Los hermanos Roberto y Sergio son dos cocineros con alma viajera que han trabajado en diferentes partes del mundo (principalmente en Perú y en el sudeste asiático) dónde han tenido la oportunidad de enriquecer su cocina y descubrir nuevas técnicas e ingredientes. Tras esta fructífera etapa, los hermanos Hernández deciden aunar fuerzas para engendrar una casa de comidas en pleno Paseo de la Castellana bajo el nombre de Latasia. No lo podemos considerar una casa de comidas al uso, ya que su propuesta gastronómica tiene una clara influencia peruana y singapureña.
El local tiene una gran luminosidad, suelos hidraúlicos y paredes de madera en tonos claros. Una de las paredes es aprovechada para formar un largo asiento y en la cocina podemos encontrar una abertura para vislumbrar las habilidades en los fogones de los hermanos Hernández. En ambos laterales del restaurante hay estanterías con botellas de vino, sifones y frascos de ingredientes deshidratados. Latasia se presenta como un lugar coqueto y elegante sin necesidad de crear un ambiente recargado, como ocurre actualmente en algunos restaurantes.
Con la llegada del aperitivo, una samosa de cochinita pibil, percibimos las intenciones de esta casa de comidas de hacerte viajar a diferentes puntos del globo terráqueo sin necesidad de levantarte del asiento.
Comenzamos nuestro periplo saboreando un ceviche al más puro estilo limeño (15.80€). Un plato que nos había dejado un mal sabor de boca en nuestra primera visita a Latasia (mayo de 2016, el mes de su apertura) pero por lo que pudimos comprobar, en este período ha experimentado una acertada evolución. El emplatado ha mejorado notablemente y en boca se percibe la leche de tigre con un grado de acidez más controlado y una densidad mayor. ¡¡¡Bravo!!!.
Para comer el ceviche nos pusieron un cubierto en forma de pala aunque desde nuestro humilde punto de vista resulta más llamativo que efectivo, ya que no permite coger la leche de tigre con el resto de ingredientes fácilmente.
Una de las nuevas incorporaciones en la carta ha sido el saam de alitas de pollo deshuesadas (8€ por 2 unidades) y tiene pinta de que permanecerá en ella por mucho tiempo. Sobre cada hoja de lechuga reposa un pedazo de pollo tierno, jugoso y adecuadamente lacado con una salsa barbacoa que alberga un agradable sabor picante. Un bocado que seguramente caerá en nuestra próxima visita. ¡¡¡Altamente recomendable!!!
Nos reencontramos con una vieja conocida, la panceta confitada en salsa de bourbon coreano (12.55€). Esta panceta esconde horas de cocinado a baja temperatura para obtener una textura muy tierna. El regustillo final es marca de la casa con esos glaseados de barbacoa que tanto gustan realizar a los hermanos Hernández. No podemos dejar de imaginarnos esta panceta con un buen pan... ¡¡¡Gloria bendita!!!
La raya macerada en sambal envuelta en hoja de banano a la parrilla (18.90€) presenta un potente sabor con un toque de carbón. Interesante sabor que mejora con un chispazo de lima, dando paso a una textura demasiado compacta que no terminó de convencernos.
Siempre tienen interesantes platos fueras de carta como por ejemplo un tiradito de zamburiñas, un chicharro marinado con salsa ponzu, unos callos con curry rojo, un dim sum de rabo de toro (ver fotografía inferior) o si tenéis un poco de fortuna podréis hincarle el diente a su oreja de cochinillo confitada con salsa barbacoa (nosotros aún no la hemos tenido).
Ha llegado el momento culmen y sumamente importante en una cena, el postre. La última toma de contacto con el restaurante en la que adoramos que nos inyecten un chute de felicidad adicional.En este apartado podemos encontrar opciones para los que quieren experimentar nuevas sensaciones con el mochi de cheesecake, para los amantes del cacao con un latasino de chocolate en diferentes texturas y para los que adoran el dulce tradicional de la Semana Santa con unas espectaculares torrijas caramelizadas. Nuestro preferido es el mochi y en gran parte se debe a su originalidad. El mochi son unas pelotas de arroz glutinoso rellenas de tarta de queso que se sirven acompañadas de helado de tarta de queso, fresas deshidratadas y galleta machacada. En resumidas cuentas es un postre muy goloso, divertido y sorprendente elaborado para comerse con las manos.
Durante la cena notamos un claro control de la situación con un servicio atento, eficaz y una espera entre platos medida a la perfección.
En definitiva, Latasia es una casa de comidas dónde conviven platos originarios del sudeste Asiático y Perú fruto de los viajes de los hermanos Hernández. Un lugar destinado a aquellos a los que les encanta dejarse sorprender con nuevos sabores y texturas sin tirar la casa por la ventana (alrededor de los 35€/persona). Además, presenta un ambiente elegante y un servicio muy profesional.
Antes de despedirnos, queríamos aprovechar para dedicarle este artículo a dos grandes personas como son Violeta y Carlos de Feel and Taste Comunicación.
DETALLE DE LA CUENTA:
Ceviche limeño al ají amarillo: 15.80€
Saam de alitas de pollo deshuesadas: 8€
Panceta confitada en salsa de bourbon: 12.55€
Raya macerada en sambal: 18.90€
Mochi de cheesecake: 6.50€
Pan y aperitivo (x2): 5€
Bebidas (x3): 9€
Total de la cuenta: 75.75€ ( 2 comensales)
DATOS DE INTERÉS:
Latasia Casa de Comidas
Ubicación: Paseo de la Castellana , 115, 28046, Madrid
Teléfono de contacto: 91 555 93 33
Web: www.latasia.es/
Realizado por Alba y Óscar.