Laura Timoner tras la entrevista. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Toni Delgado (@ToniDelgadoG) / Sant Feliu de Llobregat
Bastan pocos minutos para percatarse que Laura Timoner (Badalona, 2001) es fiel a sí misma, nunca se deja nada en el tintero y sabe escuchar. La pívot del AE Boet Mataró transmite fuerza y optimismo, incluso tras una derrota ante el Barça CBS (59-45) que deja en zona de descenso a su equipo, penúltimo del grupo B de Liga Femenina 2 con cinco triunfos. El mismo balance que el CB Claret y el Segle XXI, al borde de la quema.
—Habéis cometido 16 pérdidas, os han punteado bastantes tiros, os ha faltado mucha confianza... Tienes razón. Estamos en una dinámica extraña y es posible que necesitemos creer más en lo que estamos haciendo. A veces los bajones nos duran demasiado tiempo. —¿Os afecta mucho el error? Sí. Quizás tenemos que aceptar que el baloncesto es un juego de aciertos y de equivocaciones, y persistir más. —Más allá de enfadarse, y con razón, ¿qué os ha dicho Jordi Vizcaíno?Jordi nos ha intentado sacar el carácter. Como en todos los partidos, nos han pegado, pero hemos dado un paso atrás. Ostras, si nos dan... ¡Hagamos lo mismo! —"Laura se lo tiene que creer más, necesita confiar más en ella misma", asegura tu compañera Gina Camps. Llevamos dos años jugando juntas y me lo repite mucho. Cuando hago un pase extra en un entrenamiento, se acerca y me dice: "Tira tú". Le estoy muy agradecida. A veces me da miedo el error y por no fallar, no lanzo. —"Laura es súper trabajadora", sigue Gina Camps. "Como jugadora admiro de ella su esfuerzo y trabajo, pero, sobre todo, su constancia", interviene Núria Checa. No me gusta dejar las cosas a medias. No paro hasta lograr mis metas, aunque sean muy grandes. A veces el camino es duro, pero la recompensa siempre es muy gratificante.
—"Me quedaría con su manera de vivir y ver la vida", destaca Núria Checa. Laura, ¿cómo vives y ves la vida? A veces me dicen que soy muy borde. Realmente me gusta decir las cosas a la cara y con gracia. —¿Eres muy irónica? Sí...—¿Sarcástica quizás?Sí... Pero sin hacer daño a nadie. Pienso que lo que sucede tenía que ocurrir. No vale la pena estancarse en nada.
Chocando las manos con Alina Hartmann. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—Por cómo hablas, me extraña que no estés estudiando Psicología. Aunque Fisioterapia y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte tienen mucho de psicología. Estoy muy contenta con el doble grado: en cinco años tendré las dos titulaciones. Me encanta la psicología, especialmente la deportiva. Me interesa entender a las personas y descubrir sus puntos de vista. Puedes debatir muchas cosas y nunca sabes quién tiene razón. —Debatir contigo tiene que ser muy interesante porque, aparentemente, respetas mucho las opiniones del resto. [Se ríe]. ¿Es así? A ver... Sí y no. Conmigo también es peligroso discutir... Cuando sé que tengo mucha razón y que la otra persona está diciendo tonterías, le pido que se calle. [Risas]. —Gina Camps y tú os conocisteis en un campus de la preselección catalana. Que tú estuvieras en el AE Boet Mataró fue decisivo para que aceptase la propuesta del club. Sabía que os ayudaríais. Me hace ilusión que diga eso. Quiero mucho a Gina. Las dos éramos júniors y nos compenetrábamos muy bien. Bueno, nos seguimos compenetrando genial.
Es imposible no reírse con Laura Timoner. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—Gina Camps destaca que, sobre todo, os apoyabais en las "situaciones complicadas". Cuando Jordi Vizcaíno te riñe por haber dado un mal pase o tomar una decisión incorrecta, nos animamos. Si el entrenador te echa una bronca y tus compañeras te replican, todavía te duele más. —Con Núria Checha tienes una conexión muy especial. Ella descifraría la mirada que me estás echando. ¡Sí! [Sonríe]. Jugamos juntas en el Bàsquet Femení Sant Adrià y volvemos a hacerlo ahora. Hasta coincidimos en la universidad. A veces, cuando estamos con el resto del equipo, nos miramos y nos reímos. "¿Pero qué pasa?", nos preguntan las demás. "Nada, nada, cosas nuestras", les contestamos. En la pista, mirándonos sabemos qué quiere hacer la otra. [Se ríe]. —Te roba el desayuno y te hace comprarle comida... Núria decide no llevarse nada a la uni. A las diez, cuando salgo de clase, me envía un WhatsApp preguntándome si tengo almuerzo. Y pienso: "¿Le digo que no?". Siempre me viene a pedir y si sabe que he ido al bar o a la biblioteca, me ruega que le traiga un bocadillo. A veces le suelto: "Hoy no, Núria... ¡Que tengo mucha hambre!". [Risas]. —¿Y en el Bàsquet Femení Sant Adrià ya lo hacía?No. Entonces no teníamos esta conexión. Como Núria rotaba con el A, tenía más relación con Nora Galve, Violeta Verano... Ahora nos pasamos el día juntas y no nos cansamos la una de la otra. Somos uña y carne. Nos lo contamos todo. —"Es muy buena persona. Si la necesitas, te da consejos y trata de ayudarte", te retrata Gina Camps. Sí. Me gusta mucho escuchar a la gente y que me cuenten sus problemas. Les daré mi opinión de la mejor opinión posible. ¡Me encanta ayudar! [Se ríe]. —Entonces te llama todo el mundo... La gente de confianza. Soy la psicóloga de mis amigas porque saben que no tengo filtro. Seré sincera.
