Los clásicos son siempre especiales. Los hinchas lo esperan desde el momento mismo en que reciben el fixture de la temporada, los jugadores hacen lo imposible para no faltar, y los técnicos –aunque jamás lo confesarán– preparan estos encuentros con mucha anticipación. Sin embargo, cuando empieza a rodar la pelota toda la planificación queda de lado y una sola jugada puede cambiar el destino del partido. En este caso, el beneficiado por los imprevistos del fútbol fue Lazio, que repitió el resultado de la primera rueda, superó 2-1 a Roma y se afianza en el tercer lugar de la Serie A italiana.
- Lamela no pudo festejar su cumpleaños: lo sacaron a los 7 minutos
A los 6 minutos, cuando todavía nada había pasado, el conjunto celeste recuperó la pelota en mitad de cancha, el brasileño Hernanes metió un pase en profundidad para el interminable Miroslav Klose y el arquero Stekelenburg llegó tarde a su encuentro. Indiscutible penal, incorrecta expulsión (exagerada aplicación de la llamada “ley del último recurso”), y momento de decisión para el entrenador Luis Enrique. ¿Arriesgar o especular? Debía resignar un jugador de campo para que entrara el suplente Lobont, y el español se decidió por la segunda opción: sacó a Erik Lamela, y redujo así las chances de su equipo de atacar en los 80 minutos restantes.
A pesar de esto, Roma alcanzó el empate en su primera aproximación: a la salida de un tiro libre, Juan estrelló un remate en el travesaño y Borini se encargó de mandar adentro el rebote. A partir de ahí, los dirigidos por Edoardo Reja aprovecharon la superioridad numérica para controlar la posesión de la pelota, pero no pudieron traducir ese dominio en llegadas claras. Tanto es así que el desnivel en el marcador llegó recién promediando el segundo tiempo, y a través de la pelota parada. Centro pasado de Cristian Ledesma, el capitán Stefano Mauri entró por atrás sin marca y desató el delirio del público visitante.
Cuando la Roma se acordó que para hacer goles hay que ir para adelante (faltando 15 minutos entró Bojan por el lesionado Juan) ya era tarde, y ni siquiera la expulsión de Scaloni alcanzó para equilibrar nuevamente la balanza. Victoria entonces para Lazio, que le sacó 10 puntos de ventaja a su rival, y aprovechó el empate de Udinese para adueñarse en soledad del tercer puesto y seguir soñando con la clasificación a la próxima Champions League.