Mi abuela era ambidiestra. Eran otros tiempos, utilizar la izquierda no era bien visto, en cuanto se pudo, la mano estuvo atada tras la espalda hasta que aprendió a usar la derecha.
Ella se sabía zurda, siempre tuvo ese lado izquierdo predominante. Sus reacciones lo demostraban a diario: si le dabas una indicación en la que tuviera que dar vuelta a la derecha ella giraba a su izquierda –lado dominante- si había que poner algo derecho, ella indudablemente lo pondría al revés (incluye botellas de cátsup), cuando se cansaba de pintar con una mano cambiaba el pincel a la otra sin afectar su trazo. Si le ofrecías algo estiraba la izquierda y ya consciente lo cambiaba a la derecha.
Siempre estuvo al revés de todo.
Su vida no se afectó por ser ambidiestra, tenía una caligrafía bellísima y tomaba con humor todos sus despistes alrevesados que cometía a diario, incluso decía que eran parte de su “arrolladora personalidad”
Esta es la segunda entrega de desarrollo de la lateralidad en niños, la primera parte la puedes ver aquí.
He querido compartirte esta anécdota para ejemplificar la importancia de la lateralidad y aprendizaje en la vida diaria.
Como te decía en la entrada anterior, la lateralidad es un proceso de desarrollo que ha de interiorizarse para definir el lado predominante del cuerpo. Tener una dominancia lateral nos ayuda a poder ubicarnos en el espacio, a ubicar derecha e izquierda y la relación con los objetos que están alrededor… algo que no esperas leer y con lo que también se relaciona la lateralidad es con el lenguaje.
¿Ya vamos viendo porque es tan importante y prioritaria la estimulación?
Ahora, consideremos que nuestra lectura y escritura son procesos que van de derecha a izquierda, los aprendizajes escolares como las matemáticas o la lectoescritura se ven relacionados a la lateralidad y el espacio con el cuaderno o pizarrón.
El la lectoescritura las letras p, d, b, q, y los números 6, 9 se diferencian visualmente por su direccionalidad, es decir “la panza a un lado y no al otro”, si mi esquema corporal no diferencia la izquierda de la derecha de manera automática, la identificación de estas letras no será percibida con facilidad y es cuando las inversiones aparecen.
En las matemáticas por ejemplo, sabemos que al desarrollar una operación los números se acomodan de acuerdo a su valor, en un orden de izquierda a derecha lo leemos, pero para llegar a este resultado hemos de acomodar los números en el orden preciso en el que el resultado superior este encolumnado con el inferior para que el resultado sea el correcto. Lograr este encolumnamiento implica también la orientación espacial dentro del espacio en el que estoy trabajando.
La etapa preescolar y su importancia en el desarrollo de la lateralidad
La etapa preescolar (2 a 5 años aproximadamente) es cuando más hay que estimular la lateralidad, ya que los niños de manera natural experimentan con sus dos lados del cuerpo (manos, ojos, pies, oídos) y poco a poco van definiendo el lado predominante, esta etapa escolar brinda múltiples posibilidades de experimentación corporal y por tanto de especialización – definición de un lado predominante.
La lateralidad y problemas de aprendizaje.
La falta de diferenciación en la lateralidad por sí sola no constituye un problema o un generador de, sin embargo tenerla definida si facilita las cosas…
La lateralidad indiferenciada se relaciona a:
- Retraso en la adquisición de la lectura y escritura
- Torpeza motriz fina y gruesa
- Problemas de orientación espacial
- Disfemia
Considera estos puntos, relacionándolos con lo que mencionaba un poco más arriba sobre la lectoescritura y matemáticas, por eso es que se afectan las áreas de aprendizaje en general, porque se relacionan unas con otras.
Cuando estas dificultades perduran con el tiempo por ejemplo en niños de 7, 8 o 9 años, se hace más notorio y “alarmante” por un lado porque los aprendizajes son más complejos (el uso de mapas o materiales en 3D) y por el otro porque se puede confundir con otro tipo de diagnósticos como la dislexia.
Es importante que los padres y maestros brindemos una adecuada estimulación motriz y sensorial, así como identificar la preferencia lateral del niño, por supuesto respetarla y de presentarse lateralidad indiferenciada procurar ejercicios y actividades que ayuden al niño a establecerla.
La siguiente entrega veremos actividades para la lateralidad, mientras tanto puedes revisar los recursos recomendados para este tema:
- Dislexia detección y diagnóstico (parte 1 y parte 2)
- Posición espacial y orientación espacial
- Disfemia
Nos leemos pronto,