"Laura, es tu turno". Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—Hiciste ballet y baile... ¿Quién te ha dicho eso?—Se lo confesaste a Joan Campany en una entrevista para el canal de Youtube del club. ¡Es verdad! Empecé a jugar al baloncesto en P5. ¿Qué pasa? Que veía que todos eran chicos y que era muy cansado. Probé con el ballet y me enganchó hasta primero o segundo de primaria... No aguanté mucho... [Risas]. Después comencé con el baile moderno y otros estilos y lo dejé en tercero... [Risas]. Me puse en serio con el baloncesto, aunque durante un tiempo lo compaginé con una extraescolar de teatro. —¿Interpretaste algún papel que te marcase? En tercero y cuarto se hace un musical y me tocó ser Éponine, protagonista de Los Miserables. Me decían que éramos muy parecidas porque Éponine no tenía filtros y era muy feliz. —Cantas bien entonces... No, no... ¡El musical era en playback! ¡Canto fatal! [Risas]. —¿Qué recuerdas de tu etapa en el Bàsquet Femení Sant Adrià?Estuve del cadete B al júnior B. Fueron años duros que disfruté mucho. Pasé de ser la protagonista en el Bàsquet Draft Gramenet a ganarme los minutos en Sant Adrià. Las compañeras, también de la generación de 2001, habían crecido juntas y me daba apuro ser la nueva. Fue una tontería pensarlo, pues me trataron muy bien. ¡Éramos una piña! Glòria Estopà me enseñó a ser más constante y fuerte mentalmente. Tanto Glòria como Jordi son muy duros y te dejan equivocarte. No te limitan, te animan a que tires, defiendas, seas agresiva... En definitiva, te ayudan a ser valiente. —Mar Tejedor estaba hoy desesperada: le ha dado varios puñetazos a la protección de aquella canasta. ¿Qué le dices a una compañera cuando la ves así? "Respira. Lo que está pasando no es culpa tuya. Tienes que persistir". Sobre todo necesitas transmitirle confianza. Está bien que saque esas emociones. —Respecto a la temporada pasada sólo seguís tres jugadoras, Gina Camps, Olga Ruano y tú. Ha sido un cambio tan radical que parecía que nosotras también fuésemos nuevas. Hemos creado una familia y esa unión se notará cada vez más en la pista. Juntas conseguiremos revertir la situación. —¿Cómo vivió el equipo el retorno a las pistas de Blanca García? El club la fichó lesionada: un gesto muy poco habitual. Blanca nos da ritmo, confianza... Brilla y hace brillar. Nos proporciona un plus en muchos aspectos. Se nota un montón cuando está en la pista. Además, Blanca tiene una mirada tan periférica... Ve muchas cosas en la pista y siempre te dicen las cosas en positivo. Su vuelta ha sido una bendición. —Entrenas a un mini en el Joventut de Badalona y ayudas en la preparación física del mini A y en el B del AE Boet Mataró. Hay muchos detalles de los que te percatas fuera de la pista. Me encanta preparar las sesiones con la niñas y aplicar también la teoría que nos enseñan en clase. Cuando puedo, voy a hacer prácticas de fisioterapia en la Penya y aprendo mucho. Ya sé hacerme los vendajes de tobillo o algún masaje. Cuando me interesa un tema, me documento lo máximo posible. —Eres de preguntar mucho, ¿no? ¡Sí! [Risas]. —¿En clase también? Depende de la asignatura. En la de análisis estructural y funcional de los deportes me motiva intervenir. Si no entiendo algo o no estoy de acuerdo con el profesor, levanto la mano para quedarme tranquila. No me gusta quedarme con ganas de preguntar. Enlaces relacionados
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