Alekhine en el prólogo de su libro sobre el Gran Torneo Internacional de Nueva York de 1927, puso otro nuevo ejemplo sobre las debilidades, cada vez más crecientes, que generaba en su juego un "cómodo" Capablanca, que gracias a su estudio crítico, le reportó el triunfo final al maestro francés de origen ruso en el gran match por el Campeonato del Mundo de Buenos Aires de 1927 (¡auténtico mundial! con 34 partidas y no las farsas que organiza la actual F.I.D.E. - Federación Internacional de Ajedrez -).
Se trataba de la partida Morrison-Capablanca, Gran Torneo Internacional de Londres (4), 1922, 0-1 en 57 movimientos.
Veámosla una vez más, pues aunque ya fue tratada en este serial, ahora lo haremos desde la óptica reflejada aquí por Alekhine y de forma ordenada.
El primer error se produjo en la posición del siguiente diagrama, donde el genio cubano, se pudo haber metido en problemas:
Posición tras 26.Axf4.
Se llegó a un final de torre y alfil (de igual color por bando) con el mismo número de peones y resultó increíble todo lo que sucedió en él, en una situación de empate más que probable. Capablanca, haciendo alarde de su fama en los finales, logró engañar a su rival, que para llegar a la igualdad "definitiva", tuvo que haber hilado muy fino en la posición del diagrama nº 3:
Aquí el maestro canadiense debió jugar activo, entregando inmediatamente un peón, con la curiosa continuación 42.Tf2!=, que no hizo. Terminó poco tiempo después cediendo no el peón de "d4" sino el de "a2" y ¡quedó perdido! y se llegó a esta otra posición, en donde esta vez, quien falló fue... Capablanca:
El genio cubano ganaba con 46...Ta2! en lugar de lo que jugó, 46...Tc3? que volvió a igualar la contienda.Así hasta que Morrison fue el "último" en cometer el error, que según Tartakower, ese es el error definitivo que pierde las partidas:
Queridos amigos, recemos a la virgen para que algún día, el ajedrez de la super-élite ¡vuelva a su cauce!.
Angel Jiménez Arteagaaarteaga61@gmail.com