Givenchy nos acerca esta nueva fragancia inspirada en un universo floral impregnado de intensidad y misterio.
Captar lo efímero, dejarse sorprender por la magia de un día que comienza. La mujer Givenchy, suspendida entre sueño y realidad, logra captar la esencia de esos momentos privilegiados. Dotada con un encanto arrollador, es como las flores que ella inmortaliza: un símbolo de frescura y diversidad. Al atardecer, solo los aromas puros se prolongan para encarnarse en perfume. Este año, el frasco prisme, emblemático de Givenchy, se engalana con una flor y deja traslucir la suavidad de su jugo floral afrutado.