Thomas Edward Lawrence, más conocido como el legendario Lawrence de Arabia, nació el 16 de agosto de 1888, en Tremadoc, Gales, en Reino Unido; y murió el 19 de mayo de 1935, cerca de Wareham, en su país natal. Fue hijo ilegitimo de un aristócrata inglés, llamado Sir Thomas Robert Thige Chapman, que abandonó a su esposa y cuatro hijos para irse con la madre de Lawrence, Sarah Junner, institutriz de sus hijas. Durante esta aventura, Sir Thomas tuvo cinco hijos con Sarah, de los cuales, Edward era el segundo. Su infancia la vivió en diferentes ciudades de Irlanda, Escocia, Inglaterra, Gales y Escocia, hasta instalarse en Oxford definitivamente.
Se matriculó en el Jesus College, situado en Oxford, donde se graduó como historiador (1910) con una increíble tesis titulada La Influencia de las Cruzadas en la arquitectura mundial actual, que se publicaría después de su muerte con el título Crusader Castle.
Influido por su profesor David George Hogart, Thomas se trasladó a las orillas del Eúfrates, donde estudiaba los antiguos asentamientos hititas de Karkemish. En cuatro años que estuvo allí, recorrió más de 1400 km a pie, donde conoció las costumbres e idiomas locales de la gente. Además, una de las principales aficiones de Lawrence durante este tiempo fue dibujar edificaciones militares del tiempo de las Cruzadas.
En 1914, poco antes de que estallase la guerra, Edward fue enviado a El Cairo, donde trabajó en la oficina topográfica dirigida por lord Kitchener, que en realidad era una tapadera para el espionaje británico.
Tras trabajar durante dos años en esta "oficina", y ya iniciada la Primera Guerra Mundial, Lawrence fue enviado a la que sería la misión de su vida; ayudar a las tropas del rey Hussein en la revolución árabe, que luchaba por la existencia de una gran nación árabe independiente del Imperio Otomano.
Durante este tiempo, conoció al hijo de Husayn, Faysal, que más tarde se convertiría en el rey Faysal I, gobernante de Irak, entre 1921 y 1933. Faysal y Lawrence se convirtieron en grandes amigos, algo que influyó luego en el campo de batalla, de buena manera. En el conflicto contra los árabes Edward tuvo que coordinar a las ariscas tribus beduinas, uno de sus grandes logros en la Gran Guerra, con las que desarrolló una guerra de guerrillas.
A finales de 1917, Lawrence pasó varias veces las líneas enemigas para espiar. En una de estas incursiones, Lawrence fue confundido con un desertor circasiano, habitante del Caúcaso, debido a su color de piel, ojos, y su pelo. Durante este secuestro, lo interrogaron y lo torturaron, y en ningún momento desveló su identidad.
En el desierto de Oriente Medio, el guerrero de Arabia fomentó la idea de unidad nacional entre los árabes, mientras, con ayuda del general Allenby, atacó la línea de ferrocarril Damasco-Medina, y tomó un importante puerto para los otomanos, Aqaba.
Durante el invierno, Lawrence y los árabes apoyaron el flanco derecho del ejército de Allenby, hasta que, el 1 de noviembre de 1918, entró en Damasco. El sueño de una nación árabe ligada al Reino Unido quedó roto debido al tratado Sykes-Picot, fimado dos años antes. En este tratado se indicaba que Siria sería cedida a Francia, reparto que quedó confirmado en el Tratado de Versalles (1919).
Una vez que terminó su servicio en la RAF, Lawrence se embarcó en un acorazado británico, con otro nombre falso. La causa de los nombres falsos es la época que pasó sumido en la depresión, originada por el acoso de los periodistas debido a su fama, ya que él era un hombre sencillo que quería pasar desapercibido.
Años más tarde, Lawrence regresa a Inglaterra, donde decide descansar hasta su futura muerte. Un día, un 13 de mayo de 1935, el guerrero del desierto sufre un accidente de moto, después de haber enviado un telegrama a su amigo Henry Williamson, al evitar atropellar a dos niños que iban en bicicleta. En el siniestro, Lawrence sufre un golpe en la cabeza, lo que le provoca el coma. Durante 6 días está ingresado en el hospital, hasta que un 19 de mayo, muere.
Un hombre que luchó hasta el final, que fue siempre fiel a sus amigos árabes y a su patria, Reino Unido. Una persona, que además de buen soldado y coronel, fue buena persona, una persona que sabía que estaba cumpliendo su deber, y que por ello no debía recibir ninguna condecoración. Un ser sencillo y humilde, y una persona que no se repetirá en mucho tiempo. El legendario LAWRENCE DE ARABIA.