Capablanca seguía comentando su nivel ajedrecístico, momentos antes del comienzo del Gran Torneo Internacional de Nueva York de 1927, aquel primer día del inicio de la competición, el 19 de Febrero, en el periódico The New York Times:
"Sin embargo, somos conscientes de que nuestra fuerza y condiciones deportivas no son permanentes y que ahora podemos ser algo más débiles que cuando estábamos en nuestro mejor momento, hace diez años. En opinión del escritor, estuvo en su mejor momento en La Habana cuando jugó contra Kostic aquel match donde mi rival perdió las cinco partidas seguidas.
Este match fue el momento cumbre en la carrera de Capablanca, según el genio cubano.
Por otro lado, algunos de nuestros competidores, si no todos, son ahora más fuertes que nunca. La diferencia entre nuestro descenso y sus subidas, ambas cosas combinadas, se mostrarán sólo en la clasificación final.
Puede resultar interesante comparar el pasado con el presente (n.d.l.r.: Capablanca tenía 38 años en aquel tiempo). En el Gran Torneo Internacional de San Sebastián de 1911, en nuestro primer encuentro a nivel mundial, no teníamos mucha confianza en conseguir el premio mayor, pero sí mucha ambición y habiendo siendo favorecido por la diosa de la fortuna (n.d.l.r.: ¡Caissa!), logramos hacer honor.
(Amplíe el cuadro clasificatorio haciendo "click" sobre el mismo):
Hoy tenemos mucha confianza, la confianza que solo los años de éxito continuo pueden dar, pero la mayor parte de la ambición se ha ido y la "voluble dama" (n.d.l.r.: ¡Caissa!) no ha sido amable con nosotros últimamente.Entonces prácticamente desconocíamos las cualidades de nuestros oponentes, pero teníamos una tremenda capacidad de trabajo. Hoy conocemos a nuestros rivales a fondo, pero, ¡ay! nuestra capacidad de trabajo no es la misma.
Entonces nos poníamos muy nerviosos y nos enfadábamos fácilmente. Hoy estamos tranquilos y serenos y nada menos que un terremoto nos perturbará. Ahora tenemos más experiencia pero menos poder.
¿Puede volver algo del poder?. Lo que sucederá pronto lo veremos. El escenario está listo. El telón está a punto de levantarse en lo que debería ser una de las luchas más memorables de la historia del ajedrez". (N.d.l.r.: El Gran Torneo Internacional de Nueva York de 1927 se celebró en el salón de banquetes comerciales del "Manhattan Square Hotel" sito en la calle 77 de la ciudad neoyorquina, al nivel clásico venerado de 40 jugadas en 2 horas y 30 minutos - sin finish - que la F.I.D.E. -Federación Internacional de Ajedrez- hoy ha olvidado, en detrimento de la calidad de las partidas, que sobre todo cuando llegan a su fase final, ya se juegan completamente al azar, en perjuicio de la verdad ajedrecística, a la que se debería aproximar siempre, ¡por obligación!, la super-élite mundial).
(Continuará...)Queridos amigos, esperamos que aparezca Dios y arregle el desaguisado que ha creado la F.I.D.E. (desde 1993), pero sin él, sin Caissa, todo está roto, roto,,, como el próximo "mundialito del azar" que se disputará a partir del miércoles 24 de Noviembre, en una feria de pueblo en Dubái - Emiratos Arabes Unidos -, resultando que cuando más tienen que pensar concienzudamente los maestros participantes (Magnus Carlsen e Ian Nepomiachtchi), que es en el "final de partida" (lleno de sutilezas "técnicas" que requieren de mucho cálculo concreto), llega esa fúnebre organización mundial y suprime el lógico pensamiento humano, adelantando aleatoriamente el resultado de las partidas (y eso es, sin opinar del blitz - juego rápido que comenzará a funcionar trágicamente tras 16 encuentros semi/serios - en caso de empate -). Ese proceder de la F.I.D.E. debería ser ya analizado y con casi toda seguridad, penalizado (por ir en contra de la Jurisprudencia ajedrecística), por un ¡JUZGADO DE GUARDIA!.
Angel Jiménez Arteagaaarteaga61@gmail.com