Alekhine en el prólogo de su libro sobre el Gran Torneo Internacional de Nueva York de 1927:
"Parece absolutamente increíble la (proporcionalmente) enorme cantidad de oportunidades desaprovechadas por Capablanca en los finales, mucho mayor que la de errores u omisiones en el medio juego. Para hacerse una clara idea espero que sea suficiente con una revisión crítica de sus siguientes finales de partidas":
(n.d.l.r.: que ya fueron comentados aquí, en este serial, al inicio de este gran evento y en donde en aquella relación también se encontraba el final de la partida completa que toca ver hoy, la Capablanca-Vidmar, (4), Tablas en 56 movimientos).
Fue analizada aparte de por Alekhine, Tartakower y Khalifman en los respectivos libros de cabecera de esta competición, también en dos que tratan la vida y obra del genio cubano, en el tomo nº II de Varnusz y en la ampliación comentada por Elguezabal de "Mi Carrera Ajedrecística", libro señero del propio Capablanca y que conseguí de joven en idioma inglés, cuando no lo había en castellano:
Señaló Capablanca sobre aquel encuentro con Vidmar lo siguiente, en el periódico The New York Times:
"Nuestra partida con Vidmar se mantuvo en cauces algo originales y pronto se volvió complicada y extremadamente difícil de manejar. Evidentemente las blancas tenían el control pero el Dr. Vidmar defendía obstinadamente cada centímetro del camino. Poco antes del aplazamiento (n.d.l.r.: esta palabra es la que tiene que restaurar urgentemente la F.I.D.E. - Federación Internacional de Ajedrez - pues nadie - ¡los expertos de fuera! - le hemos dado permiso para quitarla. Es fundamental, tras cinco horas de lucha, descansar un poco, en lo que los "analistas humanos" resuelven el plan a seguir. Reponer mientras tanto viandas y posteriormente reiniciar de nuevo el cotejo, con nuevos bríos tanto físicos como espirituales - !? -) las blancas tenían la opción de mantener la presión en una posición complicada o de simplificar la situación y provocar una crisis mediante la amenaza de un ataque directo al rey. Las blancas eligieron el último curso, con el resultado de que en el momento del aplazamiento cada uno de los dos bandos tenía sólo dos torres y cuatro peones. Las blancas, hasta aquel momento, se habían mantenido firmes en la posición y amenazaban con ganar un peón y la partida. Al reanudar el juego el viernes:
cometimos un error incomprensible y, por tanto desperdiciamos lo que debería haber sido una partida fácil de ganar que terminó en empate".Veamos ahora el análisis efectuado por el módulo informático "Stockfish 14.1" en una media de 3 minutos por jugada:
Reproduzca la partida en pantalla, haciendo "click" en el siguiente enlace:Capablanca-Vidmar, Nueva York (4), 1927
Descárguela en formato "cbv" de Chessbase:Formato cbv
O bien en formato universal "pgn":Formato pgn
Queridos amigos, lo cierto es que por su carácter genial, José Raúl Capablanca siempre daba una de cal y otra de arena...
Angel Jiménez Arteagaaarteaga61@gmail.com