El siguiente tema sería El don de la ternura que no podía faltar y que en directo sigue teniendo ese toque tan intimista. Acto seguido, una serie de canciones como Hablando de Marlén, La ciudad vampira, Lo que comen las Brujas, Ramón In o El mundo entorno a tí no podían faltar, canciones con las que poco a poco nos llevó a una parte final, partes donde la gente cantaba, seguía el ritmo y se dejaba llevar por parte de todo lo que vivía. El cambio llegaba con El mundo entorno a ti, Como hacer crac y Big Crunch que terminaron de poner al público en pre disposición de que llegaran dos canciones donde se revolucionaría todo, nos referimos a La gran broma final y La Pena y La Nada, dos canciones donde en lo instrumental la música cobró más influencia (algo más), los coros tenían más fuerza y Nacho empezó a acercarse a los límites del escenario para terminar en la parte de los primeros asientos, entre la gente que se acercó, rodeándole para ya ir a los dos temas finales.
De los dos temas finales, saldría en solitario en El Ángel Simón para tener al resto de la banda desde el primer estribillo y, cerrar por todo lo alto, con la gente acercándose al escenario y ya uniendo su voz a la de Nacho (como había pasado previamente) con El hombre que casi conoció a Michi Panero y con todo, quedaba claro que, este show era muy esperado, era una fecha en la que se vivió esa hermandad donde las canciones fueron disfrutadas, donde el calor, admiración y las muestras de cariño de los asistentes con Nacho Vegas y la banda se hizo notable. Cada concierto que se da en Madrid siempre es especial, pero este se esperaba con muchas más ganas y el recuerdo será quizá más especial.
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