Zonia Linares
Aunque sé que escribir un artículo más, sobre la carta de Laureano Marquez haciéndose pasar por dios, dirigida al presidente Nicolás Maduro es darle auge a este humorista, también sé que tengo que reconocerle sus verdades y a la vez hacerle ver sus errores aun sabiendo que él está claro cuáles son.Es muy cierto que Dios proveyó a nuestro suelo de grandes virtudes y riquezas naturales, que tenemos todo lo que se necesita para convertir nuestra patria en un país potencia, eso siempre lo hemos sabido aunque ante nuestros ojos en tiempos de la IV, lucía como un tesoro inalcanzable del que solo sabíamos que jamás podríamos obtener nada, Venezuela posee tanto que aparece en el Mapamundi, como un manjar muy provocativo ante los ojos del imperio norteamericano, no en vano no cesan en el intento de tratar de poner sus pezuñas en nuestro suelo. Por lo que si tenemos que felicitar al emisario de Dios es que conoce todas y cada una de las riquezas, recursos y bellezas que posee Venezuela, incluyendo su posición geográfica, pero tengo que hacerle notar la diferencia entre el Dios celestial, y el Dios capitalista que le escribe a Maduro
Laureano: No podemos olvidar como buenos cristianos que el Dios padre mandó a su hijo Jesús a revolucionar el mundo, cuando se dio cuenta que el erario público estaba mal distribuido, ya que el Imperio Romano despojaba a los pobres de las pocas riquezas que poseía para rendirle tributo al Cesar, ese es el Dios celestial el primero que abogó por los pobres y desamparados aquel que creyó en la equidad e igualdad sin importar color, raza ni credo, ahora tu Dios, es aquel que hasta 1999, ejerció dominio y poder sobre los pobres y más desposeídos de este país, ese que representado por algunos codiciosos se aliaron con los Estados Unidos de Norteamérica y sustraían nuestro petróleo y lo vendían a precio de gallina flaca y lo que sobraba iba a parar a los bolsillos de los ladrones de cuello blanco, o se te olvida que la faja petrolífera del Orinoco considerada la reserva petrolera más grande del mundo, hoy bien llamada Hugo Chávez Frías, en honor a nuestro Cristo venezolano era explotada y vendida como bitumen, hasta que Hugo Chávez develo, el plan macabro que estaban llevando a cabo los fariseos dueños del poder en esos 40, años apoyados como siempre por el imperio.
Sentimos decirte Laureano que no adoramos ni añoramos tu Dios, porque ese Dios dinero y poder al que tú le sirves, es el culpable que más de la mitad de habitantes de este país hayan sido excluidos durante 40 años o más. Creemos en el Dios Padre que un día nos envió a uno de sus hijos a reivindicar la dignidad de este pueblo, y aunque te suene irónico dio su vida y su salud por el, como en sus tiempos lo hizo Jesús, ese es nuestro Dios.
También conociendo de la polvareda que levantó esta carta, oímos declaraciones del Cardenal Jorge Urosa Savino, él pide respeto por hablar en nombre de Dios y tiene razón, nos imaginamos que se refiere a la carta y no al “Dios Proveera” dicho por Maduro en su alocución en la Asamblea Nacional, pero es que eso me deja un sabor amargo en la boca, cuando tengo que recordar que en el nombre de Dios el Cardenal Ignacio Velasco llevó a Hugo Chávez a su cautiverio el 11 de Abril de 2002, ese recuerdo ofende mi cristianismo y porque no se puso la mano en el corazón e invocó a Dios y hablo desde su pulpito, dirigiéndose a los autores de la violencia iniciada en febrero de 2014, para que cesarán en sus instintos criminales, hoy 43 familias no estarían llorando sus muertos, él que siempre sale en defensa de los empresarios cuando siente que el gobierno les aprieta las tuercas, en donde ha estado cuando el fascismo arrecía sus ataques en contra de este noble pueblo. Acepto que defienda el nombre de Dios Padre, pero no creo que él hable del mismo Dios cuando sale dando declaraciones en contra de las medidas que toma este gobierno para defender los derechos del pueblo.
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