Layne Staley: Las cadenas y el silencio

Publicado el 23 julio 2014 por Portman918 @ecosdelvinilo
Recordamos al malogrado cantante de Alice In Chains 


[Ricardo Portmán] @ecosdelviniloHablar de Layne Staley (1967- 2002) es hablar de la voz más dolorosamente real de los días de auge del grunge y lo alternativo. El vocalista de Alice In Chains llevó en su interior una colección de demonios que en ocasiones logró plasmar en letras y la mayoría de las veces en excesos. Cuando lamentablemente esos demonios le hicieron inclinarse más por lo segundo que por lo primero fue cuando Staley puso la directa hacia su propia destrucción. Layne percibía su propia existencia como un largo sendero sin final, donde los días se fundían unos con otros y lograba diferenciarlos por hechos aislados; un concierto aquí, una sesión de grabación allá. Para 1994 todavía mantenía una sólida amistad con el guitarrista Jerry Cantrell. Su apoyo y comprensión le ayudaron a sobrellevar el chasco de tener que cancelar el tour de ese año. La gira no se llevó a cabo por el pánico que embargó a Layne tras la muerte de Kurt Cobain; sentía terror de terminar como él a causa de las drogas, pero no se sentía con fuerza para dejarlas. Por poco tampoco emprende la gira junto a Kiss, no por las drogas (se encontraba relativamente limpio) sino por la paranoia de que se estrellara su avión (esa "visión" la tuvo un amigo suyo) y hasta que un psíquico no se le aseguró no viajó. El final de este tour fue confuso y caótico, con rumores de que casi muere de sobredosis e infecciones. Lo cierto es que entró a rehabilitación y hasta intentó dejar de fumar.Es curioso que mientras Staley se limpiaba Cantrell recaía en la cocaína. Esto les empezó a alejar, lenta y progresivamente. Ya para 1996 Jerry se hartó de los miedos de Layne. Mientras el cantante quería abandonar el mundo del espectáculo el guitarrista quería vivir en el star-system. Cantrell nunca expresó en público su molestia por al actitud de Layne. La realidad era que en esos días Layne estaba más metido en el animé (!) que en el rock.Un golpe mortal para la frágil autoestima de Staley fue el hecho de que la mayoría de los medios de comunicación le negaron el reconocimiento como referente e icono de la generación X. La prensa decidió enfocarse en los Cobain, Vedder y Cornell, apartando al que probablemente tenía el discurso más terrenal y poderoso. El dolor y la realidad ya no vendían, o por lo menos no 'el dolor' de Layne. Este revés moral, junto a su creciente adicción a la heroína, se plasmó de manera alarmante en el Unplugged que hicieron los Alice In Chains para la MTV. Cuando el cantante confundió las letras de un tema con la melodía de otra el público le aplaudió con benevolencia; sin saberlo sus palmas fueron el punto de partida definitivo de la caída de Staley. Poco después, en ese mismo año 96, la banda dio su último concierto con el vocalista, en Kansas City, Missouri. 

A partir de ese momento no hubo más contacto entre Layne y sus compañeros. Se encerró literalmente en su adicción, cayendo en un estado físico deplorable. Su nexo con el que fue casi su hermano, Jerry Cantrell, era nulo. Jerry asumía una actitud orgullosa y prepotente, considerándose superior a Layne. En privado era despectivo y en público asumía el papel de mártir, asegurando que sufría por su situación. Mike Inez fue el único de la banda que mantuvo algún tipo de contacto con el cantante, pero terminó también por alejarse.

Su epílogo musical se materializó junto a Tom Morello, a través de una versión del tema de Pink Floyd Another Brick In The Wall Pt.2. Han pasado doce años desde su fallecimiento en Seattle y el vacío que dejó sigue ahí. Si Cantrell era el cimiento tangible de la banda, Layne era la emoción intangible y poética que hizo real la música Alice in Chains. El grupo ha continuado pero es sólo una sombra de lo que fue. Después de perder su voz, a Alice in Chains sólo le quedaron las cadenas y el silencio. Copyright ©2014 Ecos del Vinilo.

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