Se ha dicho que en la sucesión presidencial de 1940 al irse perfilando como probable ganador el principal candidato opositor Juan Andrew Almazán, Cárdenas favoreció el triunfo del candidato de PRI, Manuel Ávila Camacho, forzando el resultado electoral.
Siendo Ávila Camacho presidente de la república, desempeñó el cargo de Secretario de Defensa hasta el año 1945.
A menudo se dice que Lázaro Cárdenas fue el único presidente asociado al PRI que no se sirvió de su cargo para enriquecerse. Se retiró a una modesta vivienda cerca del Lago Pátzcuaro y trabajó el resto de su vida supervisando proyectos de riego y promoviendo clínicas gratuitas y educación para los más desposeídos. Siguió comentando asuntos de política internacional y abogando por los derechos humanos y el fortalecimiento de la democracia en Latinoamérica