la rendición de la culpabilidad, el destino de todos mis cuidados.
Los puntos fuertes de la novela
La autora viene de escribir poesía, es su punto fuerte y eso se nota en su prosa, es su manera de escribir, bonita, con un toque poético suave que se percibe en lo narrado. La historia, impregnada de bastante suspense psicológico me ha impactado, sobre todo por saber que está basada en un suceso real sufrido por quien nos lo cuenta en primera persona.
El tema principal alrededor de lo que todo gira es la violación de la privacidad, de la intimidad, de los graves perjuicios y la vulnerabilidad, "las vulnerabilidades" que ello puede ocasionar en quien lo sufre. También se tocan los temas del abuso sexual, la violencia tanto física como psicológica hacia las mujeres y el trauma, las pesadillas, y los terrores nocturnos en los que puede derivar a corto y a largo plazo, y el miedo constante a ser señalada, a las burlas.
Elvira y Sara son las dos protagonistas de la historia, una es la que ayuda y la otra es la que se deja ayudar, una es la que da y la otra es la que recibe, pera al final, ambas son sobre todo dos almas que se sienten solas, necesitadas de amor, de comprensión, y no son tan distintas entre sí, las dos necesitan poderse ayudar la una a la otra, porque está comprobado que ayudar a los demás nos hace sentir mejor, ayudando a los demás nos ayudamos a nosotros mismos. Pero también es cierto que una ayuda excesiva, una responsabilidad excesiva sobre todo hacia personas que no conocemos bien, sin condiciones, sin límites, un cuidado excesivo hacia los demás, puede agotar sobre todo mental y psicológicamente y está claro que no debemos descuidar nunca nuestra propia salud mental. Y es que cuando nos abrimos, nos quitamos los escudos, nos mostramos al mundo como somos y amamos sin reservas, irremediablemente nos volvemos vulnerables, susceptibles de ser heridos.
¿Quién me ha enseñado a querer así? ¿De dónde nace este impulso mamífero que me lleva a dar cobijo a todo lo que encuentro abandonado?
Los personajes secundarios, aunque no tan perfilados también tienen su gran importancia en la historia: la hermana,que se une a Elvira para ser cómplices en la reconstrucción de Sara pero que al final se convierte en una buena amiga, la psicóloga también en contacto permanente con Elvira que la ayuda como puede y la abogadaque intenta llevar el caso lo mejor que sabe.
Aunque tiene muchas cosas buenas, lo mejor de toda la novela ha sido sin duda el giro del final, totalmente inesperado, sorprendente, buenísimo, ¡increíble!, me lleva a preguntarme ¿pero cierto?, quiero decir, ¿ese final también forma parte en cierta forma de la experiencia real de la autora o es totalmente inventado?.
Resumiendo:“Las vulnerabilidades” es una novela fascinante, muy bien escrita, con un leve toque poético, intimista y de bastante interés social por el tema, los temas que trata. Una novela que a ratos resulta asfixiante, porque es fácil ponerse en el papel de Elvira y también en el de Sara, acompañarlas a ambas en ese viaje de descubrimiento interior y evolución personal.
Las consecuencias no terminan en la agresión: empiezan con ella. No solo ven ultrajada su privacidad, sino que también sufren un rito de cuestionamientos constantes. Es una violencia expansiva que ahoga, que se extiende y lo sofoca todo, que se cuela por las rendijas como un virus, imperceptible al ojo humano, y lo aniquila todo con la lentitud de los venenos.
¿Os recomiendo esta novela? Por supuesto, por varios motivos: por todos los puntos destacables que os he contado arriba, pero también porque además de su irremediable dureza, cuenta con su lado dulce, tierno, y porque se aborda el interesante tema de "el rol del buen samaritano", la equívoca cuestión de creer que podemos ayudar a todo el mundo sin mesura, que podemos llegar a todo aún poniendo en riesgo nuestro bienestar emocional. La autora opina que es sobre todo una cuestión de egos, "Pero no un ego como algo relativo a la superioridad. Más bien relacionado con la creencia de que podemos con todo. El mundo de los cuidados viene atravesado por eso. Por la educación que nos han dado como mujeres. Por el catolicismo, aunque no seamos creyentes, y esa necesidad de ayudar al prójimo y de hacer el bien. Todo es un caldo de cultivo para que te pierdas si además eres autoexigente."Mi nota esta vez es la máxima, para variar, dicho sea irónicamente: